Bienvenido Diciembre!!!

Bienvenido Diciembre!!!

La Navidad es un tiempo donde la realidad y la fantasía se unen para felices a niños y no tan niños..

Las luces, los aromas y las reuniones familiares despiertan algo profundo en el corazón, como si el invierno invitara al mundo entero a recordar la importancia de la familia, la amistad y los lazos invisibles que tejen nuestra vida. En estas fechas, la magia se siente más cerca que nunca, y no es extraño imaginar que duendes y gnomos, esas pequeñas criaturas guardianas de la alegría, se esconden entre los árboles decorados, observando cómo nos reunimos con nuestros seres queridos..

La familia se convierte en el centro del hogar y del espíritu navideño. Personas con quienes hemos compartido toda la vida, o los que se han ido incorporando en el camino, han llegado como seres de luz que nos iluminan y nos llenan de aprendizajes. En Navidad, los hogares se llenan de voces que narran recuerdos, de manos que preparan recetas tradicionales y de miradas que reconocen las emociones más sinceras. Es un tiempo de reencuentros, de abrazos que parecen suspender el tiempo y de pequeños rituales que se repiten cada año, como un hilo que conecta generaciones.

Algunos cuentan que, en estas noches tan especiales, los gnomos se asoman a la luz de la chimenea para asegurarse de que todo esté en armonía. Dicen que sus risas suaves se confunden con el crepitar del fuego y que disfrutan viendo a las familias reunidas, porque para ellos la unión es símbolo de buena fortuna. En muchas leyendas, los gnomos protegen los hogares y bendicen a quienes viven en paz y compañía.

La amistad, adquiere un brillo particular durante la Navidad. Los amigos son esa familia elegida que aporta color, risas y apoyo a lo largo del año. La Navidad nos recuerda expresar gratitud por esos lazos que se fortalecen con el tiempo, por las conversaciones que alivian, por las aventuras compartidas y por la complicidad que ilumina incluso los días más fríos. Un gesto, un mensaje sincero o un encuentro improvisado pueden transformar estas fechas en recuerdos imborrables.

A menudo se dice que los duendes navideños, amantes de la diversión y protectores de la alegría, se encargan de inspirar estos momentos de conexión. Son ellos quienes, según la tradición, avivan el espíritu festivo, empujan suavemente hacia la reconciliación y susurran ideas para acercarnos a quienes amamos. Los niños los imaginan correteando entre los regalos o escondiéndose entre los adornos, mientras los adultos, aunque con una sonrisa discreta, recuerdan la inocencia y la magia de creer.

La Navidad, en su esencia más pura, es una celebración de vínculos. Nos invita a valorar lo que tenemos, a reconciliarnos con lo que duele y a abrir nuestro corazón a nuevas posibilidades. Entre la calidez humana y el toque de fantasía que aportan duendes y gnomos, estas fechas nos recuerdan que la vida está entretejida por gestos de amor, compañía y esperanza.

Yo vivo la Navidad del otro lado del Atlántico donde hace calor y estas fechas son de estar en la calle compartiendo una copa con los vecinos, un saludo cordial y de esperanza para aquellos que pasan por situaciones no tan ideales. Mis raíces son esas, y aunque soy muy feliz donde vivo, no dejo de añorar esos momentos mágicos de calorcito alrededor del árbol de Navidad

Al final, Navidad, familia, amistad y magia forman un tapiz que nos ilumina y nos recuerda que el mayor regalo es compartir el camino con quienes llenan nuestra vida de luz, con calor o con frío que seamos felices.

Por eso deseo una feliz Navidad en compañía de todos nuestro seres queridos

Os quiero!!!

Martha De Armas