MÁS VALE PREVENIR QUE LAMENTAR (sobre el acoso escolar)
Recientemente hemos escuchado en las noticias y en las redes sociales casos de bullying que han acabado en suicidio de las víctimas y tantos otros que acaban con heridas que quizás sanarán jamás. Adolescentes que, cansados de sufrir continuamente insultos, amenazas, golpes, desprecios, no ven otra salida que la de desaparecer. Adolescentes que han callado mucho pero también han buscado ayuda, se han abierto y han confiado en que, contando lo que les pasa, los adultos les van a ayudar. Y se encuentran solos, perdidos con un daño irreparable, siempre mucho más fuerte a nivel emocional que físico.
Personas que por algún motivo han sido el punto de mira de otras que, para sentirse bien necesitan hacer daño. Personas que se cruzan en el camino de otras sin empatía, ni respeto ni humanidad. Me da mucho miedo, rabia e impotencia saber que España, en las estadísticas mundiales de bullying: acoso escolar y ciberacoso está en primer lugar con 300.000 casos.

Se habla cada vez más del acoso, del ciberacoso y de sus consecuencias, se tiene más información, pero no solo no es suficiente, sino que va en aumento. Todos pedimos responsabilidades, más seguridad, amparo y penas más duras pero una sociedad que solo critica y juzga a los demás no puede nunca avanzar.
Estos días leo por redes muchísimos comentarios de familias que responsabilizan a los profesores y a las escuelas, y docentes que ponen el foco en las familias. No se trata de unos u otros, se trata de que cada uno asuma, desde el rol que nos toque, nuestras responsabilidades y aportemos y sumemos todos por el bien de nuestros niños y adolescentes. Dejémonos ya de pasarnos la pelota y actuemos desde la prevención que es la clave del problema.
Siempre digo, y lo creo firmemente, que las personas fuertes y sanas emocionalmente y mentalmente no necesitan hacer daño (de ningún tipo) a los demás. Si tenemos una buena autoestima y unos buenos valores no podemos concebir dañar a los demás voluntariamente. Quienes agreden tienen un problema, lo malo es que lo acaban pagando los demás. Y a parte de algunas excepciones que serían los problemas mentales graves, la mayoría se podrían resolver con un buen acompañamiento, con una buena base de valores y modales y con unos límites claros y consecuencias directas.
La educación empieza en casa y esto es indiscutible. Somos los padres y madres, los tutores, quienes tenemos que velar por el bienestar de nuestros niños y adolescentes y acompañarlos en su crecimiento físico y personal. Es en casa donde se forman los valores, donde se ponen los cimientos para construir personalidades sanas y buenas. Y por supuesto, en todo este camino, la escuela juega un importantísimo papel. En la escuela también se enseñan valores, valores que serán necesarios para vivir de manera ajustada y positiva en la sociedad. Los docentes tenemos que estar atentos a los conflictos, a los enfados, a las malas formas, pero también atentos a los silencios. Hay silencios que dicen mucho más que las palabras.

Y es difícil, es difícil porque en casa hay familias que no saben lo que pasa en la escuela o instituto, porque se comportan diferente, porque ocultan, mienten, no los ven relacionarse con los demás… Y es difícil porque en los colegios son muchos y es imposible llegar a todo. Por eso para evitar situaciones difíciles y graves es primordial actuar desde la prevención. Pero cuando un niño o niña o adolescente te está expresando lo que le pasa o lo que siente, ahí, sí o sí hay que actuar.
No soporto la expresión: son cosas de niños! Y esto no quiere decir que sí hay cosas que son de niños, como no tolerar bien la frustración, la impulsividad, el solucionar los conflictos con la mano en lugar de las palabras (cuando aún no tienen un buen nivel de lenguaje oral como para expresar lo que sienten o quieren) pero, aún así hay que intervenir con la palabra y con el ejemplo desde bien pequeños. Para lo bueno y para lo malo, los adultos somos el espejo en el que se miran y hay que enseñarles lo mejor que tengamos para que vean reflejado lo mejor que puedan sacar en ellos.
El diálogo es esencial, aprovechar cualquier momento y/o situación para hablar y poder expresarse, para que sepan y entiendan que nos importan y que nos tienen si nos necesitan, que pueden contar con nosotros. Hablarles y tratarlos con respeto para que se sientan valorados y respetados y vean que el respeto va por encima de todo. Reflexionar con ellas y ellos ante los conflictos, los problemas, ayudándoles a salir de ellos desde el diálogo y con tolerancia y empatía.
Es muy importante hablar de todo esto con los pequeños y jóvenes antes de que el tema les afecte o les toque directamente, porque así los prepararemos para actuar de la mejor manera si se encuentran en una situación de acoso, tanto si son los que lo sufren, los que lo provocan o los que lo presencian. Para que los que lo vean no den la espalda y actúen sin miedo a contarlo.

Tanto a mis hijas como a mi alumnado siempre les recuerdo que si una broma no hace gracia a quién se la hacen ya no es una broma, si alguien con un juego no lo pasa bien, no es divertido. Si alguna cosa no hemos visto no podemos decir quién ha sido… En definitiva y como muy sabiamente mis padres siempre me dijeron: lo que no te guste para ti no lo quieras para los demás, este sería el resumen. Empatía, respeto y tolerancia serían los valores. Y como siempre intento acompañar con libros bien interesantes sobre el tema y que recomiendo 100%.
- Invisible, álbum ilustrado de Eloy Moreno y Pablo Zerda. Adaptación infantil del libro Invisible
- Vamos a llevarnos bien, libro con 3 historias para fomentar el compañerismo y disuadir el bullying. De Ana Morató y Marina Pérez.
- Nos tratamos bien, un cuento de Lucía Serrano sobre la amistad, el respeto y el tratarnos bien.
- Un lobo dentro, un libro de lectura para adolescentes y mayores de Pedro Mañas, la historia sobre “el monstruo” en que cualquiera puede convertirse.
- Invisible, libro para adolescentes y mayores sobre el bullying explicado en persona por un niño que lo está sufriendo. También está la serie sobre el libro.




Laura Gonzalez
@lecturas_paraelalma_kids