Cómo explicar la muerte a un infante
Hablar de la muerte con un infante puede generar muchas dudas e, incluso, cierto miedo. Pero hacerlo desde el amor, la verdad y la sencillez es una de las mejores herramientas para acompañarlos y ayudarles a crecer emocionalmente sanos y preparados para afrontar la vida en toda su realidad.
¿Por qué es importante hablar de ello?
Con la voluntad de proteger a los niños del dolor, a veces las familias tienden a evitar hablar de la muerte o a disfrazarla con metáforas poco claras como “se ha ido de viaje” o “está en el cielo”. Aunque estas expresiones partan de la mejor intención, pueden generar confusión, miedo o malentendidos en los más pequeños.
Los niños, desde muy pequeños, perciben la ausencia y el dolor. Cuando no se les proporciona información clara y adecuada, a menudo llenan esos vacíos con fantasías o creencias que pueden ser aún más dolorosas o difíciles de comprender. Por eso, hablar abiertamente de la muerte, con un lenguaje adaptado a su edad, es una forma de cuidarlos y de darles herramientas para afrontar el duelo de forma saludable.
¿Cómo podemos hacerlo?
- Utilizando palabras claras y sencillas, evitando eufemismos que puedan generar confusión.
- Validando sus emociones, permitiéndoles expresar lo que sienten, aunque sea tristeza, rabia o desconcierto.
- Respondiendo a sus preguntas de manera honesta, sin ocultar la realidad, pero siempre teniendo en cuenta su edad y capacidad de comprensión.
- Respetando sus tiempos y emociones, acompañándolos desde la calma y sin forzar respuestas o reacciones.
- Incluyéndolos, si así lo desean, en rituales de despedida, para que puedan dar sentido a la pérdida y sentirse parte del proceso familiar.

¿A qué edad se puede hablar de la muerte?
Los infantes, desde muy pequeños, tienen contacto con la muerte a través de la naturaleza, los cuentos o situaciones cotidianas como la pérdida de una mascota. En cada etapa de crecimiento, su forma de entender la muerte evoluciona, pero nunca es demasiado pronto para empezar a hablar de ello con naturalidad, siempre adaptando el lenguaje y el mensaje a su edad.
“Yo también lloro”: educar para acompañar el duelo desde la infancia
En Agraïments, creemos que hablar de la muerte también es una responsabilidad social y educativa. Por eso, hemos impulsado el proyecto “Yo también lloro”, una iniciativa que llevamos a las escuelas para ayudar a infantes y maestros a hablar del duelo y las pérdidas con naturalidad y respeto.
El proyecto, avalado por la Cátedra de Innovación Social de la Universidad de Lleida, está dirigido a alumnos de infantil y primaria, con actividades diseñadas según las necesidades de cada edad. A través de estos talleres, acompañamos a los niños y niñas a entender qué es la muerte, a identificar y expresar sus emociones y a participar en pequeños rituales que les ayudan a elaborar la pérdida.
La iniciativa, liderada por Remei Capitan, terapeuta especialista en duelo y directora de Agraïments, y Núria Caballol, payasa y fundadora de la compañía SAC Espectacles, busca prevenir futuros traumas y duelos cronificados, poniendo a disposición de las escuelas una herramienta educativa que promueve la salud emocional desde la base.
El proyecto “Jo també ploro” nos recuerda que hablar de la muerte con los infantes no los hace más vulnerables, sino más preparados para vivir con plenitud, capaces de transitar las pérdidas desde el respeto, la comprensión y el amor.