AMOR DE MADRE
Ya estamos en 2024, ya han pasado las fiestas, unas fiestas que algunos esperan con alegría, otros solamente esperan que pasen aprisa y otros no tienen posibilidad de saber ni que existen… Sea como sea ya han terminado y ahora nos enfocamos en el nuevo año y atrás van quedando los recuerdos ya vividos.
Entre los míos, recuerdo uno de estos días que desde la habitación de mi hijo contemplaba las luces de Navidad que colgamos cada año en el balcón, las luces doradas y azules, plateadas y azules, luminosas y cambiantes… y sentí de repente en mi corazón la emoción de la Navidad que siempre había sentido de niña y que volví a revivir con Ernest.
La emoción de Ernest cuando llegaban estos días, sus ojos brillantes, mirando, sintiendo… y que compartíamos juntos, ¡Qué precioso haberlo vivido Ernest!
¡Qué precioso haber podido vivir nuestra vida juntos y tener ahora tantas vivencias en mí, tantos momentos de amor! ¡Qué precioso que hayas venido y me hayas ofrecido la oportunidad de vivir y sentir este amor de madre!
Amor de madre… ¡Qué profundidad, qué horizonte ilimitado, cuanta riqueza de sentimientos, de aprendizajes, de amor incondicional, de belleza…
¡Amor de madre! ¡Ayer era ayer, hoy es hoy, y el sentimiento de pérdida que haya podido tener en mi camino, año tras año, pierde su peso comparado con la felicidad de haberte vivido!
Nos hemos vivido, Ernest, y este es el gran regalo. Hubiéramos podido no vivirlo, hubieras podido no llegar nunca, hubiéramos podido no conocernos en esta vida… Pero viniste, y me lo has hecho vivir, lo vivimos juntos, y esto lo cambia todo, porque estos recuerdos y vivencias brillan con colores permanentes y eternamente grabados y presentes en mi corazón, son parte de mi hoy para siempre.
Me ha gustado tener estos días la casa tan iluminada y encender cada noche las luces de dentro y de fuera el balcón; me ha gustado esta rutina diaria y compartirla con papá y contigo, con la familia y las personas que han venido. Este año la Navidad me ha sido plácida, divertida, amada.
Quizá es el primer año desde que te fuiste, Ernest, que no he sentido aquella añoranza intensa que cada año hacía que en algún momento mis ojos se llenaran de lágrimas. Has estado tan presente en mí, ya estás tan conmigo, que esto se hace cada vez más potente.
Siento la certeza que todo está bien, que tú estuviste aquí, que lo vivimos intensamente y que no hay nadie que sea como tú, que tu espacio no puede ocuparlo nadie más y agradezco tanto que lo hayamos podido vivir juntos, cariño, tan intenso, tan mágico, tan querido, tan nuestro, tan afectuoso todo y amado, que esto es incomparable.
Y sentir que todo esto es incomparable, me hace amar más y más esta familia que comparte aquí nuestro espacio. Nada tapa lo que fue, al contrario, lo que fue reluce como nunca, como estas luces que enciendo cada noche, diferentes, nuestras, amadas.
¡Llegas a nosotros desde estas señales tan claras, tan entrañablemente conectadas a nuestra vida, Ernest!
¿Qué duda podemos tener?
Ninguna, hijo, ninguna.
“Así es, mamu, ninguna.
Vinimos para vivir esta experiencia de amor y todo nos lleva a ella. El camino del Amor se va abriendo, no hay duda, y todo es un sendero para continuar caminando.
Nuestro camino mágico, mamu, aquel que no sabías si era de verdad y que estás viviendo con papá y conmigo y con tanta gente que nos ama. Es tan hermoso, mamá, disfrútalo, no hay miedo, no hay angustia, no hay pena, tan solo AMOR, mama, eso es todo, esto es el TODO.
Ábrete siempre, deja ir lo que ya has aprendido y vuélcate a vivir lo que está a punto de llegar y sigue llegando.
Cada paso adelante os acerca más y más a mí y esto es maravilloso. Sé feliz, continúa mirándote, continúa discerniendo y ubicando el amor que te envuelve y que eres.
Te amo y te amamos, os amamos infinitamente.
Te abrazo, mamu, estoy tan dentro de ti y tú estás tan dentro de mí que no hay límites, no hay distancia, no hay diferencia.
Yo soy tú, y tú eres yo, y papá con nosotros.”
Dolors Beltran Boixadera
mamaestoyaqui.com
1 comentario en «AMOR DE MADRE»
Gracias por compartirte Dolors, siempre hay aprendizaje en tus palabras