CONECTARNOS A LO SOBRENATURAL

“Lo más natural sería que estuviéramos conectados a lo sobrenatural, a aquello que Es y va más allá de nosotros, a la trascendencia de nuestro “yo” efímero para ir accediendo a nuestro ser interno y descubrir quien somos.”

Un día escuché a alguien que decía estas palabras y pensé que eran bien ciertas, porque lo más natural, lo más cercano a nosotros mismos sería estar conectados al Universo del que formamos parte, juntamente con todo lo que existe. Pero nos hemos alejado tanto, como humanidad, de esta percepción, de esta trascendencia, nos han hecho creer tanto que no existe nada más allá de nuestros limitados sentidos físicos, nos quieren hacer creer, sí o sí, que nuestros verdaderos objetivos y referencias a los que podemos y debemos aspirar son aquellas que tienen caducidad y cuya adquisición se convierte en el objetivo y el fin de nuestras vidas y de nuestra razón de existir.

Pero la verdad es que somos mucho más que este cuerpo efímero al que estamos tan apegados e identificados, somos una conjunción perfecta de materia y espíritu.

La primera es pasajera y con data de caducidad, el cuerpo es el traje con el que venimos a este mundo para poder vivir en él. La materia es maravillosa, porque nos permite experimentar todas las acciones, las emociones, los sentimientos, los deseos y los anhelos mediante la capacidad de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y todas las formas de vida, con el misterio del cosmos y del Universo.

La materia nos permite experimentar desde lo más denso a lo más sublime, desde el odio más profundo al amor más incondicional, nos permite cargar tantos pesos y culpas como necesitemos hasta llegar a la comprensión y al perdón del pasado, nos permite ir de lo más oscuro a lo más iluminado, de un extremo a otro, de una vida a otra, todo para ir evolucionando en Amor y en Conciencia.

Lo que ayer era un dogma inmutable, hoy ha quedado definitivamente atrás, lo que hoy nos parece un logro increíble más adelante será refutado por los nuevos conocimientos, la nueva manera de comprender la vida. Todo es un aprendizaje y una conexión constante que llega cuando se dan todas las condiciones para ser oída, vista y comprendida, todo se mueve, todo evoluciona en diferentes tiempos, en diferentes ritmos, todo llega cuando es el momento de llegar. ¡Hay tanto por descubrir, por profundizar, por aprender de todo lo que somos y de todo el sentido de lo que nos pasa en nuestra vida! ¡Hay tanta unidad en lo que somos y lo que es la naturaleza, los demás seres vivos y el Universo nacido de la gran y amorosa Conciencia de Amor de la que ha surgido todo lo que existe y Es!

Crecemos para arriba, pero no crecemos en amplitud ni en profundidad y esto nos da una visión distorsionada, febril y desequilibrada de nuestro paso tan efímero por esta vida terrenal que nos angustia porque no nos sostiene, porque no nos da paz, porque no nos permite pensar ni responde a las grandes preguntas que la Humanidad se ha hecho desde los principios de la vida:

¿Quién soy?

¿De dónde vengo?

¿Para qué estoy aquí?

¿A dónde voy?

Estas preguntas han sobrevivido a todos los siglos de historia, de evolución, de conocimientos adquiridos, y son tan vivas como lo fueron en sus inicios, son tan misteriosas, profundas y vitales que continúan vigentes, hoy más que nunca, porque este mundo tan controlado en el que vivimos actualmente, con tanta prisa, con tanta exigencia, con tanta necesidad que los demás nos den el visto bueno, con tanto miedo de quedarnos atrás en esta carrera sin sentido, con tanta desigualdad y tanta información que nos desinforma, y un largo etcétera, nos aleja cada vez más de nosotros mismos, de nuestra esencia, de todo lo que realmente es valioso y no se puede comprar ni encontrar fuera de nosotros mismos.

Realmente, nuestro verdadero ser, aquello que somos y por lo que vinimos, aquella chispa de luz que todos y todo lo que existe llevamos dentro, surgida de la Conciencia Absoluta que lo creó todo, tanto da cómo la llamemos, Amor, Fuente, Dios, Buda, Divinidad, Alá… esta chispa de luz que no es materia, que no tiene data de caducidad, que continúa evolucionando más allá del cuerpo físico que muere, esto es lo que realmente somos, y es lo que nos mantiene vivas estas preguntas que un día u otro nos planteamos cuando la realidad de nuestra efímera existencia como seres humanos se nos hace patente, o cuando nuestra existencia aquí empieza a carecer de sentido y no responde a lo que realmente deseamos: encontrar: este sentido a la vida que todos sabemos en nuestro interior que tiene que ver con este anhelo profundo de Amor, de Vida más allá de la vida, de esta trascendencia que nos lleva a la Unidad.

Nuestro camino es un camino de regreso hacia esta Conciencia de Amor, un camino de aprendizaje que no tiene fin, que nos lleva cada vez más a nuestro interior, y a contemplar y conectarnos con todo lo “sobrenatural” que es nuestra verdadera naturaleza, sentir que somos muy amados, que todo tiene un porqué y un para qué, que todo llega cuando tiene que llegar y que abrirnos a la vida sin miedo es perder el miedo a morir, porque quien realmente somos nunca muere.

Existe un lenguaje del alma para nosotros: las sincronías, las señales, las repeticiones que se suceden, los presentimientos, las percepciones, la inspiración, la certeza que se siente en el corazón, esa voz interna que podemos sentir… Es preciso estar alerta a todo lo que nos llame la atención, parar un momento, mantener el canal abierto a percibir las señales del Universo de la misma manera que es necesario tener el móvil conectado para recibir cualquier mensaje, abrir la mente a lo que nos sucede y al para qué nos sucede, abrirnos a los nuevos descubrimientos de la ciencia en lo que se refiere a la muerte, al alma y a la trascendencia, atravesar la puerta del miedo que nos separa de una nueva oportunidad, de un nuevo aprendizaje, y crearnos una vida que tenga realmente un sentido de ser vivida.

Maria Dolors Beltran Boixadera

Mamasocaqui.com

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