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DIGNIDAD, LIBERAD Y ORGULLO

Por desgracia hemos llegado a un punto donde parece que en vez de avanzar, retrocedemos en todos los aspectos de nuestra sociedad.

Me preocupa el repunte de agresiones homófonas y me preocupa más aún que los jóvenes se tomen las elecciones políticas cómo un juego, cuando en realidad no lo es. Está en juego el mantener nuestra dignidad, nuestra libertad y sobre todo nuestro orgullo.

Es por eso que aplaudo películas como “Te estoy amando locamente” de Alejandro Marín (Maricón Perdido, La filla d’algú) que nos habla de la memoria de este país, pero no de esa memoria que enseñan en las escuelas instituidas por el régimen de turno, sino que habla de esa memoria casi olvidada de la lucha de nuestros padres y abuelos, durante los grises (oscuros diría yo) años del franquismo y la mal llamada “transición española”.

La historia transcurre en Sevilla, durante el año 1977. La homosexualidad es un delito, cómo sigan creciendo los partidos de la extrema derecha volveremos a eso, perseguido con penas de cárcel y experimentos médicos para curar “esa enfermedad”. Recordemos que esa opción sexual no es una enfermedad, es una libertad de escoger con quién quieres compartir tu vida, sin necesidad de poner etiquetas ni géneros.

Volvamos a la película, una verdadera maravilla que pertenece a ese género de cine que anda entre la reivindicación y el jolgorio que se disfruta.

Una película muy bien producida y mejor interpretada. Una película inspiradora. Un film de una emoción desbordante y una fotografía emblemática. Un trabajo excelente en su vestuario y ambientación artística.

En esa Sevilla de 1977, una madre tradicional (Ana Waneger), propietaria de un pequeño negocio que ha heredado de su marido, sueña con ver a su hijo Miguel (Omar Banana) al frente del negocio, casado y con descendencia, pero lo que no sospecha es que su hijo, con el afán de ser artista se ve envuelto en un altercado de los grises (para los más jóvenes, los grises era la policía franquista) y el movimiento clandestino LGTBI andaluz, que se gestó en el seno de la Iglesia…paradójicamente.

Otros actores a destacar son: 

 Jesús Carroza en el papel del cura que da cobijo a los jóvenes del movimiento.

Alba Flores  en el papel de Lole, una joven lesbiana que reivindica que ellas también deben luchar.

Alex de la Croix en el papel de Mili, un transexual.

La Dani  en el papel de Dani, un transexual que ha pasado por la cárcel y que no termina de ver claro el movimiento reivindicativo.

La canción de Rigoberta Bandini, “Yo solo quiero amor” aparece en la escena más oportuna de todas y es un claro himno a lo que nos quiere explicar la película.

Te estoy amando locamente es una película para disfrutar, recomendar, para reír y llorar a partes iguales. Una pequeña joya que hay que ver en la gran pantalla de un cine.

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