EL ÁRBOL DE LA VIDA
La vida nos va llevando por rumbos desconocidos,
La vida…
nos deja en algún lugar, sin pedirlo.
¿Venimos de quién sabe que mundo desconocido sin tener mucho sentido, será que antes de nacer, ya hemos vivido?
Somos naturaleza, somos savia viva, verdes frescos y perfumados, pero… el tiempo, el tiempo que nos convierte en cáscara fuerte y reseca.
Árbol de la vida, símbolo de aquel que transita, donde lucha y se transforma día a día.
Cáscara que da la vuelta al sol trayendo un libro escrito de vivencias escondidas, ¡¡allí está!!, huella digital de una vida donde el destino nos dejó. ¿En el campo?, ¿el bosque?, ¿en el desierto que pega y duele sangrando por la soledad no elegida?
Soy el árbol de la vida, sueño con un bosque colmado de pares que crecen llenitos de savia buena, a la vera de un espejo de agua donde me veo crecer, pero fuerte, acompañado, pero independiente, hogar de muchos y sombra de otros, podemos ser caricia si queremos y trabajamos para ello.
Cuidemos nuestra cáscara, abracemos nuestras deformaciones y sequedad exterior, que la vida pasa por dentro.
Nuestras semillas ya volaron tal vez cerca, tal vez lejos, pero siempre quedarán en ese registro sagrado de la cáscara, allí están siendo madera fresca, mientras nosotros terminamos siendo fertilizante sagrado de la historia.
1 comentario en «EL ÁRBOL DE LA VIDA»
Increíble. Reflexivo y muy tierno. Felicitaciones