EL JUEGO DE LA EXISTENCIA
Esta mañana, mientras caminaba por el campo, sentía cantar el ruiseñor, contemplaba el paisaje y me sentía tranquila, plácida… He mirado la carretera a lo lejos, con los coches pasando por ella, chiquitos, de todos los colores, igual que si fueran un juego de criaturas. Y he sentido, a Ernest, cómo si los hicieras mover con tus manos, inmenso y juguetón, recordándome lo pequeños que somos y que todo es un juego.
¿Qué hacen los niños y niñas cuando juegan?…
Experimentan, repiten, aprenden, ríen, se lo pasan bien; a veces lloran porque las cosas no les salen como quisieran o porque alguien les ha estropeado el juego, pero básicamente de esto se trata: de jugar y de disfrutar para uno mismo haciendo y deshaciendo, probando y errando y siempre con la alegría de jugar y experimentar.

Exactamente como la vida, un tiempo de experimentación y juego, de descubrimiento, de equivocarse y volverlo a intentar, de reír y de disfrutar, de discernir y elegir, de seguir el hilo de lo que te motiva y de lo que te propones, riendo y llorando, solo y acompañado, nervioso y tranquilo, con sol y con lluvia…
El juego te enseña siempre a ser paciente, a repetir un intento tantas veces cómo haga falta o a dejarlo para más tarde, a aceptar y tolerar la propia frustración, te enseña a compartir y a probar, en silencio o gritando, con momentos de concentración y con momentos de jolgorio y locura… Pero todo este aprendizaje te va mostrando quién eres, qué te gusta, cuál es tu habilidad, tu don, qué te hace feliz,
¿qué te disgusta y te deja intranquilo o apagado?
Sí, la vida es este juego que creemos absoluto y total, cuando tan solo es una pequeña parte del gran juego de la Existencia, una pequeñísima parte que se juega en el patio de la Tierra.
El patio se acaba cuando se abre la puerta y cada uno la cruza en su momento, cuando ha completado su juego, cuando ya ha conseguido hacer aquello que quería y está preparado para continuar jugando a otro nivel.
No todos acaban el juego al mismo momento, cada uno lo acaba a su momento, sin edad, sin tiempo, sin yugo alguno, cuando es su momento perfecto para pasar al aula por la que ha venido y regresar a casa para continuar jugando.

El drama solo lo pinta nuestra mente pequeña, la terrenal, la que no quiere que nada cambie, la que quiere que todo sea para siempre, cuando nada es para siempre, cuando todo es cambiante y así tiene que ser para que tenga lugar la evolución.
Esta mañana, precioso, te he visualizado con tus ojos brillantes mirándome y te he pedido que te acercaras, he llenado tu cara de besos y de caricias y te he abrazado con todo mi ser, te he preguntado dónde querías estar, en mi corazón o en mis espaldas, y hemos continuado andando juntos, con felicidad, porque así somos en realidad: invisibles, eternos, amor y risa, juego y descubrimiento.
Así somos.
“Sí, mama, he sentido tus besos y he venido a ti y me has sentido; me he sentado en tus espaldas y juntos hemos escuchado los pájaros y he hecho que aquel cuervo solitario pasara por delante tus ojos que lo han seguido hasta que ha desaparecido más allá de las montañas, porque todo es así: sincrónico, fácil, todo refleja aquello que somos.
Gracias, mama, por tanto amor.
El mío lo tienes siempre a tu disposición, porque yo soy tú y tú eres yo.
La gran sincronía, la gran verdad.
Ernest Dolors Beltrán
3 comentarios en «EL JUEGO DE LA EXISTENCIA»
Este paso por la vida terrenal, és un regalo. Todo lo que nos acompaña en este camino, alimenta nuestra existència terrenal. Gracias Dolors y Ernest por regalarnos vuestra bella luz.
Gracias, gracias y gracias
Tienes toda la razón. La vida és nuestro espacio de crecimiento y evolución. Por eso, todas las circumstancias que se nos presentan son las reglas de nuestro juego aquí. Y tenemos que jugar siempre como cuando éramos niños.
No estamos solos. Nunca lo hemos estado. La vida, vivida desde esta consciencia, es una maravillosa aventura.
Gracias Dolors porque tú artículo nos hace reflexionar sobre las situaciones que nos plantea la vida, somos adultos però continuamos jugando como niños y teniendo frustraciones en muchas circunstancias porque anteponemos nuestras expectativas ,gracias por tu humildad y hacernos ver lo facil que puede ser lo que en muchas circunstancias vemos difícil….un abrazo de luz para ti y Ernest.