EL MEJOR REGALO

Junio, para los alumnxs y los profesorxs, es el mes de las despedidas, de los cierres, de las reflexiones. 

Se acaban las clases y estamos contentos de haber superado retos, alcanzado objetivos, de haber vivido mil aventuras juntxs, pero también sentimos un poquito de pena por aquello que dejamos atrás, que no volveremos a compartir, intriga por lo que llegará y también ilusión por conocer y enfrentarnos a nuevos retos y, sobre todo, muchas ganas de disfrutar de las vacaciones. 

Sentimientos encontrados que son inevitables. 

Los últimos días del curso, todxs estamos nerviosxs, cansadxs, con ganas de acabar y con ganas de que no acabe, por eso es súper importante dejar los últimos días sin demasiadas cosas programadas, tomarlos con calma. 

Todo lo que teníamos que hacer se hizo durante el curso y esos días, más que nunca, son para disfrutar con y de ellxs.

En I5, el curso que hemos finalizado, tenemos un proyecto: 

El experto o La experta (del que ya os hablé en otro artículo, el del don). 

Pues bien, todxs han tenido su tiempo y su lugar para demostrar a los demás su afición, destreza, habilidad y/o saber. Durante el curso me preguntaban si yo también haría de experta. 

Por tema de horarios, esta vez yo no podía realizar esta actividad con ellxs así que me lo perdía, pues le tocaba hacerlo a mi compañera. 

Los últimos días, en que ya todxs habían hecho su exposición, alguien empezó diciendo: 

¡- Laura, faltas tú de experta! 

Y lxs demás siguieron: 

¡- si queremos que hagas de experta! 

Esa ilusión, esas ganas de hacerme participar no se podían quedar en el aire, y la verdad es que me encantó. 

Así que les pedí ayuda diciéndoles: 

¿- vale, pero no sé en qué puedo ser experta? 

¡- En cuentos! 

Empezaron a decir la mayoría, algunos lo argumentaban y o completaban: 

— En cuentos bonitos, en leer y explicar cuentos, te sabes muchos, tienes muchos en tu casa, conoces a muchos personajes… Lo veían claro y tenía y quería hacerlo. 

Les he explicado muchos y así empecé el primer día del curso, con un cuento. 

Los cuentos han sido un recurso muy importante para nosotros, han sido “nuestro hilo”. 

Con ellos, hemos aprendido, disfrutado, imaginado, reflexionado y compartido momentos muy especiales. 

Así que no podíamos despedirnos de mejor manera. 

El penúltimo día, me puse “mi traje” de cuentista: pajarita, tirantes rojos y gafas negras de pasta. 

Y aparecí en el aula con mi maleta cargada de cuentos. 

¡Esas miradas y esas sonrisas de ilusión y emoción se me quedaron completamente grabadas! 

Les expliqué un poquito por qué me gustaban tanto los libros y los cuentos en particular y desde cuándo. 

Les conté que mi mamá fue mi motivación para leer, mis primeras lecturas y los momentos que compartía con ella, sus cuentos de tooodas las noches y mis aventuras con muchísimos personajes que ahora son mis amigos y amigas (es un recurso que utilizo muchísimo para despertarles el interés en diferentes situaciones y/o actividades). 

Les leí un fragmento de mi primer libro preferido: El principito. Aunque es complicada lectura para tan pequeñxs, no dejaron de escuchar bien atentxs. 

Finalmente, eligieron, por votación, como siempre, uno de los libros y lo leí. 

Después les hice mi regalo, porque como decimos nosotrxs, un cuento, es un regalo para el alma. 

Leí uno con un mensaje que quería que se llevaran con ellos en la nueva etapa, un mensaje que nos identifica totalmente como grupo y a cada unx de ellxs y que me gustaría que no olvidasen nunca. 

El álbum ilustrado se llama: EL MEJOR REGALO, un cuento que nos ha hecho recordar todo lo aprendido y conseguido.

Nos habla de los grandes retos a los que tendrán que enfrentarse en la vida. De la importancia del esfuerzo, de superar miedos, de ser valientes y de entender estos retos como una oportunidad para aprender. 

De forma metafórica, nos imaginamos como el protagonista, pequeño frente a la majestuosa e imponente montaña. Y todo lo que nos trae si decidimos escalarla. 

Nosotros también hemos escalado una montaña, teníamos todo preparado, solo faltaban ganas. A lo largo del camino hemos tenido obstáculos, caídas y heridas, pero también hemos cogido fuerza y empuje, nos hemos hecho más fuertes. 

Hemos sentido la brisa en forma de abrazos y risas y, con el esfuerzo de todas y todos y con el trabajo en equipo, hemos llegado a la cima y, ¡qué mejor regalo que haberlo conseguido! La paciencia y el esfuerzo siempre tienen su recompensa. El mejor regalo ha sido todo el camino y haberlo podido compartir

Este curso, he sido maestra y aprendiz de niñas y niños de 5 años. En todos los grupos y en todos los cursos hay momentos de todo, pero nos quedamos siempre con todo lo positivo y bonito que ha habido mucho también. 

Me quedo con sus juegos, con sus miradas de ilusión ante las sorpresas, con sus risas cuando hacíamos bromas, con sus: Laura, te invito a…, ¡con sus “somos un equipo y te vamos a ganar!”. 

Me quedo también con el esfuerzo de cada unx de ellxs por superarse y mejorar y me quedo con todas las horas que hemos hablado y compartido nuestras vivencias, emociones y sentimientos. 

Y, sobre todo, me quedo con sus bonitas y sinceras palabras de cariño y amor, con esos abrazos espontáneos que te envuelven el cuerpo y el alma y te dan tanta energía como para olvidar todos tus males. 

Me quedo con todas y cada una de sus miradas porque todxs y cada unx de ellxs han crecido conmigo y me han ayudado a crecer con ellxs. 

¡Feliz verano! 

EL MEJOR REGALO 

Desiré Acevedo y Paco Ortega, 

Editorial: Acualetras 

Laura González 

@Lecturas_paraelalma_kids

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