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ELN TIEEMPO, ESE PINCHE TIRANO

Vivimos en un mundo alocado que nos demanda productividad y esto nos conduce a disociarnos de nuestro sentir. Pareciera que hay una obsesión por aprovechar cada segundo y estamos acelerados, ansiosos, tensos y luego caemos en estrés crónico. 

¿Te identificas con alguna de estas frases?

“Hago mil cosas durante el día y siento que no tengo tiempo para nada”. 

“Llevo un ritmo frenético que me resulta agotador más lo considero imparable” 

“No vivo, no me da la vida para todo lo que agendo hacer”. 

“Lo paso obsesionado por aprovechar mi tiempo”. 

“Estoy haciendo algo constantemente, vivo agotado y con malhumor”. 

¿O eres de las personas que pierden y malgastan su tiempo con una vida vacía?

NO LO CREO 

Hay una mercantilización del tiempo en nuestros días. Donde las personas ordenadas consiguen que las horas se multipliquen, “el orden es el poder de la razón”.

Vivimos en la desquiciada época del no parar de hacer. En hiperactividad no puede pensarse con claridad y esto nos sucede mucho, lentamente vamos claridad de pensamiento. 

¿Acaso no necesitas planificar todo tu tiempo con mucha antelación, llenando todos los espacios en tu agenda, sin huecos, con múltiples actividades, convirtiendo tu vida en una “huida hacia adelante”? 

Sin embargo, las grandes experiencias de la vida no se saborean en el ajetreo de las prisas contra reloj. La vida plena y gratificante incluye paz y quietud en algunos instantes del día. 

Más me es claro que el descanso se encuentra agonizando y en vías de extinguirse. Ha surgido un nuevo síndrome bautizado por la psiquiatra Marian Rojas Estapé con el nombre de cronopatía, la enfermedad del tiempo.

Pues así andamos asimilando como normal y correcto esto de no tener minuto libre y estar siempre ocupados. Teniendo a la inmediatez como protagonista crucial de la vida. 

Todo hoy y ahora

No se espera para ver el siguiente capítulo de una serie de Netflix, si el tren llega 15′ tarde se reclama el ticket. 

Solo el domingo es oscuro. Da tristeza el domingo por la tarde a las personas con vidas intensas entre semana. Viernes y sábados organizan salidas que con frecuencia incluyen ingesta alcohólica. Y el domingo, al frenar el vacío existencial, se apodera de ellos. 

No se trata de una enfermedad, sino una forma de enfrentar el vivir.

Inmersos en una sociedad de alta exigencia, estímulos digitales continuos y agendas recargadas se observa cada vez en más personas. 

No se sabe descansar

No se toma el desafío de parar el hacer. Le suele pasar a personas hiperexigentes, perfeccionistas y controladoras. Siempre insatisfechos porque nunca están a la altura de lo que quieren. La hiperestimulación a que vivimos expuestos nos activa el modo alerta y el modo miedo. 

Cuando no conseguimos descansar terminamos enfermando siempre. Los humanos no hemos sido diseñados para el modo alerta non-stop. 

¿En su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” la Dra. Estapé propone la sencilla tarea de hacerse las grandes preguntas de la vida: 

¿Quién soy? 

¿A dónde me quiero dirigir? 

¿Cuál es mi proyecto de vida? 

Quizás uno de los peores culpables de nuestro acelere sea el mundo digital, porque nos hace vivir siempre conectados, siempre estimulados. Cuando tenemos la pantalla cerca de nuestro cerebro, este tiene ganas de estar pegado a ella y ver que WhatsApp nuevo, recibimos leer emails, ver Instagram, chequear YouTube, escuchar Spotify. El problema nos explica es que usamos esto como vía de escape y nos estresa, liberando cortisol, aburre o enfada porque tiene consecuencias al nivel de la corteza prefrontal que es la que nos ayuda a pensar y en el nivel del sistema de recompensas porque buscamos gratificaciones instantáneas. 

Características de la Cronopatía:

1. No ser capaz de disfrutar el momento presente, placeres simples de la vida, compañía de afectos 

2. Perder oportunidades especiales e irrepetibles por el ajetreo y el estar obsesionado. 

3. Impaciencia. Desear resolver todo de inmediato 

4. Ansiedad, culpa o frustración si se encuentran inactivos 

5. Vivir como si la vida fuera una competencia que hay que ganar 

6. Cansancio y malhumor 

7. Dejar de divertirse 

8. Enfermar con frecuencia 

9. Aislamiento 

10. Juzgar a otros por su productividad 

Formas de superar la Cronopatía

1. Dejar de controlar todo aquello que sucede y adoptar una postura de fluidez. 

2. Procurarse espacios de Paz y Serenidad. Momentos de dejar redes, teléfono y reloj aparte y disfrutar momentos y vínculos 

3. Invertir tiempo en hobbies, sumando actividades de disfrute 

4. Dejar blancos en la agenda para energización, desconectar y descansar 

5. Identificar el propósito de vida y enfocarse restando tiempo a “tareas vacías” de él. 

6. Meditar, contacto con la naturaleza, ejercitar la respiración 

7. Solicitar ayuda profesional 

“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”. John Steinbeck 

Nuestra valía como seres humanos no radica en la velocidad y la cantidad de cosas que podemos hacer en el menor tiempo, sino en disfrutar cada momento presente y cumplir la misión elegida. 

Es entonces cuando brillantes sensaciones, oportunidades, afectos se despliegan y se viven con plenitud y conciencia. A brillar que en septiembre nos seguiremos disfrutando con paz en el alma, alegría y calma. 

Gratitud por haber tomado este tiempo juntos. 

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1 comentario en «EL TIEMPO, ESE PINCHE TIRANO»

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