El papel en blanco recibe el trazo del lápiz en su más antiguo de los instintos artísticos.
En él se dibuja el bosquejo que a veces servirá para construir la obra de arte en el lienzo.
Pero también es el papel en blanco el que intuye y hace que tu reflexión viaje por los mundos interiores, para así atrapar en él, un mensaje en el tiempo.
La tinta en negro más incisiva, denota la visceral fórmula de aproximar el dibujo en negro a casi ya la pintura.
Las obras en blanco y negro son la institución más elegante para invitar al espectador del arte, a conocer el verdadero diálogo del artista.
Así es que en todo trayecto por el mundo, en cada viaje personal y alrededor de cualquier país.
La hoja en blanco y el trazar en negro es el único material importante para trasladar la realidad personal al quehacer del estudio.
Arte es vida… Negro también es un color.