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En La Acera de En Frente, Bisexualidad/Pansexualidad

Bisexualidad / Pansexualidad 

Luego del paso de los Carnavales de Febrero, también la comunidad LGTB+ en España tiene una nueva meta que celebrar, la famosa “Ley Trans” tras años de trámites en el parlamento, al parecer se da una forma legal a múltiples vacíos que socialmente no se contaban en la igualdad. 

Desde la despatologiza el proceso de cambio de sexo, la eliminación de la hormonación obligatoria. 

Las evaluaciones psicológicas y médicas como requisitos para aquellas personas que soliciten el cambio de sexo en el Registro Civil (Para cambiar de sexo en el registro a partir de los 16 años no será obligatorio presentar informes médicos o psicológicos). 

También avances muy importantes: Se prohíbe las terapias de conversión. 

Las lesbianas, bisexuales y las personas trans con capacidad de gestar tendrán garantizado el acceso a técnicas de reproducción asistida. 

En fin, una serie de avances que esperamos que sirva de ejemplo para garantizar a nivel estatal la igualdad en la diversidad. 

A lo largo de este viaje que he relatado “desde la acera de en frente” muchos puntos de vista del colectivo LGTB+, desde m opinión y con el respaldo de datos e investigación seria, pero insisto desde un punto de vista personal invitando al lector a abrir un diálogo o un debate. 

Ya que en ningún caso pongo mi palabra como verdad absoluta. 

En esta ocasión hablaremos de una parte del colectivo que la invisibilidad o los calificativos discriminatorios son muy fáciles de llegar, no solo fuera del colectivo sino también desde dentro. 

Hablamos de la Bisexualidad y la Pansexualidad, que parecen ser lo mismo, pero NO. 

Definamos a ambas: 

La bisexualidad hace referencia a personas que sienten atracción física, emocional y sexual hacia hombres y mujeres. 

Ser pansexual se refiere a sentir atracción por una persona sin importar su género o sexo, es diferente a la bisexualidad en que la atracción no se limita a constructos duales como masculino/hombre y femenino/mujer. 

Es un concepto que surge en los años noventa (siglo XX) para incluir a personas en las cuales su atracción hacia alguien más no depende del sexo o género. 

Desde la discriminación: Según Noelia Mellado, (Coordinadora del grupo de Políticas Bisexuales de FELGTB): “El monosexismo, imposición social que presupone que solo pueden existir personas a las que les atraiga un solo género, es el causante de la bifobia que sufrimos, que se manifiesta no solo en forma de estereotipos que provocan que las personas bisexuales sean constantemente invalidadas e invisibilizadas, sino a través del ‘borrado bisexual’, tendencia que consiste en ignorar, falsificar, re-explicar los escasos rastros que tenemos de referentes históricos de personas bisexuales”. 

También denuncian que las personas bisexuales son continuamente cuestionadas y se ven obligadas a reivindicar constantemente su orientación sexual, ya que se enfrentan a varios prejuicios sociales; que la bisexualidad es una fase de negación de la propia homosexualidad, que directamente no existe o que son personas viciosas, entre otros. 

Sexualidad fluida: ¿Patrimonio de la mujer o tarea pendiente de los hombres? 

Una de las cosas que debemos tener muy claras, es que la sexualidad es fluida, no todo es blanco o negro, entre ellos hay una escala de grises que con independencia a que letra del colectivo o la misma heterosexualidad manifiesta, la atracción sexual va cambiando con la edad, comportamiento y condiciones sociales, apertura a nuevas experiencias y roles. 

La identidad sexual se puede definir como la dimensión subjetiva del ser sexuado. 

Se forma en el contexto específico biopsicosocial que caracteriza a la persona y esto implica una gran variabilidad en sus declinaciones (Bancroft,1983). 

Es un constructo que, desde hace mucho tiempo, en la literatura se desglosa en algunos subdimensiones: 

el sexo biológico, la identidad de género, la orientación sexual y el rol de género (Shively y De Cecco, 1977). Entonces volvemos al punto de que el sexo en el humano (como también en otros animales) no es solo reproductivo. 

Tiene que ver con el deseo, la emocionalidad, factores biológicos y culturales que se combinan para no solo determinar la personalidad, sino también la forma de relaciones desde los puntos afectivo-sexual. 

Llegando a este punto la intersección de nuestra orientación, identidad de género, sexo biológico, expresión de género, rol de género, etc. Nos invita a dar el punto de quiebre en sistema de binario y no binario. Una apertura que también se ve en relaciones poliamorosas, abiertas, triejas o simplemente las que escapan a la norma hetero patriarcal. 

Cuestionamientos para tener en claro son: 

¿Qué pasa si me gusta más de una persona, si quiero tener más amantes? 

¿Qué pasa si solo tengo preferencias por un cierto tipo de práctica sexual? 

¿Qué pasa si no quiero definirme de ninguna manera y solo quiero experimentar lo que viene? 

Todas estas en diversidad de género o identidad de género, más allá de todo se busca una o unas personas. 

¿Cómo te planteas tu mism@? 

PD: Con Amor 

Miquel Claudì-López 

@miquelclaudilopez

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