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Herramientas esenciales a la hora de PERDONAR

Como adultos, solemos cargar con las heridas de nuestra infancia y muchas veces, son esas mismas heridas las que no nos permiten avanzar en nuestra vida adulta.

Una de las técnicas más poderosas, de acuerdo con mi experiencia, es imaginar a tus padres como niños pequeños, indefensos que en definitiva aplicaron en su vida adulta lo aprendido de niños y como resultado de ello, es la relación que tienen contigo.

Hay que comprender que todos venimos a este mundo a sanar heridas de nuestra alma, venimos a la “Escuela de la vida” para aprender y trascender todas las dificultades que permitirán a nuestra alma llegar a un siguiente nivel.

Es por ello necesario conocer los diferentes tipos de heridas emocionales que las personas suelen experimentar, conocerlo te permitirá comprender por qué cada persona reacciona de una manera determinada.

Como describe Lisa Bourbeau, “las heridas emocionales son experiencias dolorosas de la niñez que conforman nuestra personalidad adulta, quienes somos y cómo afrontaremos las adversidades de la vida”

Aquí te presento los 5 tipos de heridas emocionales:

Rechazo: Para enmascarar esta herida, la persona reacciona huyendo y evadiendo las situaciones que lo pueden exponer a no ser aceptado.

Abandono: El miedo a ser abandonado activa la máscara bajo la forma de dependencia, se puede ver en vínculos donde se genera codependencia emocional. Se prioriza las necesidades de la otra persona sobre las propias, lo cual conlleva una pérdida completa de la auto identidad.

Injusticia: Se activa la máscara de la rigidez. La persona se muestra totalmente inflexible. Solo es capaz de escuchar su propia verdad. Prefiere no exponerse para no ser injustamente dejado de lado.

Humillación: La máscara en este caso, es la de víctima de las circunstancias, todo les ocurre a ellos sin tener nada de responsabilidad sobre sus actos.

Traición: Esta herida emocional reactiva la máscara de la manipulación, de esta manera la persona siente que controla la situación y así se asegura de no ser traicionado.

Cuando comprendemos las reacciones de las demás personas, es mucho más fácil perdonar, comprender que muchas de las cosas que “nos hacen” no tienen en realidad que ver con NOSOTROS, sino que provienen de heridas de la infancia.

Intenta imaginar a partir de ahora a cada persona con la cual tienes un enfrentamiento como un niño asustado, temeroso que reacciona lo mejor que puede y no como verdaderamente quisiera hacerlo.

Aun así, querida lectora, quiero aclararte que atraemos a nuestra vida personas, circunstancias, conflictos en base a nuestra vibración y heridas emocionales por sanar. Está en nosotros aprender a manejar nuestra vibración para comenzar a traer situaciones diferentes.

Debemos aprender a perdonar independientemente de si la otra persona se merece o no nuestro perdón. 

Perdonar, es auto sanarse, es limpiarse de energía que solo te impide avanzar e ir en busca de tu propia felicidad.

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