La Poderosa influencia de los aromas
Por Anna Palacin Recort
Cuando alguien habla de la Lavanda, enseguida nos imaginamos esos campos alineados de color violeta que están en el sur de Francia. Y si te digo que eso no es lavanda ¿Cómo te quedas? Se trata de lavandina, un híbrido que la industria de cosmética y perfumería creó para abaratar la producción de aguas de colonia o cremas, si alguien lo vende como aceite esencial, podemos afirmar que se trata de una adulteración del producto y que, como tal, puede presentar un peligro para los consumidores.
El aceite esencial de lavanda se extrae de la Lavanda Angustifolia y, como habrás deducido, el precio no puede ser igual, así que te aconsejaría que te informaras muy bien de la procedencia de producto, antes de comprarlo.
A parte de este importante dato, me gustaría hablarte de la poderosa influencia que los aromas tienen en nuestras vidas, de cómo funciona el sistema límbico y qué sistemas existen para difundir un aceite esencial.
Vayamos por partes, a todas, a todos nos ha pasado que un aroma nos evoca un recuerdo, quizás la lavanda te lleva al armario de la ropa de la abuela, el aroma del romero te lleva a una excursión por el bosque con la familia, la naranja te evoca una colonia infantil… y así hasta el infinito, provocando al instante una sensación que puede ser corpórea o emocional.
La verdad es que los olores pueden afectar directamente a nuestro estado emocional.
Cuando se inhala un aroma, las moléculas viajan por el olfato hasta el bulbo olfativo y éste envía unos impulsos que son recibidos por el cerebro, el centro gustativo, la amígdala (donde se almacenan las memorias emocionales) y a otras partes del sistema límbico que está conectado con la parte del cerebro que controla el ritmo cardíaco, la presión arterial, la respiración, la memoria, los niveles de estrés y el equilibrio. Los aceites esenciales, a través de su fragancia y de la estructura de sus moléculas, estimulan el sistema límbico, por eso no resulta tan descabellado pensar en la influencia que pueden ejercer en nosotras/os y nuestros estados de ánimo. Lo fascinante de todo esto es que, aunque tú no percibas un aroma, su inhalación sí provoca reacciones físicas y emocionales en tu cuerpo.
He intentado explicarte de una manera sencilla el mecanismo del sentido del olfato. Ahora me gustaría hablarte de las diferentes formas que tenemos de difundir un aceite esencial (AE).
La primera y más sencilla sería ponernos una o dos gotas del AE elegido en la palma de la mano, haciendo un cuenco (como cuando vamos a beber agua de la fuente), se juntan ambas palmas y se frotan con un movimiento circular, llevamos ambas manos cubriendo nariz y boca haciendo tres o cuatro inhalaciones profundas.
Otra manera de difundir los AE sería llevando un colgante, pulsera o anillo difusor, son unas joyitas que llevan unas esponjitas de fieltro donde se le echan 2 o 3 gotas y podemos llevar el AE elegido cerca de nuestro cuerpo.
Si lo que queremos es llegar a más personas, ya sea la familia, compañeros de trabajo, una sala o en la entrada de tu negocio o de tu propia casa, lo ideal es utilizar un difusor de aire frío con placa de ultrasonidos, esta placa romperá las moléculas del AE y las repartirá con una suave bruma por todo el espacio, así las partículas quedarán difundidas por la habitación y todos obtendremos beneficios de la inhalación. Aquí sí que me permito darte un consejo, si el AE es de alta calidad, el difusor también debe serlo, puesto que los propios componentes del aceite podrían deteriorar el material plástico con el que se ha fabricado.
Puedes crear tu propio ambientador mezclando una o dos gotas de AE en una botella de aerosol con una taza de agua purificada, eso sí, agítala bien antes de rociar, puedes empapar algodones y ponerlos en tu armario de la ropa o en el coche, si eres creativa o creativo puedes hacer tus propios Mikados.
Me encantaría hablarte de los usos tópicos de los AE, pero creo que, por su extensión, tendrá que ser en otro artículo.
Nos leemos pronto.