Hablar de una primera vez es algo que siempre emociona.
Hoy quisiera contaros como mi vida dio un giro extraordinario y encontré la vocación que marcaría el futuro de mi carrera profesional.
Yo llevaba 3 años vendiendo al teléfono millares de tubo de aluminio.
Mi empresa los vendía vacíos, pero esos tubos tenían el destino de contener en su interior los productos más codiciados del mercado multinacional de la belleza.
Aunque siempre pensé que mi labor era insignificante, un día pasó algo inesperado cuando uno de los directivos de la gran multinacional decidió que era el momento de conocer a la chica que había al otro lado de la línea telefónica. Y ahí estaba yo rumbo a Burgos, donde iba a cambiar mi vida por siempre.
Entrar en una fábrica era algo que había hecho muchas veces en mi vida, pero esa vez algo iba realmente a sorprenderme.
Dentro de las paredes de lo que parecía solamente una gran industria, se escondía una especie de circuito urbano más parecido a una ciudad que a un negocio. Dentro había carreteras, semáforos y pasos de peatones como los que vemos a diario en cualquiera de nuestros pueblos o ciudades.
Ese día comprendí que un imperio así dentro de las paredes de una fábrica no podía ser obra de un negocio cualquiera, porque únicamente el deseo y la voluntad de millones y millones de consumidores podía hacer posible un milagro de tales dimensiones.
Y fue allí donde de la sorpresa pasé a la convicción. Salí de esa fábrica con la certeza de que nunca más iba a vender algo sin alma, sino que iba a dedicarme a abrirme camino en el transformador mundo de la Belleza y el Bienestar.
Hoy puedo decir que hace 17 años que me dedico a la consultoría, venta y formación de experiencias Wellness de lujo y tengo el honor de ser la propietaria de mi propia marca de cosmética.
Nunca podré olvidar aquel día que sentí una fuerza innata de tomar las riendas de mi vida profesional y dirigirlas hacía el lugar donde mi vocación se podía alinear a la perfección con ese talento humano que todas llevamos dentro.
Todo lo que vivo a diario lo siento como un regalo, pero si hay algo que realmente agradezco cada mañana es poder ponerme al servicio de quienes me rodean para iluminar sus dones.
No hay nada más gratificante que acompañar a alguien en su camino para evidenciarle la belleza que le conduce hacia el éxito profesional y la plenitud personal.
La doble limpieza,
una costumbre oriental integrada en occidente
Hay que admitir que el mejor secreto de belleza que se puede ofrecer a alguien tiene que ver con la limpieza profunda de la piel.
No te conformes con limpiar tu piel una vez, duplica la acción y multiplicarás enormemente los resultados de los productos que te apliques posteriormente.
Muchas veces la efectividad de serums, hidratantes y tratamientos específicos no acaba de ser 100% satisfactoria porque los aplicamos sobre una piel que aún contiene impurezas que alteran sus efectos.
Un truco para que esta doble acción sea realmente efectiva puede ser utilizar dos tipos de limpiadores realmente diferentes cada vez que inicies tu rutina de belleza, por ejemplo:
Un agua micelar y una leche limpiadora
Un jabón natural y una loción limpiadora
Un aceite limpiador y unos discos de algodón impregnados en hidrolato de lavanda, manzanilla, ciprés, melisa…
Combínalos a tu gusto y necesidad antes de irte a dormir y al levantarte y posteriormente aplica tu secuencia hidratante preferida.
Tus productos hidratantes serán más efectivos y tu cara lucirá realmente radiante a los pocos días de poner esta rutina en práctica.
Zapatero a tus zapatos
Cuando llega la crisis de los 40 o de los 50 nos entran unas prisas enormes por reparar nuestra piel.
En ocasiones la publicidad o seguir los consejos de alguien inadecuado nos puede hacer gastar dinero en productos cosméticos o tratamientos sin que llegues a rentabilizarlos con resultados visibles en tu piel.
Compramos por impulso en supermercados, perfumerías, farmacias y establecimientos no especializados que nos venden sabiendo de productos, pero ¿saben realmente de piel, o de ti?
Tu mejor consejera de belleza es tu esteticista de confianza, ya que ella es experta en cosmética, pero además conoce tu piel y sobre todo sabe de tus costumbres, tus inquietudes, incluso tus rarezas, y es por eso por lo que en cada recomendación te propone algo hecho a la medida de tus necesidades.
Tu esteticista es la mejor elección para que cada compra no sea un gasto, sino una inversión en la salud de presente y futuro para tu piel.
La piel te habla
¿Sabías que tu piel te avisa de la mayoría de las incidencias de salud que vas a experimentar? Es una pena, pero la mayoría de las veces hacemos caso omiso a sus mensajes.
Observando tu piel un buen especialista en salud holística puede llegar a saber cosas como que retienes líquidos, que tu sistema circulatorio funciona mal, que cuando sufres te estancas en pensamientos repetitivos o que tienes ira contenida.
Desde que se ha puesto de moda la medicina integrativa y las terapias cuerpo-mente-alma se ha avanzado muchísimo a la hora de tratar los problemas no desde el efecto, sino ejerciendo sobre la causa y previniendo la enfermedad.
Del mismo modo que cuando tienes fiebre no tratas tu organismo únicamente con un antitérmico porque hay que atajar paralelamente la infección que la está provocando, cuando tengas una arruga sería interesante que te preguntaras qué la podido provocar, ya que te sorprenderá saber que no todas las marcas de expresión en tu piel son reflejo de tu envejecimiento.
Este tema daría para kilómetros de tinta, pero nuestro consejo de momento es que aprendas a observar tu piel e interpretar sus mensajes porque ella te habla a diario de tu salud de hoy y del mañana.