Las mujeres de Federico
En este mes de abril me he querido acercar a uno de los rincones más bellos de la vega granadina, la huerta de San Vicente, una finca de veraneo familiar, llena de sol y de olores, que perteneció a la familia del gran Federico García Lorca, desde 1926 hasta el asesinato del poeta en 1936.
Este espacio real sirve de escenario para recrear la vida de los personajes femeninos que la periodista Ana Bernal -Triviño ha querido arrancar de las páginas de los libros de Federico, en una obra ilustrada magistralmente por Lady Desidia, pseudónimo de Vanessa Borrell, pero sin perder la esencia del universo lorquiano.
Estas dos mujeres, Ana y Vanessa, han querido acercar la historia de las mujeres y hacer un ejercicio de memoria histórica y femenina. Han abierto, con el texto y las ilustraciones, las ventanas de la casa encalada de blanco y puertas verdes, para permitir la entrada de aire fresco y renovado, sintiéndose ellas mismas protagonistas de la obra, poniendo luz y color a las mujeres “oscuras” de Lorca.
El famosísimo poeta de Granada fue conocedor de la psicología femenina. Y en los últimos años, se ha reivindicado el feminismo de sus personajes, destacando, por ejemplo, la fuente de inspiración de La Zapatera prodigiosa, que fue la vanguardista y transgresora Agustina González. No en vano Federico García Lorca, pasó su infancia escuchando nanas y conversaciones en espacios domésticos de mujeres.
Las mujeres de Federico reflejan la fuerza de los personajes femeninos que aparecen en las obras de Lorca, expresando la preocupación por los derechos de la mujer, reivindicando sus dramas personales, inspirados por la propia realidad de la época. Durante 24 horas se encontrarán y hablarán en la Huerta de San Vicente Bernarda Alba, Mariana Pineda, Yerma, Doña Rosita la soltera, la Zapatera, todo un elenco de personajes femeninos, ficticios y encorsetados, para expresar dolor e impotencia, y al mismo tiempo desplegar sus alas con tanta fuerza y coraje, que sus sueños se hacen visibles en las páginas de libro, donde el texto y las ilustraciones forman un universo onírico y lorquiano, sin perder la esencia del autor, pero en un escenario visto con perspectiva feminista que intenta romper estereotipos anclados en un pasado lleno de silencios y de culpas, que arrastran todas las mujeres de Federico.
Es muy significativo el texto en el que la autora da voz a una de las hijas de Bernarda Alba, cuando le confiesa a su madre: «Yo quiero conocer a Federico», la autoritaria dueña de la casa, replica: «¡Ni Federico ni Federica! Este hombre nos sentenció ¿Queréis que todas las demás cotilleen sobre nuestras vidas, que hablen de nosotras aún más y se alimenten del veneno de sus lenguas?
Somos mujeres. Ya estamos juzgadas desde que nacimos y fuimos creadas. No pienso dejar que se manche más nuestro nombre».
Encarni Bello
BS. ABRIL 2022