Llega el verano y con él las ganas de disfrutar de las actividades en el exterior donde el sol se convierte en uno de los protagonistas más claros de la temporada.
Lejos de las campañas alarmistas en las que la industria farmacéutica nos muestra el sol como el responsable de los principales problemas de salud y envejecimiento prematuro de la piel, me gustaría hacer un análisis justo y serio de los beneficios de los baños solares realizados en su justa medida.
Dejemos bien claro de entrada que el SOL es una auténtica medicina para el organismo si se sabe administrar convenientemente.
Estamos sin duda ante un problema de dosificación, ya que con tan sólo de 10 a 30 minutos diarios tomados en los momentos de menos potencia solar, el cuerpo podría gozar de infinidad de beneficios sin arriesgar de modo alguno la salud ni el aspecto de la piel.
Veamos algunos ejemplos de las ventajas de los baños solares:
1. Ayudan a estimular las defensas del organismo gracias a la generación de glóbulos blancos.
2. Mejoran los ciclos del sueño gracias a la estimulación de la melatonina.
3. Los rayos UV metabolizan y reducen el nivel de colesterol.
4. Generan vitamina D que es clave en la mineralización de los huesos y dientes, aumenta la circulación de la sangre, aumenta el metabolismo, aumenta la depuración de los tejidos y ejerce un efecto protector del organismo frente algunos tipos de tumores.
5. Mejoran el aspecto de la piel frente algunas anomalías como la psoriasis o el acné.
6. Y por si todo esto fuera poco, su luz nos provoca un plácido estado de ánimo y aumenta la calidad de la vida sexual de las parejas gracias al aumento de los niveles de testosterona.
Por supuesto como todo en la vida, debemos huir de los excesos y de los baños solares en las horas de más intensidad, pero nuestra recomendación es disfrutar del sol al natural durante 10 a 20 minutos diarios y si deseamos alargar la exposición hacerlo habiéndose informado antes de los mecanismos de protección solar más interesantes y efectivos, que sorprendentemente se parecen poco a lo que leemos y vemos habitualmente en las publicidades y recomendaciones comerciales, pero eso ya será tema de nuestro siguiente artículo.
Una reflexión importante asociada a las protecciones solares
¿Sabes cómo calcular el SPF que necesita tu piel y su efectividad en tiempo?
Hay opiniones para todos los estilos, pero sin duda para hacerte tu propia opinión debes conocer 3 datos esenciales.
1er dato
Creemos que lo mejor para entenderlo bien es destacar que la protección que ofrecen los SPF no son proporcionales a la numeración que vemos en ellos.
De manera generalizada podemos decir que un filtro solar SPF 15 protege en un 93% de los rayos UVB, un SPF 30 en un 97% y un SPF 50 en un 98%.
Efectivamente, la conclusión que podemos obtener de este dato es que los SPF elevados no garantizan una calidad de protección realmente importante con respecto a los más bajos.
2º dato
En cuanto al tiempo que estarás protegido la mejor forma de explicarlo es con un ejemplo.
Si tu piel se expone al sol sin protección alguna y en 20 minutos empieza a experimentar los primeros efectos de enrojecimiento, cuando te compres una crema solar deberás multiplicar el SPF que figure en el bote por esos 20 minutos y de este modo podrás obtener el tiempo que podrás estar expuesta al sol con esa crema protectora.
Siguiendo con nuestro ejemplo con un SPF 15 podrías estar expuesta al sol durante 5 horas, con un SPF 30 durante 10 horas y con un SPF 50 durante 16 horas y 40 minutos.
Aquí la numeración de los SPF sí que marca una diferencia teórica, pero ¡cuidado! porque si sudas o te sumerges en agua el protector pierde su efectividad y debes aplicarlo de nuevo.
Como te puedes imaginar en el caso de bañistas de playa o piscina el uso de protecciones muy altas no se justifica ya que en la mayoría de los casos la protección depende más de aplicar las cremas después de cada baño que de la numeración de la misma, que jamás llega a aprovecharse en el tiempo.
3º dato
Teniendo en cuenta que el ingrediente por excelencia que se utiliza para la formulación de cosméticos es el dióxido de titanio que aunque es cierto que es muy efectivo como protector solar para la piel, tiene asociada la polémica del riesgo potencial de sus nano partículas como pro-inflamatorio de los pulmones y el peritoneo, ¿no os parece más lógico que para evitar el riesgo de toxicidad la recomendación de los profesionales fuera utilizar protectores bajos en dióxido de titanio y repetir su aplicación cuando realmente fuera necesario?
Como siempre, tras la respuesta a esta pregunta hay un largo listado de motivos que tienen más que ver con los intereses económicos e industriales que con la salud de los usuarios.
El Sol es un gran aliado de la Salud y la Belleza.
Usarlo a tu favor, depende únicamente de ti.
Nosotros queríamos contribuir con este artículo a poner luz sobre un asunto que afecta a la salud propia y la de nuestros seres queridos.
Ahora tienes todos los datos necesarios para tomar tu decisión, pero todo indica que la obsesión por protecciones solares altas no se justifica a la hora de la verdad y sin embargo tiene claros inconvenientes ya que la ventaja de un SPF más alto no está realmente en la calidad de la protección sino en la cantidad de tiempo que vas a poder estar protegida.
Te invitamos a calcular cuál sería el SPF ideal para tu tipo de piel y el uso que le vas a dar antes de adquirir tu protector solar y sobre todo a disfrutar del sol y del verano, con prudencia pero sin miedos.