Mi vida, cómo la de los demás, está tejida por una gran red de vivencias de todo tipo, desde experiencias de lo más lindas, aventureras, románticas, monótonas, aburridas y terroríficas, pero todas ellas han hecho de mí la persona que soy hoy, incluidas aquellas experiencias que en su momento fueron muy duras para mí. Ahí nació una nueva yo, que hizo que hoy me dedique en exclusividad a lo que más amo, ayudar a las personas a recuperar su autoestima, empoderamiento y que puedan disfrutar al 100% de su sexualidad. 

Hoy, en honor a la primera remesa de esta maravillosa revista, le voy a dar un poco de luz a esa primera vez, porque cuando te estás planteando tener una relación sexual con alguien, seguramente en tu mente está: pene + vagina = sexo, y eso es un error. 

Porque tener sexo va desde los mensajes que os enviáis subiditos de tono, las caricias, los besos, el petting (cuando os rozáis con ropa estando uno encima del otro, pero sin penetración). Todas estas maneras de jugar también son sexo.

Me gusta empezar así, porque hay una distorsión muy grande de lo que vemos en las películas porno y románticas, de lo que tiene que ser el sexo, esto genera unas expectativas enormes en nuestra imaginación y cuando lo hacemos por primera vez, nos decepcionamos, no disfrutamos, nuestra mente está en lo que se supone que debo sentir, hacer, etc., lo cual hace que se genere una frustración desde el principio.

Así que mi primer consejo, y ya sé que me dirás que soy una plasta, pero debo decírtelo, es que, ante todo, utilices protección, ya no solo para no quedarte embarazada, sino por todas las enfermedades de transmisión sexual que se pueden contraer durante el acto.

Segundo consejo, tienes que estar muy segura de lo que quieres hacer con esa persona, que lo deseas y que, sobre todo, te transmite confianza y seguridad. No significa que tiene que ser el hombre o la mujer de tu vida, porque probablemente seas muy joven, pero sí que es importante que quieras hacerlo con esa persona y que exista confianza en esa relación.

Vamos a por el tercer consejo, los preliminares, que no me gusta llamarlo así, porque, sobre todo, esto a lo que llamamos así, tendría que estar presente durante todo el acto. Y es importante que estén en la primera vez, ¿Por qué? Porque en tu primera vez estarás muy nerviosa, se tienen unas expectativas muy altas de lo que es el sexo, por lo que te he dicho antes. Así que cuantos más preliminares, más besos, más caricias, será mucho mejor. Alargarlo todo lo que podáis, eso os relajará.

Y por último, sería interesante, que previamente a tu primera vez, ya conocieras tu cuerpo, es decir, que te hubieras masturbado. Eso es importante de cara a la comunicación con tu pareja, ya que desde el conocimiento de tu cuerpo puedes expresarle y guiarle cómo quieres que te toque. 

Muchas veces ponemos el placer en manos del otro y así podemos frustrarnos muchísimo más. Si no lo has hecho, no pasa nada, siente dónde te gusta que te toque, comunícalo y que sea recíproco. Sobre todo, si no se llega al final, si no hay penetración, por las circunstancias que sean, no pasa nada, lo podéis dejar para otro momento y otro día. Se trata de disfrutar de todo lo que te he comentado.

No te frustres si la primera vez no llegas al orgasmo, el buen sexo, siempre viene después de practicarlo una y otra vez, cómo absolutamente todo.

Y por último una de las cosas que más preocupan en la primera vez, es la rotura del himen. No siempre se rompe con el primer acto sexual, puede ser por otros motivos, cómo una támpax, el saltar, etc. Es aproximadamente un 40% de chicas las que lo rompen en su primera vez, y que sangra un poco, pero no te asustes si eso sucede, es como un pequeño chasquido y no más.

Sólo me queda decirte que en tu primera vez no tengas expectativas de todo aquello que has visto en películas o que te han contado, limítate a sentir y disfrutar de los besos, de las caricias, de la persona, y de tu cuerpo.

Noemí Bras, creadora del movimiento #Alasdecambio y autora de la trilogía del mismo nombre. 

He dedicado toda mi vida a acompañar a personas en procesos de curación y transformación mediante la Psicosomática Clínica (Biodescodificación), terapia Regresiva, PNL, Reiki, Ataraxia, Coaching Estratégico y sexual.

Fundadora de la Academia Ikigai

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