Parejas OWC, ¿un viaje hacia el amor consciente?
En un mundo donde todas las estructuras tradicionales están bajo la lupa, las relaciones no escapan a esta revisión.
Las llamadas Open Without Cheating (abiertas sin engañar) emergen como un fenómeno social que desafía no solo las normas sino también las profundidades de la psiquis humana y la conexión espiritual.
Basadas en la transparencia y el consentimiento mutuo invitan a una íntima reflexión sobre la naturaleza del amor, la libertad y la trascendencia del ego.
Aquí no hay engaño ni manipulación ni infidelidad sino una apertura consciente basada en límites y acuerdos claros.
Confieso que escribo sobre esto y me digo a mí misma no emitas juicios de valor personales.
¿Qué dos fuerzas enfrentan las parejas OWC? El miedo a la pérdida y el deseo de autenticidad.
El primero se contrapone con una monogamia fuertemente arraigada socialmente como símbolo de seguridad más choca con la multidimensionalidad de cada ser humano y sus propias necesidades afectivas y sexuales.

¿Qué requerimientos son fundamentales para navegar en esta realidad?
1° – Una comunicación radical con honestidad total no solo como valor sino como herramienta de supervivencia emocional del vínculo.
2° – Gestión de la inseguridad, los celos lejos de ser enemigos pueden convertirse en espejos reflectores de heridas internas (abandono, bajo amor propio), aquí la tarea se resume en integrarlos con terapias que clarifiquen la decisión tomada.
3° – Límites claros, no como reglas restrictivas sino como marco de reflejo mutuo.
El psicólogo americano Robert A. Johnson decía “el amor maduro no busca sino nutrir”. Las OWC invitan a un vínculo donde la relación se construye desde esa libertad no desde el control, cuestionando la idea de posesión “¡eres mío!”.

Podríamos concluir que nos adentramos hacia un nuevo paradigma de amor que incluye una ética expansiva, búsqueda genuina de expansión y autoconocimiento?
Desde esta óptica las OWC no son, sino un experimento existencial reflejo de un anhelo de evolución humana, que reta a sanar las propias heridas y comunicar con valentía. Espiritualmente, proponen que el amor no es un contrato, sino un viaje compartido hacia la libertad interior.
El poeta Khalil Gibran expresó “Dejad que haya espacio en vuestra unión porque las columnas del templo yacen separadas y el roble y el ciprés no crecen bajo la misma sombra”.
Quizás en esos espacios, y solo quizás, habite la esencia de un amor maduro capaz de abrazar tanto la unión como la infinita diversidad de la vida.
Alertas tipo idishe mame ,que no lo soy más lo actúo bastante. Son tan sagrados los espacios de intimidad relacional donde te expresas en tu vulnerabilidad máxima que es conveniente no los abras sin convicción, solo por complacer al otro. Lo hice, no aguanté je,je
Autoprotegerse porque el riesgo es de abrir una herida difícil de cicatrizar.
Mi frase dilecta es “cava cuanto puedas en el mismo pozo porque te garantiza la oportunidad de maximizar cada experiencia relacional”.
Capaz esto viene o de mi rango etario o de no haber sanado lo suficiente lo personal. Más mi convicción es que con más de dos alguien del vínculo primario resulta profundamente lastimado.
Vivir en libertad, respeto, juego y transparencia mutua es lo óptimo. No todo es para todos y está bien que así sea.
Abierta o cerrada lo importante para tu relación es que se transite desde la autenticidad, la confianza, el respeto, el bienestar de ambos y que permita expandirte en conciencia y crecer en madurez afectiva. Esto nos incita a brillar bien fuerte.
¡Hasta mayo! Muy agradecida por encontrarnos alrededor de este fuego chispeante, diverso y vivaz.