Muchas personas relacionan la palabra libertad a una condición externa, a la libre expresión, a la independencia económica, a la seguridad personal…
Yo te pregunto, ¿Qué es la libertad para ti?
¿Cómo expresas el ejercicio de la libertad en tu vida?
Te has preguntado ¿de qué o de quién depende tu libertad? A caso, ¿eres esclavo de los mandatos y paradigmas establecidos por otras personas a lo largo de tu vida?
Vamos por partes, para experimentar la libertad en la relación más importante de nuestras, la relación con uno mismo, es crucial erradicar patrones de auto juicio y autocrítica para de esa manera dejarnos ser, con nuestras luces y nuestras sombras.
En el momento que seleccionamos cuál parte de nuestro ser tiene permiso de existir y que parte no, estamos obstruyendo nuestro fluir y en consecuencia, nos auto impedimos ser lo que somos.
Aprender a convivir en libre expresión con nosotros mismos, implica derrumbar barreras, esfumar patrones de conducta aprendidos y una limpieza impecable de nuestras creencias limitantes, dando lugar a un nuevo ser, creado desde nuestras propias creencias, dogmas y paradigmas.
Solo es factible ejercer la libertad en las otras áreas de nuestra vida aplicando este concepto en nuestras relaciones interpersonales, en nuestra economía y hasta inclusive, en la educación de nuestros hijos.
Recuerda siempre que nadie tiene el poder de quitarte tu libertad, de elegir desde qué lugar quieres llevar adelante tu vida, qué tipo de persona quieres ser y cuál es el legado que deseas impregnar en tu paso por este planeta.
Nuestra misión y propósito de vida consiste en descubrir día a día quienes somos y mostrarnos al mundo tal cual SOMOS.
Te has preguntado, ¿cuándo fue la última vez que te atreviste a pensar, sentir y actuar tal cual eres?
Ahora sabes, que si no logras llevarlo a cabo, el principal impedimento eres tú mismo. Si tú mismo te quitas esa libertad jamás podrá nadie de afuera ofrecértela.
Recuerda que para ello, se necesita valentía, seguridad y confianza en uno mismo para saber a conciencia cierta que nada malo va a sucederte por el simple hecho de SER tú mismo.
¿Te atreves?