Queer As Cinema +“Maspalomas»
La homosexualidad masculina en la tercera edad y el doble armario de la generación silenciada
Cuando la vejez devuelve al armario
«Maspalomas» (2025), la nueva película de Aitor Arregi y José Mari Goenaga, aborda con valentía y madurez uno de los temas más invisibilizados del cine contemporáneo: la sexualidad homosexual masculina en la tercera edad. A través de la historia de Vicente, un hombre de 76 años que tras vivir abiertamente su homosexualidad en Maspalomas se ve obligado a ocultarla nuevamente al ingresar en una residencia de ancianos en San Sebastián, la película construye un retrato complejo de una generación que ha vivido la homosexualidad entre armarios múltiples, matrimonios de conveniencia y la búsqueda tardía de la autenticidad.

La película no solo desnuda las contradicciones de una sociedad que acepta superficialmente la diversidad sexual mientras mantiene estructuras profundamente heteronormativas, sino que plantea preguntas incómodas sobre si los espacios aparentemente liberadores como Maspalomas representan una auténtica liberación o simplemente armarios más cómodos donde la homosexualidad puede ejercerse sin cuestionar realmente las estructuras de poder que la marginalizan.
La generación del silencio: Vidas partidas entre la supervivencia y la autenticidad
Vicente representa a una generación de hombres homosexuales que construyeron sus vidas sobre la base del ocultamiento sistemático. Nacidos en los años cuarenta y cincuenta, educados bajo el franquismo y la moral católica más rígida, estos hombres aprendieron que la supervivencia social requería la performance de la heterosexualidad: matrimonios estratégicos, paternidad como coartada y una sexualidad fragmentada entre lo público aceptable y lo privado reprimido.
La homosexualidad de esta generación no se vivió como identidad integrada, sino como una pulsión clandestina que debía ser gestionada en espacios marginales: parques nocturnos, baños públicos, encuentros furtivos que nunca se nombraban. Estos hombres no «salieron del armario» en el sentido contemporáneo del término; más bien desarrollaron complejas arquitecturas de compartimentación que les permitían mantener simultáneamente vidas heterosexuales públicas y sexualidades homosexuales secretas.
Cuando Vicente llega a Maspalomas ya en la madurez, no está «descubriendo» su homosexualidad sino permitiéndose, quizás por primera vez, vivirla sin la constante vigilancia del ocultamiento. Sin embargo, la película sugiere que esta aparente liberación llegó demasiado tarde para permitir la construcción de una identidad integrada: Vicente sigue siendo el resultado de décadas de fragmentación.
Cruising en la tercera edad: Sexualidad sin romantización
Una de las dimensiones más valientes de «Maspalomas» es su representación directa del cruising en la tercera edad, sin eufemismos ni romantizaciones. Las dunas de Maspalomas aparecen no como paisaje exótico sino como territorio de caza sexual donde hombres mayores buscan encuentros anónimos que combinan liberación y desesperación. La película entiende que el cruising no es sólo búsqueda de placer sexual, sino también de contacto humano, de confirmación de la propia existencia y deseo.
El cine tradicionalmente ha evitado mostrar la sexualidad de las personas mayores, especialmente cuando esta sexualidad se desvía de las normas heterosexuales. «Maspalomas» rompe este tabú presentando cuerpos envejecidos en pleno deseo sexual, sin fetichizar ni victimizar, sino normalizando una realidad que existe pero permanece invisible. Los encuentros sexuales de Vicente no son presentados como patológicos ni como sublimes, sino como parte de una búsqueda humana legítima de conexión y placer que no desaparece con la edad.
Sin embargo, la película también revela las ambigüedades del cruising como forma de liberación. Los encuentros anónimos pueden ser tanto expresión de libertad sexual como síntoma de la incapacidad para establecer relaciones íntimas auténticas, consecuencia de décadas de ocultamiento que han atrofiado la capacidad de vinculación emocional profunda.
El armario de la residencia: La institucionalización del retroceso

El traslado de Vicente a la residencia de ancianos en San Sebastián funciona como una metáfora brutal sobre cómo las instituciones sociales perpetúan la invisibilización de la diversidad sexual. La residencia no es simplemente un espacio de cuidado para personas mayores, sino una institución heteronormativa que reproduce los valores de la sociedad tradicional bajo la apariencia del cuidado sanitario.
El regreso de Vicente al armario no es solo una elección personal motivada por el miedo, sino una respuesta adaptativa a un entorno que hace imposible cualquier expresión de diversidad sexual. La película muestra cómo las instituciones geriátricas, diseñadas supuestamente para el bienestar de las personas mayores, funcionan como espacios de regresión forzada donde la sexualidad diversa debe ser nuevamente reprimida.
Esta dimensión institucional del armario revela que la homofobia no es solo un prejuicio individual, sino una estructura sistémica que opera a través de la organización social del espacio, las normas implícitas de convivencia y la imposición de modelos familiares heteronormativos como únicos legítimos. La residencia se convierte en una máquina de producción de heterosexualidad compulsiva donde la diferencia debe ser borrada para garantizar el «orden» institucional.
Homofobia internalizada: El enemigo interior
Uno de los aspectos más complejos de «Maspalomas» es su exploración de la homofobia internalizada de Vicente. Sus décadas de ocultamiento no solo han sido una estrategia de supervivencia externa, sino que han generado una profunda autodesvalorización que se manifiesta en su incapacidad para construir relaciones homosexuales estables y en su tendencia a reproducir estereotipos negativos sobre la homosexualidad.
La homofobia internalizada de la generación de Vicente no es solo autorrechazo, sino una forma compleja de supervivencia psíquica que implica la adopción de los valores dominantes como mecanismo de integración social. Estos hombres aprendieron a despreciar en sí mismos aquello que la sociedad condenaba, desarrollando identidades fragmentadas donde la homosexualidad era vivida como culpa, compulsión o simplemente como aspecto sexual desconectado de la identidad global.
La película muestra cómo esta homofobia internalizada no desaparece mágicamente con la «liberación» tardía, sino que continúa operando como un sabotaje interno que impide la construcción de una identidad integrada. Vicente puede practicar el cruising en Maspalomas, pero no puede construir una relación de pareja estable porque su autoestima ha sido sistemáticamente minada por décadas de autorrechazo.
Confrontación generacional: Vox, la derecha radical y los nuevos discursos de odio

La película no elude la confrontación con los discursos de extrema derecha contemporáneos, representados por la influencia de partidos como Vox que han convertido la LGTBIfobia en una de sus banderas políticas. Esta confrontación adquiere particular relevancia porque la generación de Vicente, que ya había experimentado la represión franquista, se encuentra ahora con nuevas formas de discurso homófobo que, paradójicamente, utilizan el lenguaje de los derechos para justificar la discriminación.
Los nuevos discursos de odio operan con mayor sofisticación que la homofobia tradicional: no niegan el derecho a la homosexualidad privada, pero rechazan su legitimidad pública y especialmente su capacidad formativa de familia y su visibilidad social. Para la generación de Vicente, acostumbrada a una homofobia más directa y represiva, estos nuevos discursos resultan particularmente confusos porque aparentan ser más tolerantes mientras mantienen las estructuras discriminatorias.
La película sugiere que esta confrontación con los nuevos discursos reaccionarios puede funcionar como un despertar político para una generación que había elegido la invisibilidad como estrategia de supervivencia. La amenaza de un retroceso en los derechos conquistados obliga a replantear la viabilidad de la invisibilidad como estrategia a largo plazo.
Paternidad y culpa: La herencia del engaño
La relación de Vicente con su hija representa uno de los núcleos emocionales más complejos de la película. Su paternidad no fue el resultado del deseo de formar familia, sino una estrategia de camuflaje social que implicó el engaño sistemático tanto hacia su esposa como hacia su hija. Esta paternidad estratégica genera una culpa específica que no puede ser resuelta simplemente con la «salida del armario» tardía.
La película explora cómo los hombres homosexuales de esta generación que se casaron y tuvieron hijos para ocultar su sexualidad cargaron con una doble culpa: la culpa por el engaño hacia sus familias y la culpa por haber negado su propia autenticidad. Esta culpa no puede ser resuelta con gestos heroicos de autenticidad tardía, porque el daño causado por años de mentira familiar es irreparable.
La hija de Vicente representa una generación que creció con referentes familiares falsos y que debe reelaborar su propia historia personal cuando descubre la verdad sobre la sexualidad de su padre. Su relación plantea preguntas complejas sobre el perdón, la comprensión intergeneracional y la posibilidad de reconstruir vínculos familiares sobre bases más auténticas pero también más dolorosas.
Maspalomas: ¿Liberación o armario dorado?
La pregunta más inquietante que plantea la película es si Maspalomas representa una auténtica liberación sexual o simplemente un armario más cómodo y socialmente aceptado. Los enclaves turísticos gay-friendly como Maspalomas funcionan como burbujas de tolerancia que permiten la expresión de la diversidad sexual sin cuestionar realmente las estructuras heteronormativas de la sociedad más amplia.

Vicente puede ejercer su sexualidad libremente en Maspalomas, pero esta libertad tiene límites espaciales y temporales muy definidos. No puede trasladarla a San Sebastián, no puede integrarla en sus relaciones familiares, no puede convertirla en base para la construcción de una identidad social completa. Maspalomas funciona como un paréntesis de libertad que confirma la norma heterosexual más que cuestionarla.
Esta ambigüedad revela los límites del modelo de «tolerancia» que caracteriza el neoliberalismo contemporáneo: se acepta la diversidad sexual mientras permanezca confinada a espacios específicos y no cuestione las estructuras familiares, laborales y sociales dominantes. La «liberación» se convierte así en una forma sofisticada de control que permite cierta expresión de la diferencia mientras mantiene intactos los privilegios de la heterosexualidad normativa.
El cine como territorio de la dignidad invisibilizada
«Maspalomas» representa un paso fundamental en la maduración del cine español en su abordaje de la diversidad sexual. La película evita tanto la victimización melodramática como la celebración acrítica para construir un retrato complejo de una realidad que había permanecido invisible. Su mayor logro es presentar la homosexualidad masculina en la tercera edad como parte legítima de la experiencia humana, sin exotizarla ni normalizarla de forma superficial.
La película demuestra que es posible abordar la experiencia homosexual cinematográficamente sin recurrir a clichés ni estereotipos, presentando personajes complejos cuya sexualidad es un aspecto importante pero no definitorio de su identidad. Vicente no es «el viejo gay» sino un hombre mayor cuya homosexualidad es uno de los elementos de una personalidad rica en contradicciones y matices.
En última instancia, «Maspalomas» funciona como un acto de justicia poética hacia una generación que sacrificó su autenticidad en aras de la supervivencia social y que ahora, en el ocaso de sus vidas, intenta recuperar fragmentos de verdad personal. La película no ofrece respuestas fáciles ni finales redentores, sino que dignifica la complejidad de experiencias que nuestra sociedad ha preferido ignorar. Su valentía radica no solo en mostrar lo que permanecía oculto, sino en hacerlo con la honestidad que estos hombres nunca pudieron permitirse.
Dialoguemos, debatamos, compartamos.
QUEER AS CINEMA +:
«Donde cada película cuenta una revolución.»
Miquel Claudí-López
Comunicador Audiovisual
Periodista
@miquelclaudilopez
@enlaaceradeenfrente
@queerascinema
1 comentario en «Queer As Cinema +“Maspalomas»»
Qué gran artículo para personas que como yo siguen teniendo una contradicción interna con Maspalomas, Yumbo, Torremolinos y reto de guetos gays masculinizados. Guetos que desde otras visiones son necesarios si los consideramos espacios de libertad. Ese sobre esfuerzo constante de salir del armario con cada cambio de entorno a veces nos hace vulnerables y a veces simplemente pasamos. Y la horrenda realidad de envejecer dentro del armario, irnos de este mundo sin llegar a poder ser nosotros mismos. Acabar con la misma mentira de nuestras vidas, para lo demás pero más tristemente para nosotros mismos