“The Bearded Mermaid” ( Titulo original:”La sirène à barbe”):
Entre la fantasía drag y la realidad portuaria, un viaje de autodescubrimiento queer
Cuando la sirena tiene barba
«La sirène à barbe» (The Bearded Mermaid o La Sirena Barbuda, 2024), dirigida por Nicolas Bellenchombre y Arthur Delamotte, emerge como una de las propuestas más singulares y conmovedoras del cine queer contemporáneo. Ambientada en el pequeño pueblo portuario de Dieppe, Francia, la película narra el encuentro transformador entre Erwan, un pescador local, y el cabaret drag «La Sirène à Barbe», donde drag queens ofrecen espectáculos que combinan canto, circo y danza en una comunidad que nunca había visto nada semejante.
El título mismo funciona como declaración de principios: la sirena, criatura mítica de belleza femenina que seduce a los marineros, lleva barba. Esta yuxtaposición de lo femenino fantástico con lo masculino corpóreo encapsula la propuesta estética y política de la película: la celebración de identidades que desafían las categorías binarias y que habitan simultáneamente múltiples realidades. La película es tanto un documento de un espacio cultural real como una fábula sobre la posibilidad de transformación personal a través del encuentro con la alteridad radical.
El compromiso con la visibilidad: Dar voz a lo invisibilizado
«La sirène à barbe» representa un ejercicio radical de visibilización de realidades que permanecen sistemáticamente excluidas de las pantallas comerciales. El cine mainstream raramente se adentra en los mundos de los cabarets drag de provincia, mucho menos lo hace con la profundidad y respeto que caracteriza esta película. Bellenchombre y Delamotte no están interesados en exotizar o fetichizar a sus personajes, sino en presentarlos como seres humanos complejos que han encontrado en el performance drag un espacio de expresión, comunidad y supervivencia.
La película opera en múltiples niveles de representación simultáneamente. Por un lado, documenta la existencia del cabaret real «La Sirène à Barbe» en Dieppe, inmortalizando un espacio cultural que enfrentaba el cierre inminente. Este gesto documental es en sí mismo un acto político: preservar en celuloide aquello que el mercado y la gentrificación amenazan con borrar. Los cabarets drag de provincia, sin el glamour de los espacios metropolitanos ni los recursos de las producciones mainstream, representan formas de resistencia cultural especialmente vulnerables.
Por otro lado, la película construye una narrativa ficcional que permite explorar las vidas interiores de estos performers más allá del escenario. Detrás de las pelucas, el maquillaje y los trajes deslumbrantes, la película revela «personas atormentadas, solitarias, hipersensibles pero dispuestas a hacer lo que sea necesario para llevar adelante este proyecto». Esta doble dimensión —el espectáculo público y el dolor privado— desmantela estereotipos sobre los performers queer como simples entertainers, revelándose como artistas comprometidos que canalizan sus traumas personales en creación colectiva.
La representación de un pueblo pequeño como Dieppe es igualmente significativa. El cine queer tiende a concentrarse en grandes ciudades —París, Nueva York, San Francisco— donde la visibilidad LGTBIQ+ es mayor y más aceptada. «La sirène à barbe» insiste en que las vidas queer también existen, resisten y florecen en espacios rurales y semirurales donde la hostilidad puede ser más directa pero la necesidad de comunidad es aún más urgente.
Erwan: Entre dos mundos
El protagonista Erwan encarna la tensión central de la película: el choque y eventual fusión entre dos mundos aparentemente incompatibles. Como pescador, Erwan representa la masculinidad tradicional asociada con el trabajo manual, la relación con la naturaleza y la pertenencia a comunidades laborales históricamente heteronormativas. Su entrada al cabaret «La Sirène à Barbe» es, literalmente, un cruce de umbral que lo transporta a una realidad radicalmente diferente.

Este cruce no es meramente geográfico sino ontológico. Erwan no solo cambia de espacio físico; cambia de régimen de realidad. El cabaret funciona como espacio liminal donde las reglas cotidianas quedan suspendidas y nuevas posibilidades de ser emergen. El «mundo de risas, brillantina y amor» que Erwan descubre contrasta dramáticamente con la existencia sombría del puerto pesquero, caracterizada por rutinas agotadoras y horizontes emocionales limitados.
La fascinación inicial de Erwan («spellbound», «enchanted» según las sinopsis) sugiere un encuentro casi místico. No es simple curiosidad o voyeurismo lo que lo atrae, sino un reconocimiento profundo de algo que resonaba en él pero que no había podido articular. El cabaret ofrece a Erwan un espejo donde ver reflejadas posibilidades de existencia que su contexto habitual niega sistemáticamente.
El proceso de «apertura» de Erwan hacia estos personajes no es instantáneo ni carente de conflictos. La película sugiere que debe desmontar progresivamente las defensas psicológicas y sociales que lo han mantenido encerrado en una identidad rígida. Su viaje es simultáneamente de descubrimiento externo —conocer a estas personas extraordinarias— e interno —reconocer aspectos de sí mismo que había reprimido o ignorado.
Fantasía y realidad: La función del performance
Una de las dimensiones más sofisticadas de «La sirène à barbe» es su exploración de la relación entre fantasía y realidad a través del performance drag. El drag no es presentado como simple escapismo o mascarada superficial, sino como tecnología de transformación que permite a los performers acceder a verdades sobre sí mismos que la vida cotidiana les niega.
Los espectáculos del cabaret —combinando canto, circo y danza— crean momentos de trascendencia colectiva donde tanto performers como audiencia pueden experimentar temporalmente la suspensión de las limitaciones de sus vidas ordinarias. La fantasía drag no niega la realidad dolorosa de estas vidas, sino que la transfigura, ofreciendo un espacio donde el sufrimiento puede convertirse en arte y la marginalidad en fuente de poder creativo.
Sin embargo, la película no romantiza esta transformación. El contraste entre la magnificencia del espectáculo y las «vidas sombrías» de los performers subraya que la fantasía es necesaria precisamente porque la realidad es insoportable. El drag funciona como supervivencia psicológica para personas que han sido sistemáticamente rechazadas y heridas por la sociedad normativa.
La película también explora cómo la fantasía puede colonizar o al menos permear la realidad cotidiana. A medida que Erwan se integra en este mundo, las fronteras entre su «vida real» como pescador y su participación en el universo del cabaret se vuelven cada vez más borrosas. La fantasía no es un paréntesis de la realidad sino una realidad alternativa igualmente válida y quizás más auténtica.
Autodescubrimiento queer: El proceso nunca termina
El arco narrativo de Erwan constituye un Bildungsroman queer: la historia de formación de una identidad sexual y de género que no sigue los patrones heteronormativos dominantes. Sin embargo, «La sirène à barbe» evita la narrativa simplista del «salir del armario» como momento único y definitivo de revelación. En cambio, presenta el autodescubrimiento como proceso continuo, contradictorio y nunca completamente resuelto.
El encuentro de Erwan con el cabaret no necesariamente implica que «descubra» que es gay o que adopte una identidad drag. La película sugiere algo más sutil: que descubre la posibilidad de vivir de formas más fluidas, menos constreñidas por las expectativas rígidas de masculinidad que han gobernado su vida. Aprende que la identidad puede ser performance consciente en lugar de esencia fija, y que esta performatividad no es falsedad sino liberación.

El viaje de autodescubrimiento de Erwan está íntimamente ligado al descubrimiento de la comunidad. Lo que encuentra en el cabaret no es solo una nueva identidad individual, sino pertenencia a un colectivo de personas que comparten experiencias de marginalización y que han creado formas alternativas de familia y apoyo mutuo. El autodescubrimiento queer es simultáneamente descubrimiento de los otros queer que hacen posible y sostenible esa identidad.
La película también sugiere que el autodescubrimiento de Erwan tiene efectos transformadores en la comunidad del cabaret. Su presencia como «outsider» —alguien del mundo heteronormativo del puerto que cruza hacia el mundo queer del cabaret— valida y refuerza la importancia de ese espacio. Los performers no solo transforman a Erwan; Erwan, a través de su apertura y compromiso genuino, transforma la percepción que tienen de sí mismos y de la viabilidad de su proyecto.
Vidas extraordinarias en un pueblo pequeño
El subtítulo implícito de la película podría ser: «Destinies extraordinarios en pueblos ordinarios». «La sirène à barbe» insiste en que las vidas queer, con toda su complejidad, drama y belleza, no son exclusivas de las metrópolis cosmopolitas. Existen en Dieppe, en pueblos pesqueros, en espacios rurales donde la visibilidad es más difícil pero no menos necesaria.
La elección de Dieppe como escenario es estratégica. Este pueblo portuario del norte de Francia no tiene la sofisticación cultural de París ni la apertura turística de otras ciudades. Es un espacio marcado por industrias en declive, oportunidades limitadas y conservadurismo social. Precisamente por ello, la existencia del cabaret «La Sirène à Barbe» es más notable y más precaria.
Los performers del cabaret son presentados como «personas atormentadas, solitarias, hipersensibles», descriptores que podrían aplicarse a muchos habitantes de Dieppe independientemente de su orientación sexual. La película sugiere que el sufrimiento no es exclusivamente queer, sino que la comunidad queer ha desarrollado formas particulares de transformar ese sufrimiento en arte, celebración y resistencia colectiva.
La «gloomy everyday lives» (vidas cotidianas sombrías) que caracterizan al pueblo contrastan con los «extraordinary fates» (destinos extraordinarios) que se despliegan en el cabaret. Esta contradicción genera la tensión dramática de la película: ¿cómo pueden coexistir estas dos realidades en el mismo espacio? ¿Puede el esplendor del cabaret contaminar positivamente la monotonía del puerto, o está destinado a permanecer como enclave aislado?
El poder político de la belleza drag
«La sirène à barbe» funciona simultáneamente como documento antropológico, fábula de transformación personal y manifiesto político sobre el poder de la representación queer. Su mayor logro es presentar el mundo del cabaret drag no como curiosidad exótica sino como espacio de producción de significado, comunidad y resistencia cultural frente a la homogeneización neoliberal.

La película demuestra que la visibilidad no es solo cuestión de aparecer en pantalla, sino de ser representado con complejidad, dignidad y respeto por la especificidad de las experiencias vividas. Los performers de «La Sirène à Barbe» no son reducidos a sus identidades de género o performances; son presentados como artistas comprometidos, personas con historias dolorosas y proyectos colectivos que trascienden sus circunstancias individuales.
El viaje de Erwan desde el mundo del puerto pesquero hacia el universo del cabaret drag no es narrativa de «salvación» sino de expansión: la ampliación de las posibilidades de lo que una vida puede ser. La película propone que el encuentro con la alteridad radical —representada por las drag queens del cabaret— no amenaza la identidad sino que la enriquecen, ofreciendo espejos alternativos donde reconocernos de formas nuevas.
En última instancia, «La sirène à barbe» es película sobre el poder transformador de la belleza drag: no belleza como decoración superficial sino como práctica política que desafía las categorías binarias, que crea espacios de libertad temporal en sociedades represivas y que insiste en la posibilidad de vidas extraordinarias incluso en los contextos más improbables. La sirena con barba no es monstruo sino promesa: la promesa de que podemos ser simultáneamente múltiples cosas, que nuestras contradicciones son fuente de poder creativo y que los mundos que imaginamos en el escenario pueden, eventualmente, transformar los mundos que habitamos fuera de él.
Dialoguemos, debatamos, compartamos.
QUEER AS CINEMA +:
«Donde cada película cuenta una revolución.»
Miquel Claudí-López
Comunicador Audiovisual
Periodista
@miquelclaudilopez
@enlaaceradeenfrente
@queerascinema