SESIÓN DE PELUQUERÍA CANINA
Hoy quiero contaros en que consiste una sesión de peluquería a un perrito. Yo reservo un mínimo de dos horas con cada uno; porque podemos intuir cuanto tiempo vamos a tardar en hacer la sesión; pero al hacer peluquería canina en positivo, necesito que me sobre tiempo y así poder ir tranquila, sin prisas y darle todo el espacio del mundo al animal para que no se sienta ni atosigado ni agobiado.
Al no atarlos se mueven, se sientan o se tumban y esto dificulta un poquito más la tarea, aunque me encanta porque realmente no los obligo a estar de pie tanto rato, ni en una determinada postura forzada.
No podemos olvidar que ellos son lo primero y tienen que estar bien en todo momento. Lo primero que hay que hacer cuando llega nuestro perrito a la pelu, es darle muchos mimos, hacerlo sentir de maravilla y darle toda la confianza posible para que no tenga miedo y se relaje.
Si el perrito tiene el pelo largo debemos darle un buen cepillado y sacar todos los nudos que pudiese tener en su manto. Esto se debe hacer con mucho cuidado y delicadeza, ya que el pelo suele estar bastante enredado y no hay que tirar para evitar hacerle daño. El primer cepillado y retirada de nudos se hace con el pelo sucio.
Esto se hace así porque si metemos al animal en el agua, aunque pongamos productos para suavizar el pelo, el agua hace que este se apelmace más y si el nudo está demasiado prieto puede resultar muy costoso de desenredar después. A mí me gusta hacerlo antes del baño y una vez en el agua, ya poner la crema suavizante y el champú específico para su manto.
Para ayudarme a retirar los nudos hay sprays y acondicionadores que facilitan el desenredado. Además, es súper importante utilizar un cepillo o peine acorde a su tipo de pelo.
Hacerlo por capitas es lo ideal porque así no se nos escapará ninguno.
Ir tranquilos y con calma es primordial, ya que es un trabajo arduo y costoso. Una vez que el perrito está bien desanudado pasamos al baño. Nuestro bichito al ser de pelo largo debemos usar un champú hidratante y una cremita o acondicionador que haga que su pelito se hidrate muchísimo y se repare después de haberle cepillado.
El agua debe de estar más fresquita que caliente porque ellos tienen la temperatura del cuerpo más alta que la nuestra y si ponemos el agua a una temperatura para nosotros podemos hacerlos incomodar bastante.
Normalmente, se dan dos enjabonadas para retirar toda la suciedad posible, nunca haciendo círculos o frotando porque podemos volver a enredarlos y se aclara con abundante agua para no dejar ningún resto de champú en su pelito.
Retiramos todo el exceso de agua con una toalla absorbente y pasamos al secador. El secado debe ser lo más suave posible. Los secadores suelen hacer bastante ruido y nuestro perrito no entiende por qué tenemos que acercarlo a semejante trasto que expulsa aire sin cesar.
Hay que tener mucha empatía hacia el/ella y entenderle en todo el proceso. El aire del secador también debe estar más fresquito que caliente, por la misma razón que el agua debía estar más fresquita también.
Lo ideal es secar el manto a la vez que se cepilla de nuevo para darle caída al pelo y que este no quede de punta o despeinado.
Además, haces otro repaso por si quedó algún nudo en el cepillado previo antes del baño. Es una manera de repasar y que el manto quede por completo libre de enredos. Es súper importante dejarlo bien seco porque la humedad puede provocar olores indeseados e incluso problemas de piel.
Una vez el perrito está completamente seco, volvemos a cepillar y estirar bien el pelito para así poder pasar a la zona de corte. Cortar el pelo se puede hacer de varias maneras: a tijera o a máquina.
Esto va a depender del gusto del dueño y también de la largura del manto.
El corte a tijera queda más larguito y el resultado es más natural. El corte a máquina, por el contrario, es más cortito y el resultado no es tan natural, aunque igualmente queda bonito. Haciéndolo con gracia, las dos técnicas son súper guays y estéticamente bonitas.
Hay colegas que prefieren cortar primero el pelito de la cabeza y luego el cuerpecito; pero a mí me gusta hacerlo al revés.
Empiezo por el cuerpo, sigo por las patitas y por último corto el pelo de la cabecita. Prefiero hacerlo así porque el perrito va cogiendo confianza a la tijera o la máquina y se va relajando cuando ve que no supone ningún peligro para él.
Esto tiene su tiempo y por nada del mundo hay que correr, las prisas no son buenas. Nunca hay que olvidar cortar las uñas, limpiar y depilar las orejitas por dentro y vaciar las glándulas anales si estas estuviesen llenas, evitamos posibles fístulas anales haciendo esta técnica. No todos los profesionales saben hacerla, así que pregunta primero a tu peluquero y no te quedes con la duda de si lo hicieron.
La peluquería es súper importante para evitar posibles problemas futuros como otitis (infección de oídos), dermatitis (infección de piel), fístulas anales, uñas rotas, arrancadas o hincadas en los deditos por la largura de estas, etc..
Un buen peluquero/a canino/a detecta con facilidad cualquier problema evidente en tu perrito y así evitar males peores. Yo además soy ATV (Ayudante Técnico Veterinario), esto da más confianza porque ante cualquier imprevisto sabré actuar en consecuencia y si veo cualquier cosita extraña, siempre lo comunico y aconsejo visitar al veterinario si hiciera falta.
Una vez mi preciosura esta lista, llamo o mando un mensaje a sus dueños para que vengan a buscarlo. No hay ninguna prisa a la hora de recogerlo porque estará súper cómodo/a en su casita esperando a sus papis.
A la vez cotillean por la puerta de metacrilato y se entretienen viendo a su peluquera preferida como pone guapos a los demás perritos.
¡Súper mega gracias por confiar en mi!
¡Os adoro infinitooooooo!