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Sexualidad y Creatividad: Nuevas formas de concebir la Intimidad

Sexualidad y Creatividad:

Nuevas formas de concebir la Intimidad

La sexualidad humana nos acompaña desde el momento que nacemos, es algo que no se reduce a los genitales y el sexo que nos asignaron al nacer (sexar).

Tanto lo biológico como lo psicológico juegan un importante papel para construir nuestra propia identidad como la persona que somos (proceso de sexuación). Hablo de cromosomas, células, hormonas, gónadas, cuerpo, piel, emociones, sentimientos, percepción, sensibilidad, afecto, etc. Pero hay que tener algo de idea de cuáles son las fases de la sexuación humana, desde que antes de aterrizar deciden juntarse a nivel cromosómico dos XX o una X con una Y.

El corte, SEXUS, que decía mi profesor, que viene del latín (secare= cortar), es el principio de esa realidad.

El corte hace hombres en un polo del contínuum y mujeres al otro polo, cada cual se sitúa en un punto de dicho trayecto.

Hay también quien se sitúa fuera de este sistema binario que la naturaleza decidió.

Para ello cada uno propone sus teorías, aquellas que defienden y dan sostén a sus argumentos.

En fin, este tema daría para muchas frases más, pero no es ocasión ahora de dicho debate.

Lo que cada uno entiende por SEXUALIDAD, es muy discutible dependiendo de la CONSTRUCCIÓN que cada cual haya realizado del acontecimiento y los procesos en él implicados. En cualquiera de los casos, sexualidad nunca fue igual a sexo.

La sexualidad es para mí el eje que vertebra la identidad humana. Nadie nace no sexuado. El ser humano es sexual por naturaleza. Todas sus células parten de esa realidad.

Me preguntaba estos días mi amiga y experta en Innovación Jara Pascual:

¿Qué tiene que ver sexualidad con creatividad?

¿Dónde se interrelacionan si es que lo hacen?

¿Hay que ser creativo para ser sexualmente feliz?

¿Es la innovación en la cama algo importante?

¿Se reduce el sexo al crear en la cama?

Visto desde el otro punto de vista;

¿Ayuda una sexualidad sana a ser un mejor innovador por el día? O

¿Tiene uno más capacidad de crear si se vive y se percibe sexualmente satisfecho?

Como psicoterapeuta humanista, para empezar, entiendo la creatividad como una cualidad no solo presente en personas excepcionales, como se proponía antes de los inicios de la psicología humanista, a mediados del siglo XX, sino más en la línea de Erich Fromm y Jacob L. Moreno, como la capacidad de dar lugar a algo nuevo, dar vida a algo nuevo, a una conducta nueva, a una nueva relación inexistente.

Cualquier quehacer de la vida cotidiana puede ser experimentado por una persona de forma creativa. No hace falta hacer una obra de arte para crear. Todos disponemos de esa capacidad. Otra cosa será cuánto la promocionemos o qué espacio le otorguemos en nuestras vidas. Hay personas muy capaces que no creen serlo y por ello resultan finalmente insatisfechas y en vidas mediocres, por no saber hacer uso de esa aptitud que la vida nos pide y que TODOS poseemos por naturaleza. Personas que se han “construido” anti-creadoras, y les es casi imposible crear caminos nuevos para salir de los atolladeros de la vida misma.

Y es que, de hecho, la vida no se puede entender sin un cierto grado de creatividad, pues nos pone ante situaciones constantemente imprevistas a las que hemos de descubrir la acción adecuada.

La apertura a la experiencia va directamente relacionada con una actitud creadora. Tiene mucho que ver con ser uno mismo, serse fiel y por supuesto, erguirse en contra de una actitud conformista, que sería un obstáculo a una actitud creadora.

Dicho esto, mezclen ustedes mismos la coctelera de conceptos en su cabeza para estar bien situados:

¿Cómo se puede tener una vida satisfactoria sexualmente sin ser creativo y sin innovar?

¿Se imaginan no poder resolver las situaciones que se nos presentan en el plano sexual?

Estaríamos todos en consulta. Todos tenemos la capacidad de ser creadores de nuestra propia esfera sexual, así como la deseamos. Otra cosa será qué miedos, qué limitaciones tenemos, qué barreras nos ponen o nos ponemos para no poder crear nuestras propias escenas tal y como las deseamos.

La innovación es un factor muy importante en la intimidad, porque cuando la rutina se apodera de nuestras camas, traer nuevas maneras, nuevos métodos, nuevas ideas… es primordial para seguir alimentando el deseo.

Asimismo, disfrutar de una vida sexualmente satisfactoria nos lleva a poder afrontar las situaciones adversas con una seguridad mayor y con más capacidad de decisión, porque nuestra autoestima— sexual y no sexual— está en un nivel óptimo. Nos vivimos por el día más plenos y competentes cuando nuestras “noches” son un reflejo de nuestra capacidad de innovar y crear una forma saludable y placentera de vincularnos con el otro y con nosotros mismos.

Juguetes, fantasías y nuevas formas de crear

Los juguetes sexuales, las fantasías, la imaginación, el juego, etc., son herramientas útiles, ya sean internas e inherentes al ser humano (imaginación y fantasías), ya sean externas (juguetería). Nos abren puertas, nos hacen cambiar patrones, cambiar hábitos, maneras de manejarnos, conductas…, y producen un cambio al que vemos cómo nos adaptamos. Si nos beneficia o, por el contrario, hemos de seguir jugando de otras maneras que nos generen y nos proporcionen aquello que estamos buscando. Pero para eso hay que saber primeramente QUÉ se busca. O como mínimo, abrirse a la experiencia, para ver cómo poder enriquecerse y conectarse con uno mismo.

Realmente no difiere en gran medida de lo que sucede en otros ámbitos de la vida de una persona, simplemente que se empeñaron en parcelarnos la vida, en segmentarla, para con ello poder darle prioridad —digo yo— a lo que unos pocos deben haber considerado lo importante, que normalmente es lo que yo considero lo menos. Por eso se oyen frases como “el sexo no es tan importante” e incluso se le atribuyen porcentajes. Como si nos dejáramos la sexualidad en casa al salir. Cosas que pasan cuando uno toma la sexualidad como si fuera una acción, una mera actividad fisiológica o una simple descarga.

Una NUEVA forma de entender el sexo:

Más allá del cuerpo y del deseo.

La conexión a un nivel espiritual

Poner el alma en las cosas, hacerlas con amor y creatividad es poner tu meraki, que decían los griegos, en todo aquello en lo que te implicas. La vida lenta versus la vida acelerada e inmediata de hoy en día en esta sociedad líquida en la que nos hacen vivir, que decía el sociólogo Zygmunt Baumann, me parece de una importancia suprema.

Esta relación entre PASIÓN, ALMA y CREATIVIDAD en el marco de una vida lenta y consciente es la que posibilita que los frutos que resulten sean apasionados y apasionantes.

La calma nos trae el disfrute, el deleite, el meditar las cosas, el saborear los actos en cada uno de sus pasos. El meraki, es la creatividad en sí misma, el amor y la pasión con la que impregnamos aquello que hacemos. ¿Cómo no puede salir de esta relación algo bello?

Integrar todas las dimensiones del ser humano— pues somos más que solo materia física— y concebirnos de tal manera nos abre al mundo desde otra perspectiva, donde nada nos frustra, donde emprendemos acciones sin tener miedo a fallar, porque entendemos que forma parte de la vida. Donde buscar nuevos caminos es parte del reto cuando las cosas se nos complican y cuando no. Vivirse en esa dimensión, que trasciende lo meramente corporal, lo material y físico, lo genital y lo coital, es de una riqueza que nos abre a crear todo aquello que nos propongamos, porque nos sabemos capaces de todo.

Sin la espiritualidad y la energía que nos compone desde que vinimos a este planeta a ser humanos, todo no es más que un reducto de constructos que nos encierran en una mente diseñada y modelada al son de la sociedad donde a cada uno lo insertaron.

Si hacemos el amor de esta manera más consciente, plena y atenta, y conectados con nuestros cuerpos y más allá de ellos, para llegar al otro, esa energía no se pierde. Jamás. Se junta, se convierte en una. Nadie pierde, ambos ganan. Nadie se cansa.

Y ambos se elevan trascendiendo los cuerpos; esos que son realmente el medio para llegar.

La vía de ascenso más sublime.

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