SIGNOS SUTILES DE POBRE SALUD METABÓLICA (1ª PARTE)
Tener una salud metabólica óptima es fundamental para reducir riesgos de enfermedades cardíacas, diabetes, Alzheimer, derrames cerebrales y más.
Los signos de disfunción o pobre salud metabólica se pueden evaluar en un examen físico de sangre anual, y usualmente estos son:
altos niveles de glucosa,
resistencia a la insulina,
presión arterial alta,
bajos niveles de Colesterol, HDL (el colesterol “bueno”), entre otros.
Sin embargo, existen otros síntomas más sutiles que pueden indicar una función metabólica deficiente, y cuando se puede tener una intervención más rápida en revertir el curso del problema.
Estos síntomas son:
Bajos Niveles de Energía
Todos experimentamos lentitud o fatiga en uno u otro momento del día, y es una queja muy común hoy en día, junto al estrés, el aburrimiento o el insomnio pueden ser las razones por las que nos podemos sentir tan fatigadas.
Pero estas caídas de energía también pueden ser el resultado de cambios irregulares de glucosa en tu cuerpo. La glucosa es una de las principales fuentes de energía del cuerpo y las fluctuaciones significativas en la glucosa pueden afectar negativamente los niveles de energía.
Esto se debe a que un pico de azúcar en la sangre puede provocar un aumento repentino de la insulina y una caída del azúcar en la sangre, lo que se conoce como hipoglucemia reactiva. Para muchas personas, este bajo nivel de azúcar en la sangre va acompañado de una sensación de fatiga y, a menudo; de antojos de más carbohidratos.
Si bien la investigación sobre los niveles de glucosa y la energía general en personas sanas es limitada, los estudios sobre los niveles de energía en personas con deterioro metabólico han encontrado una fuerte conexión entre la condición y la fatiga.
Problemas para Perder Peso
El aumento de peso y la resistencia a perder peso pueden ser una señal de advertencia temprana sobre una pobre función metabólica. Y a diferencia de otros síntomas del síndrome metabólico (presión arterial alta, azúcar en la sangre alta, colesterol HDL bajo y niveles altos de triglicéridos); es el único síntoma que se puede observar sin necesidad de hacer una prueba médica.
Las investigaciones han descubierto que tener sobrepeso u obesidad es la razón principal por la que el síndrome metabólico afecta entre el 30 y el 40 % de las personas a los 65 años. Y una vez que tiene el síndrome metabólico, tiene un riesgo significativamente mayor de diabetes, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud crónicos.
Sin embargo, la investigación también mostró que si puedes bajar de peso, aunque sea entre un 5% y un 10% (para una persona de 140 libras, eso es entre 7 y 14 libras), reducirás sustancialmente los factores del síndrome metabólico, como la circunferencia de la cintura alta y los problemas cardiovasculares.
Pero aquí está el problema: una vez que aumenta mucho de peso, puede ser difícil perder incluso unas pocas libras. Una de las características críticas del síndrome metabólico es la resistencia a la insulina, que viene con niveles elevados de insulina. La insulina es una hormona anabólica, lo que significa que su papel en el cuerpo es construir tejido y almacenar energía. Cuando la insulina está alta, tu cuerpo no puede quemar grasa, lo que dificulta la pérdida de peso.
Niebla Cerebral
No es técnicamente un diagnóstico médico, pero se conoce el término “niebla cerebral” para describir la falta de claridad mental, el pensamiento confuso y la dificultad para retener información que puede ocurrir como resultado de condiciones tan familiares como la falta de sueño, depresión, falta de ejercicio, y cambios hormonales entre otros.
Otra posible causa de la niebla cerebral es una mala salud metabólica.
Las investigaciones sugieren que la niebla cerebral puede ser el resultado de dos vías relacionadas con el metabolismo: la desregulación de la glucosa, y el desencadenamiento de neuroinflamación en el cerebro.
Si bien nuestros cerebros necesitan glucosa para funcionar de manera óptima, proporciona el combustible que impulsa las actividades celulares, cuando circula demasiado en el torrente sanguíneo; ese exceso puede ser perjudicial para la función cognitiva.
Un estudio reciente determinó que los adultos que consumían más de 14 cdtas de azúcar diarias, tenían mayores riesgos de desarrollar deterioro cognitivo. En el otro extremo de este espectro de disfunción cognitiva se encuentra la enfermedad de Alzheimer, a veces llamada diabetes tipo 3 debido a su vínculo claro con la insulina y la salud metabólica.
Cambios de Humor
De la misma manera que la glucosa puede afectar la energía, las investigaciones muestran que también puede influir en el estado de ánimo a corto y largo plazo. Como se mencionó anteriormente, los picos rápidos de azúcar en la sangre después de las comidas con alto índice glucémico pueden provocar oleadas de depresión o tristeza. La glucosa también puede estar relacionada con la sensación de “hambre” que tiene cuando ha pasado demasiado tiempo sin una comida o un refrigerio.
A medida que pasa el tiempo después de tu última comida o merienda, los niveles de glucosa bajan. Si caen lo suficiente, tu cerebro entrará en alerta máxima e intentará elevar y reequilibrar su nivel de azúcar en la sangre. Para hacer esto, activa tu glándula suprarrenal para que produzca una cascada de hormonas, entre ellas, las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina, que; a su vez, activan su hígado para generar más glucosa (a través de un proceso llamado gluconeogénesis).
En el proceso, esas hormonas del estrés de “lucha o huida” también pueden hacerte sentir más enojada e irritada.
Acné
Las espinillas no aparecen solo en nuestra adolescencia: muchas personas sufren con el acné en la edad adulta por diversas razones, como el estrés, las fluctuaciones hormonales, ciertos medicamentos y el consumo de dietas poco saludables que regularmente hacen que los niveles de glucosa se disparen.
Los estudios realizados en todo el mundo han encontrado que las personas que siguen una dieta de bajo índice glucémico tienen menos acné y menos síntomas.
Las investigaciones sugieren que los picos constantes de glucosa en las dietas cargadas con un alto índice glucémico (como papas, arroz, pan blanco y dulces), pueden causar inflamación en todo el cuerpo. Esa inflamación puede desencadenar la sobreproducción de sebo, la sustancia aceitosa de la piel. Juntos, el sebo y la inflamación crean una tormenta perfecta que provoca brotes de acné no deseados. Otras afecciones de la piel, como la psoriasis, también son más comunes en personas con resistencia a la insulina