SOBREVIVIENDO A LA GUERRA
Apunten este nombre, Santi Trullenque que tras el documental para televisión “Prim, anatomía de un general” en el 2013, se lanza a la ficción con una historia que en realidad es un secreto a voces con “El frío que quema (El fred qué crema)”. Este thriller dramático, ambientado, fue rodada allí, en Andorra, durante el año 1943, en pleno invierno y en plena II Guerra Mundial, que explica el tránsito de los judíos que huían de los alemanes durante la ocupación francesa, para llegar a España y empezar una nueva vida o incluso dar el salto desde la península ibérica a América.
La película aporta una mirada antropológica a la vez a sus personajes y a los espacios que habitan, con fronteras y naturalezas inhóspitas. La historia se desarrolla de manera algo primitiva, donde hay una especie de pulsión a la muerte, pero sobresale el valor y la lucha de supervivencia encarnado por la siempre enigmática actriz Greta Fernández, la protagonista y héroe de este western frío que lucha por mantener a salvo su entorno de los problemas internos y externos, para poder darle a su futuro hijo un mundo mejor del que está viviendo en aquel 1943.
“El frío que quema (el fred qué crema)” es una película áspera y desapacible como el paisaje que lo rodea, que se convierte en un personaje más del film. Santi Trullenque dirige con gran acierto, dando más valor a las miradas aterradas de sus personajes, que a sus diálogos. Lo mejor del film son esos rostros curtidos por el frío y por los miedos, tanto atávicos como tangibles.
Aparte de Greta Fernández, comparten protagonismo con ella los actores Roger Casamajor, Pedro Casablanc, Adriá Collado, Ksawery Szlenkier y sobre todo el mal personificado en el rostro de Daniel Horvath.
Este es un film diferente sobre la guerra.
Ha sido olvidada en los premios Goya y Feroz (para un servidor muy injustamente), pero opta este fin de semana a conseguir a algún premio Gaudí que otorga la Academia del Cinema Català.