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TU PERRO, TU MEJOR TERAPIA

¡Si hasta el cielo quieres brillar, un perrito has de encontrar! 

Los perros son la terapia perfecta. La terapia que todos los seres humanos necesitamos. Si tienes la gran suerte de que haya alguno en tu vida, entenderás perfectamente a lo que me refiero. 

Ellos no te juzgan, sienten devoción por ti, solo anhelan tu compañía y que estés feliz. 

Experimentarás el amor incondicional, puro y verdadero. Un amor real y mágico. 

Todos los días, en mi trabajo, me llenan de cariño y felicidad. Es imposible tener un mal día estando cerca de un perrito. 

Te hacen reír y todo lo desagradable de tu día desaparece en un instante. Puedo decir con seguridad que son mi terapia para estar feliz. Los días se me pasan volando y deseo que llegue el siguiente para seguir disfrutando de su compañía. 

Son alma pura, lo más parecido a un niño pequeño. 

Solo desean que los trates bien y con cariño. A cambio te regalan muchísimos momentos especiales, momentos que no quieres que acaben nunca. 

¡Lo paso tan bien con ellos!

Son súper divertidos y teatreros. 

Tienen muchas reacciones diferentes, a cuál más graciosa y peculiar. 

Cuando explico esto, siempre me acuerdo de Kira, una perrita de raza shit tzu, ahora es mayorcita y la conozco desde hace muchos años. 

La primera vez que vinieron sus dueños con ella a la peluquería, estaban súper asustados y estresados porque 

Kira no se dejaba cortar el pelo por ningún peluquero canino, su dueña la arreglaba como podía en casa y cuando ya no podía más con su melena, hacía de tripas corazón y con todo el dolor del mundo, la llevaba al estilista sabiendo que Kira pasaría un mal rato y marcharía a casa con un ataque de nervios. 

Esto suponía estrés para toda la familia porque un perrito es un miembro más, es una parte muy importante de nuestra vida y si algo le ocurre, es como si nos pasase a nosotros también. 

Me explicaron lo más amablemente posible la situación y la entendí al momento. 

Me dejaron a Kira en mis brazos y enseguida noté que estaba aterrorizada. ¡Muerta de miedo! 

Mi chica no entendía si iba a volverle a pasar lo mismo de siempre o esta vez sería diferente. 

¡Fue diferente! ¡Vaya si lo fue! 

Lo primero que hice fue pasarle toda mi energía tranquila y amorosa. 

La abracé y respiré relajadamente durante unos minutos. Ella me sentía y poco a poco se fue relajando. Kira enseguida entendió que yo no era como los demás, que era distinta. 

Supo que estaba cargada de paciencia y amor. 

Se relajó, ¿Y sabéis qué pasó? ¡Pues que se dejó cortar el pelo de maravilla! 

Tan bien se portó que me grabaron un video para que sus papis la vieran y alucinaron. Desde entonces Kira viene cada mes a que la ponga guapa y no falla ni uno. En casa todos están tranquilos, ella limpita y feliz, y yo tremendamente contenta. 

Ahora, cada vez que viene, me mira con sus ojitos saltones y tiembla un poquitito para que la abrace, me ría y le diga palabritas de amor antes de que su dueño marche a casa tranquilo a esperar que yo lo avise para recoger a su preciosa perrita. 

Limpita, perfumada, súper guapísima y sobre todo y lo más importante…. contenta. Su familia está tranquila desde que me conocen y yo les estoy eternamente agradecida por elegirme a mí, desde entonces pase a ser la estilista de su amada perrita, su chiquita linda. 

Soy afortunada y me siento profundamente agradecida por tener el trabajo más bonito del mundo. 

Soy peluquera canina y se me llena el alma cada vez que lo digo. Mi corazón rebosa de orgullo porque siento que aporto valor, doy amor y ayudo a todas las personas a que su perrito esté más contento y feliz. 

Todos los días doy gracias a los perritos y a sus dueños por quererme tanto y hacer que mis días sean magníficos y geniales. 

¡Maravillosos y alucinantes!

¿Te sumas a la terapia perruna? 

¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!

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