¿Habéis jugado nunca a este juego?
Es un juego de antes, cuando yo era jovencita, que se jugaba en grupo, en círculo, y consistía en adivinar de qué persona estábamos hablando a partir de compararla con cualquier objeto o elemento del entorno.
Solo valían adjetivos para describir la persona en cuestión, según la imaginación y la proximidad que el resto de los jugadores tenían sobre la misma.
Quién le tocaba adivinar debía salir unos minutos del grupo, para que los demás decidieran cuál de los presentes sería la persona escogida para ser el blanco de las preguntas de la jugadora adivina y también el blanco de las respuestas que daban todos los demás.
Las preguntas siempre debían empezar con la misma frase, ya que era diferente para cada jugador:
SI FUERA… ¿CÓMO SERÍA?
Por ejemplo:
Si fuera agua, ¿cómo sería? (Clara, transparente, agresiva, turbia, tranquila…)
¿Y si fuera un lápiz?: (vistoso, de punta afilada, corto, largo, de colores, negro, áspero, fino…)
A mí me gustaba porque se trataba de reconocer las cualidades y las características de cada persona, y era preciso estar abierta a imaginar la similitud que pudiera tener con cualquier comparación propuesta.
Hoy me he despertado pensando en este juego y he querido jugar conmigo misma trasladándome a aquel tiempo lejano, pero con todo el camino recorrido desde entonces y con las personas que lo han marcado, y me he preguntado:

SI MI CAMINO FUERA UN ESPEJO… ¿CÓMO SERÍA?
Lo vería muy largo, muy sinuoso, misterioso, perdiéndose muchas veces entre curvas y arboledas, entre montañas y valles, entre noches y días, así como es mi propio camino de vida que no puedo abastar con la mirada hasta dónde llega ni qué encontraré en la próxima esquina.
Me vería a mi misma anhelosa de transitarlo, de entrar en él y probarme hasta dónde puedo llegar, sintiendo mi cuerpo, mis pensamientos, mis sentimientos… pequeñas burbujas que estallan al contacto con otras burbujas y que se difuminan en cintas minúsculas de luz que se expanden libremente por todo.
Encontraría en cada pájaro, en cada flor nacida solitaria fuera de lugar, en cada arco iris, en cada soplo de viento, en cada luciérnaga que me aparece, en cada estrella fugaz, en cada lechuza volando silenciosa en la noche… la voz amada de mi hijo invisible y totalmente presente que me explica al oído misterios y me llena el corazón de la dicha más tierna.
Si mi camino fuera un espejo, en algún lugar hubiera encontrado una escultora, un libro, un pintor y una fuente de flores, cada uno en su lugar y a su momento.
La escultora, con su sensibilidad de artista, estaría modelando con sus manos una forma cambiante y viva, abriendo canales, dibujando jardines, buscando las puertas donde se esconden nuestras alas antiguas y tarareando melodías profundas nacidas de la tierra, mientras los ojos del alma y el deseo de su corazón están fijos en el ángel que tiene ante sí y que le muestra el sendero que sus dedos artesanos se deleitan por recorrer.
El libro sería una historia viva que se va contando paso a paso a sí misma… Se iría escribiendo entre las sombras oscuras de los bosques y la luz brillante del amanecer, entre el peso de la mochila y la ligereza de la música, entre conversaciones amigas y el silencio del espíritu… Una historia mecida siempre por un abrazo único e inmenso, por unos ojos de Amor que ayer vivieron en la Tierra y hoy leen agradecidos y gozosos este libro desde el infinito que nos espera.
El pintor, con su mirada profunda, sostendría en una mano una sorprendente paleta de colores con tonalidades increíbles, mientras que con la otra mano salpicaría el cielo de sorpresas escondidas a primera vista. Mago y artista, libre de su vuelo y de su paso, ágilmente se pasearía por las formas y colores que funde en un paisaje que solamente él es capaz de ver, siguiendo la estela preciosa de luz y vida que lo guía por recorridos nunca imaginados, divertidos, sin final… Un pintor ilusionado porque confía plenamente en su existencia.

La fuente de flores aparecería súbitamente en cualquier curva del camino, sin previo aviso, una cascada de colores y aromas que se convertiría en puro espectáculo para los sentidos… Con una plenitud auténtica, con el canto de amor más apasionado y sincero, fuera de todo límite, una pequeña hada de cabello rizado expandiría un aroma de jazmines y rosas que purificarían y fortalecerían el alma e invitaría a los peregrinos a hacer el amor, a amar con pasión, a vivir con autenticidad y agradecimiento infinito este regalo que se llama VIDA.
¿Verdad que es bonito? Un juego para recordar o aprender a jugar con nosotras mismas, honestamente, abiertamente, amablemente.
Os invito a probarlo.
(dedicado especialmente a Anna, Roser, Chicho y Elo)
Maria Dolors Beltran Boixadera
3 comentarios en «EL JUEGO DEL ESPEJO»
Es una dicha leerte Dolors, un lenguaje poético que nos pasea y nos traslada a otro universo. Ese del que somos parte. Somos la Obra y el Creador.
De nuestro vuelo antiguo con nuevas alas.
Rescatarse, darse el permiso de ver más allá, de mirar con ilusión renovada. Atreverme a recomenzar cada etapa, cada día es un nuevo día. Imagino esos olores límpidos, a sorpresa agradable.
Como un artista entre bambalinas, escuchando las risas, el jolgorio de quien recibe extasiado. Con gozo la valentía de mirar apartando el biombo, correr el temor y avanzar libres.
Imagino esos tejidos sublimes, la puntilla que deja entrever otros ojos que se reconocen en los míos. Un abanico alado que se contonea fugaz.
Atesoro tus palabras sentidas para la consigna de este juego que también empleamos en variable al facilitar la Biodanza, en esa rondita que nos une.
También me has trasladado a mis tiempos de monitora de esplai cuando adolescentes tanto lo disfrutábamos.
Gràcies sempre!!!
Gracias Dolors y Ernest por este nuevo mensaje de amor. Gracias porque nos despiertan y nos llevan de la mano a fluir en ese río de agua fresca necesaria en nuestra imaginación, en nuestro camino cotidiano.
Gracias por esta chispa de ilusión que nos hacen brotar su llama amable, sencilla y profunda. En ella he sentido la ilusión por seguir creciendo, por continuar amando lo que me rodea y así ofrecer mi experiencia, mi grano de arena a la construcció de este nuestro mundo.
Gracias Dolors por amarnos tanto. Gracias Ernest port tus bellos regalos.
Con mi humilde amor por ustedes.
Gilbert
Que bonito juego aplicado a la vida, Dolors. Leerte ha sido como jugarlo en mi imaginación. Recorrer caminos, observar flores, escuchar el agua, buscar sombra, tropezar con piedras, perderme en desiertos, … Que bonito! Que agradable! Que poético! Cuantos matices, cuanta delicadeza, cuanta dulzura. Para mí ha sido un texto que te conecta con la paz y la sencillez, la magia de la de la vida.
Gracias.