CREER ES CREAR.

¿Realmente te enfocas en lo que quieres?

¿Cuánto dejas al azar  cuando quieres lograr algo? ¿Cuántas veces sientes que no podrás? Esto que quieres, ¿es realmente imposible? ¿Cuántas veces te boicoteas la posibilidad de cumplir un sueño? Lo quieres pero pones miles de excusas y justificaciones para el fracaso.

Nuestros pensamientos y acciones nos encaminan, en buena parte, a los resultados que obtenemos.

Para que cada anhelo se concrete, intervienen múltiples factores externos a nosotros, sin duda, pero si logramos enfocarnos en lo que queremos, despejamos las dudas y afrontamos  los “pero”, seguramente ya estemos listos para lograr nuestros objetivos.

Cuando elegimos y definimos el camino que queremos andar, nuestras emociones se alinean para construir una serie de decisiones, pensamientos y acciones que irán concretando nuestros sueños. La clave es la certeza de lo que deseamos alcanzar y cómo. . De esto se trata el plan para lograr la meta. Cuando hay certeza, no hay dudas y eso nos permite enfocarnos y empezar a accionar. Se requiere perseverancia, organización, disciplina para llevar adelante lo planificado, paso a paso. De esta forma iremos superando obstáculos y dificultades, tendremos paciencia, constancia, disciplina, planificación de cada paso a dar. Iremos tomando cada vez más seguridad y compromiso con nuestro proyecto. Insistiremos las veces que sea necesario y haremos todo lo posible,  hasta lograr los resultados deseados.

Ir tras el logro de nuestros sueños requiere voluntad y nos va enseñando la tolerancia a  frustración; nos hace más fuertes y levanta nuestra autoestima. Cada meta lograda nos inunda de satisfacción y gratificación. Este tipo de sentimientos nos acompañarán durante toda nuestra vida, al recordar lo que hemos transitado y superado para cumplir lo soñado.

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No es magia, nuestro cerebro se programa para conseguir sus metas, mediante pensamientos proactivos  y coherentes con las acciones eficaces y las emociones acordes. Para ello, lo primero es tener claro qué queremos lograr. ¿Realmente queremos eso? Muchas veces, lo que sucede,  en realidad es que no sabemos muy bien qué queremos. O tenemos miedo al cambio o preferimos quedarnos en la zona de confort. Otras veces, no nos sentimos capaces de encarar el esfuerzo, disciplina  o estrés que conlleva el camino hacia lo que queremos. Otras veces, aparecen sentimientos de no merecimiento, la vivencia que eso no es para nosotros o inseguridades, la vivencia de que es demasiado para nosotros.

Querer es poder, eso es lo que nos da la energía para afrontar el cómo lograrlo. Cuando definimos, sin dudas, lo que queremos, nos enfocamos en ello y nuestro cerebro y voluntad buscarán la forma de llegar al objetivo.

Creer es crear. CREER con mayúscula.

Creer es encontrarnos con nuestro deseo genuino y realizable e ir por él. Creer es encontrar la forma de concretar. Elegir las emociones positivas que nos lleven al destino deseado y combatir las negativas que boicoteen el logro. Nuestra conducta, pensamientos y emociones en juego, deben ser coherentes entre sí, para no sabotear nuestro proyecto.

¿Realmente querías lo que no pudiste lograr?

El destino lo construimos nosotros, no es algo predeterminado.

Identifiquemos hacia dónde queremos dirigirnos. ¿Hay factores externos a nosotros?  Sí, pero el primer paso  es tener la certeza de qué es lo que queremos. Enfocarnos en eso y en la decisión de tomar las riendas para conseguir lo que nos hemos propuesto, ya sin  dudas. Es el encuentro con nosotros mismos y nuestros deseos, es la certeza del deseo, lo que nos mueve hacia lo que soñamos.

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1 comentario en «CREER ES CREAR»

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