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¿Te atreves a nadar en aguas abiertas?

En la actualidad cada vez a más personas les atrae nadar en aguas abiertas especialmente en época de verano. No todas las personas son amantes de estar frente al mar tomando el sol todo el día; hay quienes buscan hacer alguna actividad como jugar a las palas, petanca, vóley, fútbol, caminar por la orilla y/o nadar. Algunas porque se aburren y otras porque no quieren perder las rutinas del año. Nadar en aguas abiertas es una disciplina que requiere mucha técnica, confianza y material esencial.

Es un deporte que está en auge actualmente. Cada vez hay más personas realizando esta actividad. Probablemente algunas/os lectoras/es sepan que nadar en aguas abiertas es muy diferente a nadar en piscinas. Es por ello, que los entrenos se hacen por separado.

Por lo tanto, ¿qué es entrenar y practicar en aguas abiertas?

Esta disciplina de natación consiste en nadar en lugares abiertos como el mar, lagos o ríos. Es fundamental desarrollar una disciplina de entrenamiento, es decir, llevar un registro de los metros, tiempos, velocidades, ejercicios realizados y las sensaciones obtenidas.

Ahora te daremos unas recomendaciones para nadar en aguas abiertas.

Zonas donde podemos nadar:

En zonas de playa, nadar en la franja limítrofe con la costa a 200 m de distancia. En zonas fuera de la playa a 50 m.

Es importante cruzar los canales de navegación en grupo y por la zona donde se comienza: de la boya roja a la verde o viceversa.

Saber identificar la dirección de las corrientes y consultar siempre la previsión del tiempo.

Temperatura del agua:

Es muy importante saber la temperatura del agua para planificar las salidas. El uso del neopreno se recomienda a partir de los 20ºC. En competiciones es obligatorio a partir de los 16º y hasta los 20º.

Se aconseja reducir la actividad cuando la temperatura es baja, ya que puede provocar hipotermia. Es necesario hacer una entrada progresiva en el mar, para asimilar mejor la baja temperatura del agua.

Preparación inicial:

Ante todo es importante tener muy claro cuáles son nuestras aptitudes y que se necesita.

Una licencia o aseguradora deportiva nos garantiza la cobertura de nuestra práctica deportiva en caso de accidente.

Conocer las propias capacidades, no dependiendo de otros. Es necesario que valoremos la experiencia que tenemos antes de afrontar la nueva aventura y plantearnos los objetivos que podamos asumir. No pasar del 0 al 10 rápidamente, si no que se tiene que ir poco a poco. Y recordar siempre la importancia de informar sobre nuestra entrada al agua e intentar no ir nunca solo. Llevar siempre una boya de seguridad para estar visible y para ayudarnos en caso de fatiga.

La seguridad:

Es importante dar a conocer a terceras personas la actividad que estamos realizando.

Siempre que podamos intentar nadar en grupo, evitar nadar solos. Si se abandona la actividad, avisar a los compañeros.

Mirar la previsión climatológica. Nadar con colores vistosos (gorro y boya) y acompañado.

El ser humano por lo general, tiene miedo a lo desconocido. ¿Qué podemos hacer si sentimos miedo cuando estamos lejos de la orilla?

Se entiende que nos podemos sentir vulnerables y asustados en medio del agua oscura, y rodeados de peces. Es normal esta sensación pero tenemos que centrarnos 100% en nuestros objetivos y relajarnos. Comenzar a tener la experiencia más agradable en contacto con la naturaleza, sentir el agua en la piel, escuchar el ruido de cada brazada y la respiración.

Como dice William Faulkner: 

“No se puede nadar hacia nuevos horizontes hasta no tener el coraje de perder de vista la costa”

            A nivel personal, soy una asidua practicante de la natación, tanto en piscina como en aguas abiertas. Puedo dar fe que estas dos disciplinas son totalmente diferentes, ya que en piscina la natación es en un entorno estable, en cambio, en aguas abiertas la incertidumbre del entorno es lo que define a la actividad. Siempre antepongo la seguridad en mis salidas, y siempre voy acompañada, avisando de nuestra ruta a familiares y amigos, y haciendo las pertinentes paradas para el descanso. 

            Solo puedo decir que es una de las mejores sensaciones, el salir a nadar a 1ª hora de la mañana, con el mar en calma y poder apreciar la salida del sol, practicando mi deporte favorito en compañía, desconectando de la rutina, haciendo deporte y disfrutando de nuestro mar. Y muchas veces, compitiendo en las múltiples travesías de aguas abiertas que se organizan a lo largo de todo el año. 

En conclusión es una sensación única y diferente muy recomendable que deberíais probar.

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