Cultiva tu Compasión para Humanizar el proceso de cuidar el paciente y/o familiar dependiente
¿Quieres empezar a ser parte de la solución en vez de ser parte del problema?
¿Te gustaría entrenar las Habilidades Blandas, como indicador de calidad asistencial?
Como Instructor en el «Cultivo de la Compasión» te aseguro que aportando más compasión a la ecuación o como menos no aportando más sufrimiento, (crítica, queja, ira, cinismo, deshumanización) al sistema sanitario, conseguiremos abordar de raíz la crisis dentro del sistema de salud.
En la sociedad del bienestar, frecuentemente negamos, evitamos o rechazamos el malestar. Esta estrategia adaptativa, lejos de mejorar la realidad, perpetúa y magnifíca las dificultades, el malestar no desaparece porque no lo afrontemos, al contrario, nos somete en silencio.
Dentro de mi hacer como Radiólogo, he de diagnosticar y comunicar todos los días a mujeres (y algunos hombres) de Cáncer de mama, la mayoría de ellas antes de acudir a la consulta estaban totalmente asintomáticas, usualmente en la adultez temprana, con todos sus proyectos de vida por hacer o en proceso, esto les lleva de una situación de «sana» a «potencialmente mortal» en 2 frases.
Luego de 14 años experimentando este proceso, algo he aprendido, aunque se que me queda mucho por aprehender, son lecciones no enseñadas en las Facultades de Medicina donde me he formado durante 15 años. Son lecciones como por ejemplo que la crisis que nace en una mujer luego de un diagnóstico de Cáncer de mama, casi nunca es referente a la mama, sino a la persona, son sus relaciones, sus proyectos, sus afectos los que usualmente se ven amenazados, si solo atiendo al desequilibrio en unas células de un segmento de una mama, dejaré por fuera no solo el 99% del problema, sino a la parte más importante.
Otra lección más dura es que, hasta que no indague dentro de mis crisis, y de mis malestares, poco podré aportar a cualquier persona que acompañe en su vulnerabilidad, pues me veré una o otra vez proyectando mis miedos, creencias, mis sombras sobre un ser humano que ya tiene bastante con su crisis.
Esto por supuesto ni es intencional, ni personal, pero por ello no deja de producir mucho sufrimiento agregado a la persona quien hace el rol de «experto (a)» y a la persona quien hace el rol de «paciente».
En el planeta sanitario y del cuidado, la compasión resalta y multiplica su potencial, pues es uno de los oficios donde el sufrimiento y la vulnerabilidad es protagonista. Donde lidiar con las dificultades, pérdidas, conflictos es tanto cotidiano como obligado. Hay solo una vocal de distancia entre creer y crear lo que anhelamos, y la Compasión es la alquimia por excelencia en este paso.