DIAGNÓSTICO HUMANO DEL CÁNCER DE MAMA
Cuando vemos desde lejos una escena entre un sanitario, sea cual sea, y un “paciente” o un familiar, ¿qué vemos? Esta pregunta es capital y su respuesta definirá, cómo trabajarás como sanitario los próximos 30 años.
TÚ TRABAJO, NO ES TÚ TRABAJO.
“La pregunta más urgente y persistente en la vida es: ¿Qué estás haciendo por los demás?”
Martin Luther King.
Aún no sabemos, ¿qué es la salud?, tampoco, ¿qué es la enfermedad? solo tenemos aproximaciones. Peor aún, muchos de nosotros no sabemos, ¿cuál es nuestro trabajo? Vamos a resumir e ir por el camino corto. No pienses en ti al definir tu trabajo, no te ubiques en el centro, mi narciso amigo, porque esto te llevará irremediablemente al colapso y al vacío. Tú trabajo NO es lo que tú haces, tú trabajas en solucionar el problema de un ser humano. Esto lo cambia todo. Nadie vende taladros, lo que venden son agujeros, venden la solución para poder colgar algo en la pared, venden necesidad de hogar, necesidad de sitio de trabajo.
Entonces, estamos atinando al centro de la diana, pero de la diana errónea. Confundimos el medio (conocimiento, tecnología, experiencia) con el fin (ser humano), lo primero siempre subordinado a lo segundo, no al revés como ocurre en nuestra sociedad actual. De forma que, siendo médico especialista en el diagnóstico, no veo asignatura más relevante que comprender, que lo que hago, ¡es un diagnóstico humano!, no de un órgano o de un tejido. Uso el conocimiento, la tecnología y mi experiencia, para obtener información valiosa para una mujer, quien desea descartar, comprobar o controlar una enfermedad de la mama. A la mama le interesa poco lo que observo, la mama no sufre, ni tiene hijos, ni tiene proyectos, anhelos o sueños. Entonces decir que “me dedico al estudio de la mama” es una locura conceptual. (solo cuando lo comprendes). Mi centro no es la mama ni la del oftalmólogo es el ojo. Esto es un cambio de fondo, muy de fondo. Una propuesta atrevida e irritante en el mundo de la superficialidad.
¿Cuál es tú trabajo? El mío; servir y acompañar a las mujeres para tomar consciencia de la presencia o ausencia de alguna enfermedad en sus mamas. Colaboro, a través de la imagen, en la prevención secundaria (prevención de la muerte) en el cáncer más frecuente en el mundo en la mujer. Y mi trabajo más complejo y reconfortante es comunicar y acompañar el diagnóstico y seguimiento del cáncer de mama. Si bien, yo no soy mi trabajo, tengo el privilegio de trabajar en algo que se fusiona con mi sentido y propósito de vida, qué es recordar y ejercer de ser humano. En resumen, acompaño la incertidumbre de un posible diagnóstico adverso (cribado de cáncer de mama) y acompaño la certidumbre de un probado diagnóstico adverso (diagnóstico/seguimiento de cáncer de mama).
Cuando entro a mi trabajo, tengo el ritual de tomar consciencia, que no estoy allí para mí, estoy allí para servir a otra persona, de forma, que recuerdo que la mujer es la protagonista en la relación. En la escena entre una “paciente y yo” veo a dos seres humanos compartiendo necesidades y recursos con la intención de mejorar la vida de ambos. Acá mis estimados amigos, hay poco espacio para el Burnout.