¿Te apuntarías a un reto de 90 días sin comprar ropa?
Nos han hecho pensar que la belleza es aferrarse al estándar de belleza, a una delgadez, estar sin arrugas, juventud, cabello liso, pieles blancas, musculosas, altas, rubias, con curvas voluptuosas, arreglada, limpia, sin celulitis, flacas, dientes perfectos, piernas esbeltas, nos hacen solo ver el exterior, (el envoltorio) cuando el ideal de belleza es el sentimiento de sentirlo y de experimentarlo.
En los años treinta se comenzaron a usar tallas pequeñas en las modelos, ya que al publicar la ropa en las revistas, no se veían armónicas. Las modelos no eran más que maniquíes, una percha para colgar ropa.
Los estándares de belleza cambian cada década, o cada 24 horas, como las historias que vemos en las redes sociales, y no podemos cambiar nuestro físico cada vez, por eso debemos aceptarnos a nosotros mismos.
No vemos las cosas tal y como son, las vemos tal y como somos nosotros. —Anaïs Nin
Y es que el marketing y la publicidad están diseñados para que nos avergoncemos del paso del tiempo.
Todas esas lociones, pociones, brebajes, dietas, postizos y procedimientos dolorosos y peligrosos que nos avergüenzan y nos engañan para que compremos; crean industrias multimillonarias, predominantemente propiedad de hombres. Creando mi propia marca de maquillaje vegano, descubrí que es así, la industria del maquillaje está liderada por hombres quienes además son dueños de las revistas que nos hacen sentir mal. Son propietarios de los sellos discográficos, los estudios cinematográficos, las redes de televisión y las plataformas de redes sociales que refuerzan estos estándares de belleza imposibles y a menudo comprados o falsificados, y también son propietarios de las empresas de dietas y belleza que venden las curas para nuestros supuestamente “cuerpos rotos”.
Hasta la moda se ha visto beneficiada por los medios de comunicación que le sirven como soporte de publicidad. En las revistas especializadas en moda, las empresas encuentran un altavoz directo a su público objetivo. Del mismo modo, las revistas de moda no podrían existir sin las empresas y marcas de moda que apadrinan sus contenidos a través de la publicidad y de los patrocinios.
Las corporaciones de moda te están engañando para que compres cada vez más. Cuando la moda rápida despegó a finales de los años 1990 y principios de los 2000, los gigantes de la moda rápida como Zara se centraron en lanzar nuevos diseños en lugar de reabastecer los productos más vendidos para enseñar a sus clientes a no pensar antes de comprar. La verdad es que muchas investigaciones sugieren que comprar más cosas no nos hace más felices a largo plazo.
Desafiar los estereotipos de la imagen corporal y sus profundas raíces en el racismo, el capitalismo y el patriarcado no es una tarea fácil, pero si colectivamente elegimos rebelarnos en cada pequeño acto de amor propio, tendrá un impacto enorme con el tiempo.
¿Te apuntarías a un reto de 90 días sin comprar ropa?
El propósito de este desafío es detenernos a reflexionar sobre los valores que queremos llevar y el papel que podemos desempeñar en el cambio de la industria de la moda. Al hacer una pausa en la compra de ropa nueva, reflexionar sobre formas de abordar la sobreproducción y responsabilizar a las corporaciones por sus acciones, damos el primer paso en nuestro viaje para rehacer la industria de la moda para siempre.
Cuando resistimos las tácticas de la industria de la moda para manipularnos para que compremos más, ¡podemos unirnos y tener un impacto enorme!
Mayo fue el Mes de la Concientización sobre la Salud Mental, te invito a ayudar a poner fin a la crisis de la moda y restablecer tu mente aceptando el desafío 90 días de este año, verás que se te pasan volando.