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EL AMANTE TRIUNFAL

En esta salida de pandemia noto en consulta que ante la necesidad de reinventar y reorientar rumbos de vida aparecen miedos. Cuando son extremos se convierten en paralizantes y patológicos.

Si el temor al fracaso es muy intenso y se evita accionar por temor a equivocarnos, nos encontramos ante un problema de atiquifobia. 

Los síntomas son: 

— Gran autoexigencia 

— Rigidez con uno mismo 

— Temblores, sudoración, taquicardias, dolores estomacales, ansiedad al encarar o planificar la meta temida 

— Bloqueos cognitivos (quedarse en blanco) 

— Necesidad de perfección en casi todo aquello que hacemos 

— Autoestima y autoimagen negativa 

Una amiga me platicaba hoy: 

«lo contrario al miedo es el amor” 

Con miedos no hay formas de evolucionar, eliminar creencias inútiles, confiar y sobre todo, saber que somos a cada instante creadores de nuestra realidad. 

El miedo genera la peor cárcel y parálisis: “la dependencia». 

Hay también algunas cuestiones interesantes alrededor de este miedo al fracaso. 

Algunas son: 

— Creer que alcanzado el éxito se pierde la humildad

No conozco mejor escuela de humildad que avanzar a fuerza de esfuerzo personal. 

Esta creencia es mediocrizante e invita a seguir en la zona de confort. 

El factor determinante es la actitud con que se afrontan las situaciones. 

¿Humilde en “la base”? 

Trabajar para conservar esta virtud “en la cima”. 

Triunfar es apostar por mejores versiones personales en todas las áreas. 

No hacerse la pregunta: 

¿qué es lo peor que podría pasar? 

Es muy saludable y a veces aleja fantasmas y tranquiliza. 

Colabora para planificar acciones acotadas en pequeñas metas. 

Siendo flexible para moverse, siempre con proa al objetivo, corrigiendo el rumbo cuantas veces sea preciso. 

— Cargas ancestrales, entorno donde se vive, pueden también afectar el sentido de merecimiento, esencial para triunfar y avanzar. Crecer en ambientes familiares opresivos, represivos o desmoralizantes tiene implicancias fuertes. 

Esos juicios y modalidades, a veces gritos, silencios cargados de negatividad o gestos descalificantes repercuten en el presente. 

Trabajar sobre el autorrespeto y autoconocimiento cada día, hasta lograr el fortalecimiento de autoridad y fortaleza internas, garantiza contrarrestar esta carga hereditaria.

— Miedo a la envidia de los otros que siempre ponen palos en la rueda.

 Es otra falsa creencia limitante y se convierte en una excusa atemorizante. 

Siempre hay también muchos que apoyarán tu crecimiento. Consciente que somos frecuencia y energía, si pululan muchos detractores revisar que se irradia. 

Hacerse responsable de lo propio construye atajos al triunfo. En lugar de detenernos a “devolver todas esas piedras que pareciera lanzan”, emplear ese tiempo valioso para mantener el foco en la misión de vida elegida y enfocarse en las metas sin distracciones. 

“Solo se tiran piedras al árbol cargado de frutos” reza el dicho popular. 

¡Cargarlo es la tarea! 

Relativizar con técnicas de trabajo interno para que no afecten opiniones o acciones no gratas, marcando límites para definir hasta dónde y a quienes validar como “opinólogos” sobre el camino elegido hacia el triunfo. 

— “No voy a poder manejar los logros” 

¿Y cómo saberlo de antemano?

Suena a excusa, ¿verdad? 

Aunque el famoso “se le subió el éxito a la cabeza” ocurre a veces por falta de trabajo integral, desmoronando lo logrado en poco tiempo. 

Saber que el miedo es inherente a los seres humanos y enrostrarlo como impulsor hacia adelante y alerta de prudencia en lugar de paralizante puede llevarnos al logro del desafío anhelado. 

Rodearse de un equipo y redes de excelencia en integridad, enfocado en la motivación que da dejar un legado en el mundo, conduce a confiar en el proceso de la vida, que siempre es evolutivo. 

— “El triunfador es un individuo solo y aislado” 

Somos con otros. La realidad indica que con o sin éxito por momentos estaremos experimentando soledad. El decidir es en última instancia un acto solitario que aprovecha las mejores cualidades posibles e intenta mejorar el contexto donde sucede. 

El amor es la condición para tu triunfo personal. 

Sin miedos y en la conciencia que los errores son maestros valiosos, favorecedores del triunfo. 

Somos luces y sombras danzando. 

Aceptarnos en la totalidad, apostando con autorrespeto a alimentar el crecer en compasión, es erradicar el miedo, madurar hacia el éxito y garantía de triunfo. 

Amate mucho, cree en tu valía, es todo lo necesario para triunfar. 

Nos encontramos en marzo. 

Descuento un brillante febrero para ti lejos de temores y apostando confiadamente en tus triunfos. 

Abrazo al alma. 

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2 comentarios en «EL AMANTE TRIUNFAL»

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