YO SOY ASÍ Y ¿QUÉ LE VOY A HACER?
¿Cuántas veces lo hemos escuchado, dicho, cuestionado esto?
Existe la falsa creencia de que la gente no cambia, pero a lo largo de la vida, va cambiando nuestra escala de valores, vamos creciendo, aprendiendo de los errores (nuestros y de otros), madurando, acumulando diversas experiencias que conllevan un proceso real de cambio.
“Yo soy así” es nuestra mejor excusa para el no cambio, nos mantiene de forma conformista en nuestra zona de confort.
Está claro que no es fácil cambiar. El motor es la toma de conciencia y la voluntad.
Muchas veces, no tenemos la motivación suficiente, ni sabemos muy bien qué queremos cambiar, ni para qué.
Otra cosa que se pone en juego, algunas veces, es el miedo, el miedo a lo desconocido, el miedo al fracaso, al error, a la pérdida de lo que tenemos.
Surge la necesidad de cambio, porque algo ya nos está generando malestar o sentimos el estancamiento en el lugar que estamos. Cambiar nuestra forma de ser, de ver el mundo, es un proceso que nos lleva a disfrutar de cosas nuevas, nuevas formas de vincularnos, a conocer otras personas, a realizar otras actividades, a dejar atrás estilos de vida caducos y muchas veces, a perder vínculos para retomar otros más acordes a nuestro nuevo…
Quedarse en la rigidez del “yo soy así», nos lleva a perder oportunidades que aparecen cuando uno se permite abrir las puertas de lo novedoso.
Cambiar nos permite evolucionar, generar nuevos hábitos.
Sí, nos equivocamos, esto forma parte de la evolución y el crecimiento.
Yo soy así ¿Cuándo? ¿Con quién?
Nos comportamos según el entorno, según el tipo de vínculo.
El yo soy así, es relativo. Somos seguros en algunos ámbitos, más inseguros en otros.
Más extrovertidos o confiados, etc.
El yo soy así, generaliza, etiqueta, autoetiqueta. Es un estereotipo.
El yo soy así nos limita. Ser fiel a nosotros mismos en lo que suma, cambiando lo que nos limita y limita a los demás.
Cuestionarnos, practicar la autocrítica para cambiar conductas negativas. Es un proceso difícil y que implica perseverancia.
¿Te atreves?
¿Has hecho alguna vez una lista de lo que quieres cambiar?