¿El ejercicio físico es un aliado en los pacientes oncológicos?
El cáncer, además del Covid-19 es uno de los problemas más importantes socio sanitarios en el mundo. A medida que transcurren los años la tecnología y la medicina han hecho avances importantes en el tratamiento de tumores y células. Sin embargo, el tratamiento no sería el mismo sin el apoyo de los seres queridos durante todo el proceso.
Pero, la actividad física, ¿es aconsejable durante el tratamiento oncológico?
Según la Organización Mundial de la Salud, el mínimo ejercicio recomendable es de 150 minutos/semana de ejercicio físico moderado (bailar, caminar a paso rápido o tareas domésticas) o 75 minutos/semana de ejercicio físico intenso (running, aeróbic o desplazamientos en bicicleta).

El EJERCICIO ayuda a disminuir la astenia o el cansancio asociado a la quimioterapia.
La astenia es un cansancio patológico que no se alivia con el reposo y mejora con la práctica de la actividad física.
La lista de los beneficios del ejercicio físico en enfermos oncológicos es innumerable, citemos los más importantes:
A nivel médico la práctica de ejercicio ayuda a mantener el peso, mantiene la salud cardiovascular, reduce el riesgo de sufrir otras enfermedades como la diabetes, hace aumentar la masa muscular, fortalece los huesos.
A nivel psicológico facilita el descanso, hace aumentar la autoestima y reduce los síntomas de ansiedad, depresión y estrés.
A nivel social fortalece las relaciones con los demás, contribuye a aumentar la confianza y enseña el trabajo cooperativo y la resolución de conflictos.
Otro beneficio potencial es el mantenimiento de la masa muscular que, con frecuencia, disminuye durante los tratamientos. También mejora la autoestima, mejora el estado de ánimo y no deja que el paciente sufra depresión. Esto conlleva a activar la vida social y reduce la ansiedad y el estrés. Reduce efectos secundarios de los tratamientos y menos riesgo de osteoporosis. Por lo tanto, es sumamente importante para mejorar la calidad de vida.

En la actualidad cada vez hay más personas que toman conciencia de lo importante que es el ejercicio para la salud, por supuesto, siempre teniendo en cuenta el tipo de ejercicio más adecuado para cada uno.
Entonces, ¿por qué hacer ejercicios?
En muchos casos, el tratamiento puede causar efectos adversos, como por ejemplo: la fatiga que lleva al agotamiento físico y emocional que puede interferir en la calidad de vida. Es por ello que el ejercicio físico puede disminuir la fatiga que muchas veces queda después del tratamiento.
Es aconsejable realizar ejercicios aeróbicos, como correr, nadar, bailar, andar en bicicleta, etc. También ejercicios de fuerza que ayudan a mejorar la fuerza física, el equilibrio y la musculatura.
Otros ejercicios recomendados son los de flexibilidad que mejoran las articulaciones.
1 serie = 15 repeticiones del movimiento de forma continuada, con un descanso
de aproximadamente 1 minuto antes de repetir la siguiente serie.
El ejercicio físico en cáncer mantiene todos estos beneficios porqué son importantes en la medida en que ayudan al cuerpo a adaptarse al tratamiento y a sus efectos secundarios.
Un beneficio muy destacado del ejercicio físico en enfermos de cáncer es la reducción de la fatiga. Aunque parezca contradictorio un programa de ejercicio físico más o menos regular, con unos objetivos determinados y asesorado conjuntamente por el médico y el profesional de la actividad física, aumenta la energía física de manera general. Y esto pasa porque el corazón bombea de manera más eficiente y la sangre circula mejor. Por tanto el organismo no ha de hacer tanto esfuerzo para mantener los niveles de oxígeno y nutrientes.
Psicológicamente las ventajas también son notables: Ante el cambio en la autoimagen y el auto concepto, el ejercicio físico en el cáncer ayuda a mejorar la autoestima.
También lo notamos en el estado de ánimo: la actividad física provoca el segregar endorfinas, que nos hacen estar mejor. Hasta en momentos de sentirnos abatidos, un ejercicio mínimo como levantarse y caminar un poco por casa nos ayudará a aumentar el bienestar.
Socialmente el ejercicio físico durante el tratamiento del cáncer es una manera de romper el aislamiento. Da la oportunidad de compartir un momento con otras personas. Mientras se hace una actividad física saludable para todos, se habla de lo que preocupa o bien se distrae de los problemas diarios.

“El ejercicio físico y la práctica de actividad física cura; por eso debe poder recetarse por médicos para hacer frente a cuestiones de salud, tanto física como mental”, no hay más discusión en esta frase.
¿Sucederá algún día? ¿Llegaremos a ver la tan ansiada “RECETA DEPORTIVA”? Esperemos que sí, y que los enfermos, entre ellos los oncológicos, puedan utilizar el ejercicio físico como parte de su tratamiento, ejercicio físico bien recomendado y dirigido por profesionales de la actividad física-
Y como dijo Nikolai Lenin:
“Lo más importante de la enfermedad es nunca perder el corazón”
Afrontemos pues el ejercicio físico como un aliado en los pacientes oncológicos