Elena, (no es el nombre real) ha sido mi cliente por más de un año y hoy te cuento su historia. Ella es una mujer de 38 años, había llevado consigo durante toda su vida una profunda herida emocional, una relación de abandono que se originó en su infancia. Esta experiencia temprana de sentirse desatendida y no amada había dejado una cicatriz en su corazón que afectaba sus relaciones personales y su bienestar emocional. Decidió buscar una opción a nivel energético y estuvo recibiendo Reiki y marcó el comienzo de una transformación profunda y sanadora. Reikiayudó a Elena a sanar la relación de abandono en su corazón y encontrar la paz interior que tanto anhelaba. 

Elena había crecido en un entorno en el que sus padres, aunque presentes esencialmente, a menudo estaban emocionalmente ausentes. Esta falta de conexión y apoyo emocional en su infancia dejó una marca profunda, desarrolló patrones de apego, inseguridad y una creencia de que no era lo suficientemente digna de amor. 

Estos sentimientos de abandono la persiguieron hasta la adultez, interfiriendo en sus relaciones y provocando una constante sensación de vacío en su interior. Fue entonces cuando descubrió Reiki, una práctica que se centraba en la canalización de energía curativa para equilibrar el cuerpo, la mente y el espíritu. Movida por la esperanza de que esta terapia pudiera ofrecerle la sanación que tanto anhelaba, Elena se embarcó en una serie de sesiones de Reiki. 

A medida que Elena experimentaba las sesiones de Reiki, comenzó a notar cambios sutiles pero profundos en su interior. Las sensaciones de calor y energía que experimentaba durante las sesiones le brindaban una sensación de paz y seguridad que nunca había sentido. Gradualmente, estas sensaciones empezaron a abrir puertas en su corazón, permitiéndole explorar y confrontar las heridas de su infancia. A través de sesiones de Reiki regulares y la guía que como coach también ofrezco, Elena comenzó a abordar conscientemente los sentimientos de abandono que había atormentado su vida durante tanto tiempo. Durante estas sesiones, se dio cuenta de que la sensación de abandono no era una verdad absoluta, sino una percepción basada en experiencias pasadas. 

Aprendió a separar esas experiencias de su identidad actual y a reconocer su propio valor y autoestima. A medida que Elena avanzaba en su viaje de sanación con Reiki, sus patrones de comportamiento y su forma de relacionarse con los demás comenzaron a cambiar. Ya no buscaba validación externa para sentirse amada y valiosa. En su lugar, encontró un profundo amor y aceptación dentro de sí misma, lo que le permitió establecer relaciones más saludables y significativas con los demás. 

La historia de Elena es un testimonio conmovedor de cómo Reiki puede ayudar a sanar las heridas emocionales más profundas. A través de la práctica constante de Reiki, Elena pudo liberarse del peso del abandono que había llevado consigo durante décadas. Reiki no solo le proporcionó un espacio seguro para explorar sus heridas, sino que también le dio las herramientas para sanarlas y transformar su vida. 

La historia de Elena es un recordatorio de la capacidad del ser humano para sanar y crecer, y de cómo las prácticas como Reiki pueden ser un vehículo poderoso hacia la sanación emocional y la autoaceptación. 

Jomar Hernández 

Coach de Salud 

Maestra de Meditación y REIKI

Carolina del Norte

EE. UU.

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