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La discriminación silenciosa

Cuántas veces escuchamos el discurso:

“Yo soy una persona moderna, acepto a los gays y lesbianas”

“Yo tengo un amigo gay y es normal”

“Que guay que para los gays conocer parejas es más fácil”

Pero ninguna de estas bonitas frases de slogan de publicidad de libros de autoayuda me ha parecido más cuestionable que la que el otro día con una amplia sonrisa me dijeron:

“Yo no tengo problemas con los gays, es más los entiendo, yo tenía un tío gay, que por ser gay murió de sida, pero él iba siempre lo más”

Claramente, esta persona, la cual no se quedó corta con su discurso agrega:

“Bueno, es que así son los gays, promiscuos”

Estimad@ lector/a/e, si eso mismo que lee.

Bajo esta sentencia nos queda claro que la premisa de esta persona es:

1) Si alguien perteneciente al club LGTB+ 🏳️‍🌈, no muere de SIDA ya no es gay o todos los LGTB+ (o solo los gays) morimos de SIDA.

2) La promiscuidad es un factor negativo y únicamente relativo a los gays.

Si amigos, este discurso me soltaron y lo peor que esta persona, como unas cuantas, van de progres, modernas y tolerantes.

Aquí es donde posicionado en la acera de en frente me detengo a analizar el panorama social, desde aspectos sociológicos y heteropatriarcales

  • (digo esto para no soltar la frase machista pura y dura, ya que curiosamente veo que el machismo esta muchas veces instaurado en mujeres CIS heterosexuales).
  • Comenzaremos a hablar de algo que sociólogos y psicólogos llaman las sexualidades periféricas. Las sexualidades periféricas son aquellas que traspasan la frontera de la sexualidad aceptada socialmente: heterosexual, monógama, entre personas de la misma edad y clase, con prácticas sexuales suaves (o sea el sexo aburrido, el polvo reproductivo y agradece que llegues al orgasmo, todo lo que salga de allí te convierte automáticamente en Guarra, Zorra, Promiscuo/a).

Este que rechaza el sadomasoquismo, Bondage, el intercambio de dinero (prostitución que algunos cobran en dinero otras joyas o cruceros), el cambio de sexo, el intercambio de pareja reniega de cualquier práctica que no sea el coito vaginal, ETC.

En cambio, las sexualidades periféricas están basadas en la resistencia a los “valores tradicionales” (que ha impuesto cierto sector político, social, cultural y religioso los cuales siempre tienen su pequeña obscenidad escondida en un cajón o simplemente se masturban a la sombra de su dios castigador).

Al asumir la transgresión, muchas veces el precio que se tiene que pagar es el rechazo social, la discriminación y el estigma.

En respuesta a la marginación que está presente en todas las instituciones sociales, desde la familia (católica o cristiana, también musulmana) hasta los espacios educativos y los laborales, se ha planteado la Teoría Queer o también la llamada Ética Promiscua (si, como se titula un libro muy interesante de Dossie Easton y Janel W. Hardy) que intenta cambiar el sentido de la injuria para convertirla en un motivo de estudio, e incluso de orgullo.

Así, ser diferente se toma como una categoría de análisis para denunciar los abusos que se presentan desde la misma ciencia, ya que los textos científicos han sido por lo general elaborados por personas de género masculino, de raza blanca, de preferencia heterosexual, de clase media y de religión cristiana.

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Dejándose invisibles a otros colectivos como las mujeres, los negros, los indígenas, los homosexuales, los transexuales, los pobres, los musulmanes, los panteístas, y un laaaaaaargo etcétera.

Es por ello por lo que la Teoría Queer intenta dar voz a estas identidades que han sido acalladas por el androcentrismo (2), la homofobia, el racismo, la fobia a las personas con discapacidad física intelectual, y el clasismo de la ciencia. Es preocupante que en pleno siglo XXI, el paradigma social de algun@s personas mantengan aún en vilo el VIH/SIDA como el cáncer rosa.

Que pena da el mal que hizo la película “Philadelphia”, que no se contextualizó. Ya que últimamente estoy dando datos, para que no todo se quede en la especulación o eso parezca, aquí dejaré los datos de la ONU SIDA con respecto a la situación de esta pandemia.

ESTADÍSTICAS MUNDIALES SOBRE EL VIH

• 28,2 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral al cierre de junio de 2021.

• 37,7 millones [30,2 millones–45,1 millones] de personas vivían con el VIH en todo el mundo en 2020.

• 1,5 millones [1,0 millones–2,0 millones] de personas contrajeron la infección por el VIH en 2020.

• 680.000 [480.000–1,0 millones] de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA en 2020.

• 79,3 millones [55,9 millones–110 millones] de personas contrajeron la infección por el VIH desde el comienzo de la epidemia.

• 36,3 millones [27,2 millones–47,8 millones] de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida desde el comienzo de la epidemia. Personas que viven con el VIH

• En 2020, 37,7 millones [30,2 millones–45,1 millones] de personas vivían con el VIH. ◦ 36,0 millones [28,9 millones–43,2 millones] adultos. ◦ 1,7 millones [1,2 millones–2,2 millones] niños (hasta 14 años). ◦ 53% de todas las personas que viven con el VIH son mujeres y niñas.

• El 84% [67–>98%] de todas las personas que vivían con el VIH conocía su estado serológico con respecto al VIH en 2020.

• Alrededor de 6,1 millones [4.9 millones–7.3 millones] de personas no sabían que estaban viviendo con el VIH en 2020. Personas que viven con el VIH con acceso a la terapia antirretroviral

• Al cierre de junio de 2021, 28,2 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral en comparación con los 7.8 millones [6.9 millones–7.9 millones] de 2010. ◦ En 2020, el 73% [56–88%] de todas las personas que vivían con el VIH tuvieron acceso al tratamiento.

▪ El 74% [57–90%] de los adultos mayores de 15 años que vivían con el VIH tuvieron acceso al tratamiento, así como el 54% [37–69%] de los niños de hasta 14 años.

▪ El 79% [61 %–95 %] de las mujeres adultas mayores de 15 años tuvieron acceso al tratamiento; sin embargo, solo el 68 % [52 %–83 %] de los hombres adultos de 15 o más años lo tuvieron.

• En 2020, el 85% [63%–>98%] de las mujeres embarazadas que vivían con el VIH tuvieron acceso a medicamentos antirretrovirales para evitar la transmisión del VIH a sus hijos.

Si con estos datos mi querid@ lector/a/e usted no distingue que la pandemia del VIH no pertenece únicamente al colectivo LGTB+, le aconsejo que haga un curso de comprensión lectora.

Si, por el contrario, le ha quedado muy claro, cada vez que escuche, vea o sienta una discriminación homófoba con base en VIH, aquí tiene un buen argumento para debatir.

También para romper estigmas le aconsejo que se informe que una persona que vive con VIH, que tiene una carga viral INDETECTABLE, no puede INFECTAR a otra persona.

De aquí la campaña I=I (en castellano y en inglés conocida en el mundo entero U=U).

Si usted practica una sexualidad abierta y mantiene múltiples parejas o contactos sexuales, existe un tratamiento llamado la PrEP (3), con el cual puede evitar una infección de VIH (además del uso del preservativo).

Y antes de terminar el artículo de este mes deseando a todas, todos y todo un genial año 2022, que por favor sea próspero.

Dejemos de discriminar las prácticas sexuales de los demás, centremos esta preocupación o más bien ocupémonos de las propias, porque quizás no van muy bien y como dice el refrán “El que no folla, jode”.

Rompamos con la discriminación silenciosa, estemos a la altura de una conversación, recordemos a las personas más allá de su orientación, género o rol sexual.

Somos entes sexuales, emocionales, sociales con sueños, defectos y virtudes. No somos los unos y los otros, tener esta separación en forma de etiquetas solo delata parte de nuestros defectos y más allá de toda ignorancia.

No contribuyamos a ella, tampoco es responsabilidad del otro educar en este sentido a los demás, esto nos debe nacer a cada uno de nosotros para comprender la sociedad en que vivimos, de la cual somos protagonistas y la construimos.

Desde la acera de enfrente, saludos.

PD: Con Amor Miquel Claudì-López @miquelclaudilopez

(1) El heteropatriarcado es una concepción abstracta que se utiliza para referirse a un sistema sociopolítico en el que el hombre y la heterosexualidad tienen supremacía sobre otros géneros y sobre otras orientaciones sexuales.

(2) La PrEP (profilaxis prexposición) son medicamentos que toman las personas que están en riesgo de infección por el VIH para prevenir contraerlo a través de las relaciones sexuales o el consumo de drogas inyectables.

Cuando se toman según las indicaciones, los medicamentos de la PrEP son altamente eficaces para prevenir la infección por el VIH.

(3) Tendencia a considerar al hombre como centro o protagonista de la historia y la civilización humanas en detrimento de las mujeres, cuya importancia se rebaja o no se tiene en consideración.

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1 comentario en «La discriminación silenciosa»

  1. Un tema complicado y a veces controversial, sin embargo muy bien tratado en este artículo. Gracias por escribirlo, es muy importante tener estas conversaciones

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