Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

LA MAGIA DE DEJAR IR, DE SOLTAR

Es el aprendizaje más grande, más intenso y difícil de la vida: el soltar, el dejar ir, el no aferrarte a las personas ni a las cosas, el no aferrarte a nada, ni a nadie, ni a los pensamientos, ni a las creencias, ni a lo que crees saber. 

Dejar ir, dejar ser, es el verdadero aprendizaje y lo que más cuesta 

¡Pero vivimos con tantos miedos!

El miedo forma parte de nuestras vidas y de nuestro inconsciente, el miedo es el que muchas veces, sin darnos cuenta, decide nuestros actos, nuestras decisiones, nuestras palabras y nuestros sueños; habla por nuestra boca, por nuestros actos, por nuestros pensamientos; hemos crecido con él, nos han educado con él y es el mejor recurso que tiene esta sociedad globalizada para conseguir que compremos todo aquello que, presuntamente, nos tiene que ayudar a dejar de sentir miedo: seguros médicos, alarmas, casas protegidas, barrios con vigilancia, niños vigilados y contenidos que ya no juegan con otros niños fuera de la escuela y mucho menos salen a la calle; una sociedad que invade la privacidad de nuestros pasos, de nuestras compras, de nuestra salud, de nuestras relaciones para ofrecernos después la posibilidad de recuperarlas adquiriendo más seguros, más alarmas, … 

Una sociedad que pretende protegernos de todo a costa de hacernos antes tener miedo a todo. 

¿Y cómo vamos a aprender a soltar mientras tengamos tanto miedo de vivir y de morir? 

Pensamos que tenemos miedo de morir, pero en realidad esto se traduce en miedo a vivir. 

Miedo a que nos pase alguna desgracia, miedo a perder el trabajo, miedo a no saber si saldrá bien esta idea que tengo, miedo a los desconocidos y a lo desconocido, miedo a que nos asalten, a que nos violen, a que nos engañen, miedo a ser rechazados o criticados, miedo por lo que vemos cada día en las noticias, miedo a que les pueda pasar algo malo a nuestros seres queridos, miedo a los que llegan de fuera para buscar una vida más digna y que nos van a perjudicar, miedo finalmente a la muerte … Miedo a todo, miedo a vivir. 

Entonces, cuando empezamos a tener consciencia del miedo adquirido, nos distraen y aturden con todo el espectro virtual en el que estamos inmersos y que tan fácilmente capta nuestra atención, nuestra adicción, nuestro tiempo y el de nuestros hijos… Las redes sociales y todas las aplicaciones habidas y por haber. Son, verdaderamente, redes donde nuestra consciencia como humanidad queda atrapada: 

El “ser” deja paso al “parecer”

No importa quién ni cómo soy realmente, sino lo que quiero aparentar, la imagen virtual que quiero proyectar a los demás, lo que los demás crean de mí, el número de likes que me dedican… Esto es lo que la sociedad intenta enseñar a nuestros hijos y nos convierte en sus cómplices: aparentar y sentirnos exitosos con esta apariencia. Pero nadie puede vivir nuestra vida, ni nosotros podemos vivir la vida de otros. 

Podemos pasar la vida mirando hacia fuera, admirando o siguiendo a otras personas, maravillándonos de las cosas que hacen y que seguramente podríamos hacer nosotros, pero habremos perdido la oportunidad de conocernos a nosotros mismos y de vivir nuestra propia vida a nuestra manera. 

Y entonces, cuando llegan las experiencias duras, no estamos preparados para vivirlas. Debemos ser conscientes del mundo en que estamos, debemos reaprender y mostrar a nuestros hijos que la vida da para mucho más que para vivirla en una pantalla, que la vida es una oportunidad única para conocer y desarrollar nuestras habilidades personales, nuestros dones, nuestro talento, para mejorar el mundo en el que vivimos, para abrazar a los demás, para sentir el aire, la lluvia, el sol, la tierra en nuestro cuerpo, para empaparnos de todas las emociones y sensaciones que podamos vivir desde nuestros sentidos físicos y nuestro corazón, para desarrollar la mente, imaginar y crear nuevas posibilidades, y aprender a amar y amarnos. 

Pasar de sentirnos víctimas a ser creadores de vida. Y para vivir sin miedo debemos aprender a soltar, debemos aprender a caminar más ligeros: Aprender a soltar los pesos que llevamos sin darnos cuenta; soltar nuestras expectativas sobre cómo deberían ser las cosas; soltar la resistencia a no querer aceptar lo que ya es; soltar el control y la autoexigencia que esta conlleva, con el consiguiente sufrimiento que genera el no poder con todo; soltar la cantidad de juicios que llevamos encima contra nosotros mismos y los demás y empezar a agradecer por lo que tenemos en este instante, por lo que amamos, por lo que en realidad es importante; soltar nuestras ganas de tener la razón como sea y de opinar de todo como si de ello dependiera nuestra autoestima; soltar las expectativas sobre los hijos y aprender de ellos, para que puedan ser ellos los que nos enseñen cómo son, qué necesitan, y cuáles son sus sueños; soltar pensamientos caducos, cerrados y atrevernos a abrir la mente a nuevas miradas y a enfocarnos más hacia el amor, la compasión, el disfrute de la vida, la bondad y la belleza del mundo y de nosotros mismos. 

En definitiva, se trata de sentir, confiar, agradecer, escucharnos, respetarnos, amarnos y jugar con la vida, empaparnos de ella, saborearla, enriquecerla, dejar que todo llegue, nos traspase y nos enseñe y continuar confiando y amando, porque la muerte llegará cuando sea el momento de cada uno, nunca antes, y solamente la podremos mirar sin temor si hemos vivido la vida libremente, ampliamente, curiosamente, con amor, porque en este trayecto habremos comprendido que lo verdaderamente real nunca muere. 

Dolors Beltran Boixadera

Facebook
Twitter
LinkedIn

8 comentarios en «LA MAGIA DE DEJAR IR, DE SOLTAR»

  1. Gracias Dolors.
    Respirar tus palabras llenas de amor profundo e inmenso, me permíten respirar la verdad de existir, plenamente, sin pedir permisos, para amar este gran regalo llamado vida. Grandes abrazos para ti y para Ernest, con amor infinito

    Responder
  2. Gràcies, molt cert! I clar!
    Aprofitem cada moment com oportunitats per aprendre a superar les pors i a deixar anar. En definitiva, permetre’ns SER, lliures i fidels en nosaltres mateixos. Entregar-nos humilment a la vida i mort constant.

    Responder
  3. Es uno de los más grandes aprendizajes que podemos hacer, soltar y para saber hacerlo hay que querer de verdad♥️♥️♥️ precioso texto Dolors. Gracias!

    Responder
  4. Una vegada més les teves paraules són una reflexió complerta de l’ésser per per ser lliurement . Des des del més general fins a les entranyes d’un mateix.
    Des de l’estima, humilitat, honestedat i compassió profunda..
    Els teus escrits són un regal meravellós a la vida.
    Gràcies per compartir aquest amor 💝

    Responder
  5. Un verdadero placer poder leer tan sabios consejos. La vida está hecha para ser vivida con todos sus colores, con todos sus sabores, pero a veces tenemos la sensación de pasar de largo. Soltar la mochila que cargamos sin que a veces ni nos demos cuenta, es un alivio. Aprendamos a caminar ligeros para que podamos hacer de la vida un agradable paseo.
    Gracias por tus palabras.

    Responder
  6. Que hermoso texto, tan lleno de vida, como la vida que nos sostiene por un rato, para vivirla y disfrutarla livianas, para ser quienes somos de verdad, y poder expresar nuestros dones a pleno. Lo afirmo y confirmo, por mi propia experiencia. Muchas veces me perdí y otras muchas me encontré, asombrada de mi misma
    Gracias por sentirme apoyada una vez más, para seguir siendo quien soy, amándome cada día más .

    Responder

Deja un comentario