Hoy me permito compartir contigo una publicación diferente: más crítica, más personal, más vivida. Hablo desde mi experiencia profesional, desde el conocimiento académico, pero sobre todo desde el camino recorrido en carne propia.
El burnout —ese término tan utilizado y, al mismo tiempo, tan superficialmente entendido— suele asociarse a una sociedad del rendimiento que exprime a las personas, que romantiza la hiperproductividad y que glorifica el cansancio como si fuera un trofeo. Una sociedad neoliberal, maximizadora de beneficios, en la que se exige a los individuos estar siempre disponibles, activos y adaptables. Palabras como autoemprendimiento, flexibilidad, desjerarquización, aceleración, cambio constante… forman parte de un discurso que, en apariencia, empodera, pero que muchas veces solo disfraza la sobreexigencia y el abandono del cuidado real.
Frente a este escenario, la respuesta habitual ha sido la misma durante años: «gestión del estrés», «resiliencia», «técnicas de mindfulness», «trucos para desconectar». Toda una industria del bienestar orientada a tapar síntomas sin abordar causas, a dar consejos rápidos para apagar fuegos, sin revisar los cimientos de la casa que se está incendiando.
La estrategia del «apagafuegos emocional» puede servir para aliviar lo inmediato, pero no resuelve la raíz del problema. No es suficiente ni sostenible cuando estamos ante una emergencia psicológica y existencial que va mucho más allá del malestar pasajero.
Y es que no se trata de una simple fatiga. El burnout no es estar cansado. El burnout es perder el sentido. Es vivir desconectado de uno mismo, atrapado entre obligaciones, expectativas externas y una profunda sensación de vacío.

¿Dónde fallamos?
Fallamos cuando convertimos la salud mental en una responsabilidad individual absoluta, ignorando el entorno tóxico que genera sufrimiento. Pero también fallamos cuando dejamos de mirar hacia adentro. Cuando, en nombre del bienestar, dejamos de cuestionarnos con honestidad.
Nos hemos quedado sin herramientas eficaces, no solo porque hay demasiadas, sino porque las hemos usado —y vendido— como atajos hacia una vida que, en realidad, necesita profundidad y sentido, no soluciones rápidas.
Durante años, se nos ha dicho que «no hay límites», que «todo es posible», que basta con cambiar de mentalidad. Pero hoy pagamos las consecuencias: personas saturadas de información sobre el mundo, pero profundamente ignorantes de sí mismas.
Se persiguen objetivos que no están conectados con el propósito. Se construyen carreras, pero no se sostienen proyectos de vida. Se sufre, pero no se pregunta por qué. Se está cansado, pero no se explora el origen del desgaste.
¿Quién causa el burnout?
Aquí viene la parte más dura, la más incómoda, pero también la más necesaria. En muchos casos, el burnout no es un castigo externo, sino una consecuencia de una desconexión interna. No es algo que nos hacen los demás, sino algo que permitimos o incluso nos infligimos cuando no nos enfrentamos a las preguntas esenciales.
Cada persona tiene sus circunstancias, sí. Pero cada persona también tiene, como recuerda Viktor Frankl, la capacidad de elegir cómo responder a esas circunstancias.
“No es la vida la que el hombre tiene que cuestionar, sino el hombre el que es cuestionado por la vida.” – Viktor Frankl
No es la vida la que nos debe respuestas. Somos nosotros quienes debemos formular nuestras propias respuestas ante lo que nos sucede.
Y quienes no están dispuestos a asumir esa responsabilidad, a mirar hacia dentro, a revisarse con honestidad… probablemente acabarán quemándose, por dentro y por fuera.
De la queja al sentido…
Si estás agotado, desorientado o emocionalmente drenado, la salida no está en aguantar más. Tampoco en ignorar lo que sientes o intentar «arreglarte» solo con recetas externas. La salida empieza por el sentido.
Por eso, desde mi trabajo actual, y especialmente a través de un enfoque existencial-analítico, he aprendido a mirar el burnout desde otra perspectiva. Una más profunda, más honesta, más humana.

Porque el burnout no se combate con más productividad ni con más positividad forzada. Se aborda desde el autoconocimiento, desde la clarificación de valores, desde la responsabilidad compartida y, sobre todo, desde el acompañamiento consciente.
La Logoterapia y el Análisis Existencial no prometen fórmulas mágicas. Lo que ofrecen es algo mucho más valioso: un camino hacia ti mismo, hacia lo que realmente te importa, hacia la reconexión con tu vida interior.
¿Y ahora qué?
Todos los martes, a las 18:00 (hora de España), tiene lugar un encuentro semanal online y grupal, para trabajar en la prevención del burnout desde la raíz. Una hora para detenerte, escucharte, cuestionarte y empezar a recuperar tu energía vital.
Este espacio forma parte de más de 45 encuentros semanales en español dentro de nuestra comunidad en Innovia Life LATAM & Spain: un servicio de acompañamiento y aprendizaje basado en el bienestar integral y la transformación personal y profesional.
“No al Burnout”
Adquiere herramientas reales y prácticas para prevenir y recuperarte desde el sentido, no desde la exigencia.
📌 Todos los martes, de 18:00 a 19:00 horas CET/CEST
💬 Abro sala 5 minutos antes y será un placer saludarte personalmente.
🎥 También puedes ver el video “¡Por eso te quemas!” (8 minutos) en el siguiente enlace:
Si estás en un momento de cansancio profundo, si sientes que estás dando demasiado y recibiendo muy poco, si intuyes que algo no encaja en tu ritmo de vida, te invito a parar un momento y mirar hacia adentro.
No estás solo.
No todo depende de ti, pero sí depende de ti empezar a hacer algo diferente.
👉 Te espero todos los martes para compartir herramientas, reflexión y apoyo.
👉 Enlace directo para asistir gratuitamente mediante mensaje privado.
#vivirtumejorvida empieza con un solo paso: hacerte las preguntas que importan.
Si decides dar el primer paso, estaré aquí para acompañarte.
Semper Fidelis, Ber
Gracias por tu tiempo y atención.
Será un honor acompañarte a liberar y desplegar todo tu potencial para que puedas empren-der tu camino hacia tu futuro deseado y empezar a vivir tu mejor vida.
Si quieres reflexionar juntos o necesitas apoyo en este proceso, no dudes en contactarme. Te espero en mis encuentros grupales o programas individuales.
Más información por mensaje privado.
Un fuerte abrazo y nos vemos «dentro».