LA NUEVA CONSCIENCIA GLOBAL: EL DESPERTAR DE UNA SOCIEDAD TRANSFORMADORA

LA NUEVA CONSCIENCIA GLOBAL: EL DESPERTAR DE UNA SOCIEDAD TRANSFORMADORA

En un mundo donde los cambios se suceden a velocidad vertiginosa, estamos presenciando el surgimiento de una nueva mentalidad colectiva. Los llamados «despiertos» no son simplemente un grupo social más, sino el reflejo de una transformación profunda en la consciencia humana que está reconfigurando nuestra economía global y nuestro modo de entender la realidad.

El despertar de una nueva mentalidad

La humanidad está atravesando un proceso de evolución sin precedentes. Como bien señalan diversos estudios sobre el tema, «hoy somos una sociedad despierta, creciente, una sociedad más consciente, nos dimos cuenta de que podemos elegir entre vivir determinadas experiencias o no». Esta nueva perspectiva no es casualidad, sino el resultado de un cambio paradigmático en nuestra forma de percibir el mundo.

Los «despiertos» se caracterizan por cultivar una mentalidad de crecimiento que les permite ver los desafíos como oportunidades de aprendizaje. Como sugiere el experto en desarrollo personal Gustavo Martín, esta mentalidad implica «creer en tu capacidad para desarrollar nuevas habilidades y superar obstáculos». No es casualidad que los líderes más innovadores de nuestro tiempo compartan esta característica: la capacidad de mantener una mente flexible, ordenada y abierta al cambio.

La mente plástica, como la define la psicología moderna, es aquella que «invierte en nuevos aprendizajes para garantizar flexibilidad, agilidad y bienestar». Esta plasticidad mental no solo nos permite adaptarnos a los cambios acelerados que experimentamos, sino también participar activamente en la creación de nuevos paradigmas sociales y económicos.

La nueva economía global: un cambio de paradigma

La economía mundial está entrando en una nueva era. Según el Fondo Monetario Internacional, «la economía global se está estabilizando, con proyecciones de un crecimiento del 3.1% en 2024», pero más allá de las cifras, lo que realmente está cambiando es la naturaleza misma de nuestro sistema económico.

La Nueva Economía, como concepto, «adopta un enfoque nuevo, especialmente tras la crisis de la pandemia de la COVID-19, ofreciendo una alternativa a la economía tradicional que antepone la consecución de los beneficios económicos frente al bien común de las personas y del planeta». Este enfoque representa un cambio revolucionario en nuestra forma de entender la creación de valor.

A diferencia del modelo económico anterior, la nueva economía «se centra en la información y el conocimiento como bases de la producción, la productividad y la competitividad». En este contexto, el capital humano y su capacidad para innovar se convierten en los activos más valiosos, por encima incluso de los recursos materiales tradicionales.

La economía consciente: pilar de un futuro sostenible

Dentro de esta nueva mentalidad global emerge con fuerza el concepto de economía consciente, un modelo que «observa los intercambios como una relación entre dos personas, donde dependerá de la calidad de esa relación el éxito o el fracaso». Esta visión humaniza la economía, alejándola de la frialdad de los números para acercarla a la calidez de las relaciones humanas significativas.

La economía consciente promueve el «consumo responsable», que se define como «el uso comprometido que las personas hacen de los bienes y servicios con el fin de cubrir sus necesidades respetando el entorno». Este enfoque reconoce que nuestras decisiones económicas tienen consecuencias directas sobre el planeta y las generaciones futuras.

Como señala la Fundación Generaciones Futuras, apostamos por «un modelo económico que no comprometa los recursos y oportunidades para el crecimiento y desarrollo de las generaciones futuras». Esta visión de largo plazo es esencial para construir un sistema económico verdaderamente sostenible.

Los desafíos de la nueva consciencia global

A pesar de los avances en esta nueva mentalidad, enfrentamos desafíos considerables. Muchas economías emergentes «podrían enfrentar desaceleraciones importantes, dependiendo del nivel en el que se fijen los aranceles» y otras barreras proteccionistas que surgen como respuesta al miedo ante lo desconocido.

La transición hacia una economía más consciente requiere de la participación activa de todos los actores sociales. Como señala el Foro Económico Mundial, necesitamos «replantearnos los postulados tradicionalmente» aceptados y abrirnos a nuevas posibilidades.

Este cambio no es solo económico sino profundamente cultural. Requiere desarrollar lo que podríamos llamar una «mente inquebrantable», caracterizada por la disciplina y la resiliencia para afrontar los retos de un mundo en constante evolución.

El futuro que construimos juntos

La nueva mentalidad de los «despiertos» está sentando las bases para una sociedad más equilibrada, donde el éxito no se mide únicamente en términos monetarios sino en la capacidad para generar un impacto positivo en el entorno.

Como colectivo, estamos aprendiendo a «imaginar y soñar despiertos, usando nuestra mente para crear mundos nuevos y posibilidades infinitas». Esta capacidad creativa es fundamental para diseñar los sistemas sociales y económicos del futuro.

En última instancia, la nueva consciencia global nos invita a reconocernos como cocreadores de nuestra realidad. Como menciona la iniciativa Economía Consciente, buscamos «vivir en un mundo en el que los recursos fluyan de forma más natural hacia las necesidades, y el dinero no sea un obstáculo para el desarrollo humano».

El camino hacia esta nueva realidad ya ha comenzado. La pregunta no es si llegaremos, sino cómo participaremos cada uno de nosotros en esta transformación histórica que está redefiniendo nuestra existencia colectiva. La sociedad despierta no es una utopía lejana, sino el horizonte hacia el que avanzamos día a día con cada decisión consciente que tomamos.

Facebook
Twitter
LinkedIn

Deja un comentario