La realidad tiene fronteras, la imaginación no tiene límites.

La realidad tiene fronteras, la imaginación no tiene límites.

El titular de este

artículo es una de las frases que le dice una joven Sarah Baum (Ariella Glaser) a Julien (Orlando Schwerdt) en una de las escenas de esta película basada en una novela R.J Palacio, el mismo autor de la maravillosa “Wonder”.

El título con el que se estrena en nuestro país es Alas Blancas, dirigida por Marc Foster, el director de Quantum of Solace, y donde el gran reclamo de la cinta es la actuación de Helen Mirren, que da vida a esa Sarah Baum en la época actual y a Gillian Anderson la gran Scully en Expediente X.

Ahora que la extrema derecha parece que va cogiendo auge en esta Europa del Siglo XXI, películas como estas serían interesantes de visionar para aprender y no caer en el mismo error por no conocer nuestro pasado.

La historia, aunque simplista y ya vista, se hace interesante gracias a la astuta habilidad de su director para ofrecer al espectador un bonito resultado que alcanza notas conmovedoras e inspiradoras.

Julian (Bryce Gheisar) ha sido expulsado de un colegio por maltratar a un compañero. Lucha por pertenecer a un grupo, en su nuevo colegio, ya que desde que fue expulsado se ha convertido en un chico huraño y solitario.

La vista de su abuela, Helen Mirren, hará que su vida se transforme gracias a la historia que esta le cuenta de cuando ella tenía su edad y vivía en la Francia que fue ocupada por los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial, que es donde se desarrolla la gran parte del film.

Escenas mágicas y tiernas, combinadas con escenas duras de la época de la guerra, el film hace reflexionar de cómo puede ser de imbécil el propio ser humano, intentando imponer la supremacía de una raza sobre otras.

Uno de esos momentos mágicos de la película son aquellos que narra, de maravilla, una época donde la desconfianza se apodera de un pueblo donde todos se conocían y eran amigos.

La Sarah Baum joven es salvada gracias a ese Julien y a su madre (Gillian Anderson), que se juegan la vida y arriesgan todo para mantenerlos a salvo de la oscuridad del odio y vivan en la luz de un mundo mágico que los jóvenes han creado.

Película que también habla del primer amor, en este film que es una buena adaptación de la novela “Pájaro Blanco” de R.J.Palacio.

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