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La vida y el arte

Soy contemporánea de una época dónde en mi país las clases de artes eran tomadas, casi con exclusividad, por banales niñas de clase media burguesa. Cómo alguna de ellas partí en viaje místico hacia India a desincrustar clichés de pertenencia y apegos.

En un ashram tomé clases de escultura. Meditación en acción. En medio de un jardín bellísimo, cada tarde escuchaba al profesor, un inglés muy elegante, susurrar a mi oído ávido de instrucciones racionales “permite que la obra se muestre”, el espíritu punzaba el mármol.

Tiempos de Kairós dónde un expo era ampliado cada tarde, exhibiciones en un jardín de progresos. Iniciados con la visión ante el material que al compartirla con el mundo visitante cerraba una gestalt con alegría.

Algo aprendí entonces: indisciplina y arte están irreconciliablemente divorciados. Silencio y relajación como mejores musos inspiradores. Placentera y lúdica vivencia que conlleva un tiempo de expresión propio dónde el único mandato es confiar y permitirse.

Cambiar mármol por pinceles y óleos.

Jugar con colores, figuras abstractas, poesía y prosa, dramatización y voz.

Un mundo revelador de conocimiento.

Canales exploratorios que se convierten en puentes a otras formas.

En Europa noté que en muchas mujeres el desbalance emocional al emigrar es compensado con una apertura a lo artístico.

Para otras una cálida manera de ser refugiadas.

Para todo un lenguaje de fluida y asegurada comunicación, distante de erróneas construcciones gramaticales.

¡Cómo si obrara un…! ¡Total no me conocen! Que aplacara el temor e inseguridad, dando coraje a nuestra fuerza salvaje. El dolor y la algarabía coloreados, fotografiados, filmados, esculpidos, danzados, cantados, interpretados, mutados en Belleza y Vida Abundante.

He conocido artistas atormentadas, disfrutadoras, contestatarias, gozosas, claras, ensombrecidas, etéreas, densas, prudentes y arriesgadas. Todas creadoras de un espacio de exclusión para cualquier frigidez. Siempre hay magia y misterio alrededor de quien crea. Nosotras somos mágicas y misteriosas. Al abrir esta veta un mundo más pleno y satisfecho nos otorgamos y concedemos.

Obra de la artista Fanny Nancy Canavese

El arte como sinónimo de aporte a la completitud de lo femenino maduro El arte como cuenco recolector de una dulzura que nos distingue como mujeres. El arte como raíz profunda y vuelo alto. Esta parición sucede también inesperadamente; amigas con una prolífica colección nacida desde la más absoluta “ignorancia de técnica”, guiadas únicamente por una particular escucha, dan prueba.

Noto acelerándose un claro y punzante llamado: la exploración de lo artístico abierta a todos los estratos sociales y etarios: en un mundo donde se proponía ser público, hoy claramente la invitación es también a ser artistas, parte y arte. Protagonismo en la más auténtica labor de Ser: la creación.

Cómo propuesta sanadora y sanante a madurar lo femenino en nosotras, un mundo al que se llega normalmente alentada y urgida. Pinto mandalas, pliego origamis, escribo, bailo cuánto puedo.

Una querida médica se recuperaba de la quimio descubriendo los beneficios efectos relajantes. Otra emigró a Brasil y pinta y los adorna combinando piedras que encuentra en su camino. Otra culmina una exposición de rotundo éxito en Bariloche exponiendo como shamana.

Otra aprende canto.

Otra toca el violín.

Otra narra cuentos.

Otra danza su vientre.

Otra pliega para la Paz.

Y sigue la rueda…

Mágico sincronismo de almas afines que vamos cerrando círculos hacia el encuentro de un femenino que se combina con una colorida energía de acción. Hermosa invitación a explorarse es el arte en cualquiera de sus manifestaciones, esa porción de espacio tan íntimo dónde Dios obra a través de quienes vamos siendo con delicada elegancia.

“Quien mira fuera, sueña, quien mira dentro despierta”

Carl G. Jung.

Manifestaciones nacidas con humildad, disfrute y transparencia en un vulnerable tiempo que muchos místicos decretan como el de la Madre.

Hasta el año próximo.

Felices fiestas en Paz y compañía amorosa, rodeados de familia.

Voy a pintar-me.

Te encuentro en el 2023.

Chin,Chin por la artista en vos.

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