Los Reyes Magos y los aceites esenciales
Recién acabamos de celebrar la festividad de Reyes, donde evocamos que, después del nacimiento del niño Jesús, tres magos (algunos dicen que sacerdotes, otros dicen que astrólogos, también se habla de sabios) se presentaron ante la cueva para llevarle al Niño, oro, incienso y mirra.
El incienso, también conocido como “olibanum” ha sido considerado siempre como un aceite sagrado y que se ha utilizado mucho en todo tipo de ceremonias religiosas, y no hablo solamente de la religión católica, existen muchas reseñas en la antigüedad, en el Antiguo Egipto se han encontrado papiros del siglo 16 A.C. con prescripciones y recetas.
Y es que el incienso tiene propiedades curativas, empleado como relajante muscular, antidepresivo, también para estimular el sistema inmunológico; a nivel energético nos ayuda a transmutar las energías negativas en positivas, eleva la conciencia espiritual y es un buen compañero para meditar, no en vano se utiliza mucho en las iglesias y, seguramente, todas lo hemos usado en momentos de meditación o de relax.
Durante muchos siglos fue más valorado que el propio oro y solo los ricos lo poseían.
También tiene un alto poder antibacteriano por lo que es muy adecuado utilizarlo para todo tipo de afecciones cutáneas.
Como anécdota, decirte que incienso viene del latín “incensum” cuyo significado es encender.
La mirra se obtiene de un árbol de origen somalí, y lo que conocemos es la destilación de la resina, igual que el incienso que también es una resina, los datos históricos de la mirra también se remontan a la antigüedad, por sus propiedades antioxidantes, anestésicas y siendo un potente antiviral, se usaba mucho en los embalsamamientos y momificaciones, la cultura árabe utilizaba mucho la mirra para tratar enfermedades de la piel, las arrugas, las grietas, los eczemas, las infecciones bucales y es un potente antiparasitario.
A nivel energético también nos ayudará en las meditaciones y a elevar el espíritu.
La mirra contiene sesquiterpenos, que estimulan el sistema límbico del cerebro (sistema del que ya te hablé en el capítulo anterior) y, por ende, llega hasta el hipotálamo influyendo en las tiroides y la hormona del crecimiento.
Volviendo al origen del texto, los Reyes Magos llevaron al Niño Jesús oro, para conectarle a su papel de rey, incienso como sacerdote y mirra para con su rol de profeta.
¡Ah!
Y la costumbre de las cabalgatas se iniciaron en la villa de Alcoy en 1866.