NOCTURNO
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Noviembre, mes en el que normalmente empieza a notarse el frío, mes donde se celebra la Castañada y Halloween. Los niñxs se disfrazan y van buscando chucherías por las casas, algunos disfrutan o se espantan en Pasajes del Terror. Los adultos acostumbramos a ir al cementerio a llevar ofrendas de flores a nuestros difuntos….
Noviembre es el mes de las ánimas y velamos por ellas, nosotrxs y quien sabe si quizás alguien más…
NOCTURNO
Ciprés se mantenía firme y vigilante como siempre. Empezaba a anochecer, un viento frío azotaba con fuertes ráfagas, mientras Ciprés intentaba mantener el equilibrio un escalofrío recorrió todo su ser.
Luna se movía despacio e insegura. Iba camuflándose tras los árboles del cementerio. Ya era bien oscura la noche, y se podía escuchar claramente las campanas de la iglesia del pueblo.
Ángel observaba todo sin moverse. Notó como algo pasaba detrás suyo sin hacer ruido. Sintió un golpe de viento en su espalda, y vió corretear las hojas secas del suelo.
Luna permaneció llena y brillante entre Ciprés y Ángel iluminándolos. Ciprés les saludo con el balanceo de su cuerpo y Ángel les envió un beso estático, pero sincero.
Prácticamente todas las noches, los tres vigilantes nocturnos, se encontraban en el cementerio del pueblo. Vigilaban y acompañaban las tumbas, los nichos y panteones. Hacía muchas décadas que se conocían, hacía muchas décadas que velaban por la paz de todxs.
Montse Guai