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Hoy les voy a contar la aventura de soñar con una profesión y poder construir un camino despacio, de a poco, a conciencia, de tener las herramientas necesarias para jerarquizar la profesión y ser un profesional con todas las letras. 

El maquillaje parece algo frívolo o tal vez sin importancia para la vida misma, en mi realidad, el maquillaje siempre fue algo intuitivo soporte de mi seguridad y autoestima, me potencia, me da confianza y de verdad no salgo de mi casa ni para caminar por la playa, a cara lavada. 

Tal vez es algo para pensar, tal vez algo en mí hace que necesite vestirme con una fina película de esa seguridad que te da otras cosas, yo siempre fui y soy muy segura, pero pensándolo bien… 

De jovencita, colegio de monjas alemanas en Uruguay, estrictas como nadie, pero yo, yo me salía con la mía y la rayita del ojo, siempre estaba. 

Siempre cuento que cómo me gustaría el mundo beauty desde chiquita, que un día, cuando mi mamá deshacía su casa de toda la vida, apareció en esos rincones de una casa por años llena de tesoros, un cuaderno mío de tercer año de primaria, yo con 8 años, y el mismo estaba forrado con un papel de revista argentina, de esas que tenían todo lo que nos entretenía e interesaba, de moda y novedades de belleza, y ese papel decía “Instituto de Belleza y bienestar para la mujer”, algo premonitorio. 

¡Esto quedó en mí guardado por años, siempre me encantó el tema, pero nunca lo abordé como un trabajo, hasta que un accidente me sacó de mi trillo diario, hospital, terapia varios días, tres meses en cama sin caminar, etc. y allí con esposo, tres hijos, etc. me dije, es ahora!! 

Y así fue como soñando en colores empecé a formarme en maquillaje y estética e incansablemente hice cursos, talleres, intenté estar siempre cerca de los mejores y empezar a crecer seriamente en este arte maravilloso. 

Maquillar es un oficio que tiene muchísimo de arte, hay que interpretar psicológicamente a las personas, sus deseos y plasmar sus fantasías en momentos únicos. 

Hoy ya grande de edad y feliz de crear y seguir soñando, les digo que la herramienta del maquillaje es maravillosa como acompañamiento, para propios y ajenos. 

¡¡Soñad en colores!!

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