Amo el chocolate, el dulce de leche, la crema y admito que mis postres favoritos son los que tienen harina + dulce. Nada detox. ç
¿Me los tuve que prohibir para siempre cuando empecé a comer así?
Mi camino con el azúcar tiene varios altos y bajos.
En el momento no me daba cuenta, pero mirando para atrás admito que siempre usé la comida como una forma de recompensarme, estaba triste:
azúcar, estaba contenta: azúcar.
Mi alimentación base era saludable, pero tenía esa gran carga de que no estaba haciendo las cosas al 100% y mamá la nutricionista me lo recordaba todo el tiempo.
En algún momento empecé a esconder las cosas que “ricas” que comía y puff… agregar ansiedad y culpa, todo en un mix fue la fórmula perfecta para el desastre.
Uno piensa en azúcar y kilitos, pero en mi caso fue salud (oki, además de unos kilitos molestos).
Lo empecé a sentir en la energía y no le di bola. Lo empecé a sentir en el tránsito intestinal y me convencí de que era otra cosa. Lo veía en mi piel, pero lo ignoré totalmente.
Y así… En un control médico de rutina no me salieron tan bien los análisis de sangre y haciendo la historia corta me sugirieron cuidar al extremo el azúcar.
(Imagínate mamá encantada que me lo había dicho alguien más que ella).
No tenía por qué eliminarla, pero sí debía darle otro lugar en mi vida.
Lo admito. Al principio no quería cambiar para nada. Ne-ga-ción—to-tal.
No entendía por quéeee me pasaba esto a mí cuando yo sí tenía 45 otros hábitos SUPERsaludables desde el ejercicio hasta lo que comía el resto del día. ¡Argh! Pero si no hacía algo iban a empeorar mis valores y podía terminar con algo serio de verdad y cero-azúcar impuesta. ¿Qué me motivó? No te rías, pero el miedo a dejar el azúcar al 100% fue mi motivación para aprender a usarla mejor. Empecé a escuchar a mamá cuando me explicaba cómo funciona el azúcar en el cuerpo. Apliqué las cosas que ya sabía, pero no estaba haciendo (¡hola horarios de las comidas!)
Y me propuse encontrar recetas dulces, sanas que AMO y que mi cuerpo también ame.
Esto no fue de la noche a la mañana; es un proceso.
Y sigo siendo dulcera y sigo teniendo momentos de antojos. Pero hoy me cambió el paladar. Hoy tengo la vivencia de cómo funciona mi cuerpo con menos azúcar y ME ENCANTA.
Hoy ya no me gana la ansiedad por comer cualquier cosa dulce, elijo lo que me gusta de verdad y el cuerpo naturalmente me lleva sí a disfrutar lo dulce, pero eso que es de calidad, y acompañado por ese contexto en el plato que va a hacer que lo procese mejor (y queme mejor).
¿Vos también tenés que bajar el azúcar?
Van tres tips para empezar que me funcionaron, a mí me permitieron hacer ese “click” de amar el azúcar, pero ya no sentirme dependiente ni adicta a ella.
#1. Piensa en DISMINUIR, no en “eliminar”.
Si sos de empezar una “dieta” o proponerte no comer más azúcar y solo adjuntás 3 días, es hora de un nuevo enfoque.
Cuando nos ponemos “prohibidos” solo terminamos deseándolo mucho más, porque lo traemos constantemente a nuestra atención. Permítete comer lo que quieras, pero recomendándote darle otro lugar en tu vida.
Podes comer la torta de chocolate, pero tal vez te servís una porción más chica o tal vez decidís invitar a unas amigas (¡presencial o por Zoom!) a tomar el té con esa torta el sábado a la tarde.
Parece mentira, pero saber que esa cosa rica tiene su sitio en la semana y está planificado con cero culpas ayuda muchísimo a poder decir no al antojo.
#2. Busca CALIDAD. Algo simple que podes hacer hoy mismo es invitar a mejores endulzantes a tu cocina, por ejemplo:
azúcar mascabo,
azúcar de coco,
miel
jarabe de arce. (Ojo no invites al agave porque es demasiado refinado).
Estas alternativas son más nutritivas, ayudan a nuestra microbiota y en muchos casos tienen un mejor índice glucémico, o sea, un mejor manejo del azúcar en tu cuerpo.
El tip de la calidad también aplica a las cosas dulces que compres por ahí y es una gran ayuda para mejorar tu alimentación.
Preferí los alimentos más naturales, artesanales o con menos procesado y vas a estar ganando en nutrición por todos.
Cuando te enfocas en la calidad naturalmente, le decís que “No” a muchísima de la oferta dulce que te rodea y sin sentir antojos, porque tenés un motor adentro que guía.
Por ejemplo, preferí un alfajor de panadería o hecho en casa, en vez de uno ultraprocesado que venga en papelitos de colores, junto con una sobredosis de colorantes, saborizantes y todo tipo de aditivos alimentarios que no le hacen bien ni a tu figura ni a tu salud. (Yuck).
#3. Acompáñalo de PROTEÍNA. ¡Alerta!
¿Sos de tentarte con algo dulce a media tarde?
El dulce solito puede ser lo que te está haciendo engordar como loca.
Para quienes quieren bajar de peso o quienes tienen un tema de salud con el azúcar como yo, es muy importante comerla siempre con una proteína.
Esto te ayuda a absorberla como es debido, dándote energía sostenida y mejorando la quema.
Cada tiempo de comida, aun los snacks dulces entre horas, deben ser alimentos con fibra, completos y balanceados.
Por ejemplo, si te vas a comer una tortita de merienda, acompáñala con un vaso de yogurt natural descremado o úntala con un par de cucharadas de ricota cremosa por arriba, o alguna cucharada de manteca de maní.
Tiene el doble beneficio que te va a dar más saciedad y vas optando naturalmente por una porción dulce más chica.
La primera vez que me planteé bajar el azúcar sentía con todo mi ser que no iba a poder porque SOY dulcera. Los dulces eran una gran parte de mi día, tan así que lo sentía como QUIEN SOY, como parte de mi identidad, en vez de algo de cómo funciono o mis hábitos.
Hoy sigo diciendo que soy dulcera, pero significa algo totalmente diferente para mí.
Significa que amo una buena torta de chocolate, y parte de eso es distinguir qué es “buena” (calidad), y que la disfruto de verdad como parte de un momento de relax y planificado (nada de angustias o antojos descontrolados) y acompañándola de esos detalles que ayudan a mi cuerpo a procesarla mejor (aporte proteico).
Ahora ser dulcera es un disfrute y no una carga.
Soy una convencida que vos también podes darle otro lugar al azúcar en tu vida y SENTIRTE MUCHÍSIMO MEJOR.
No se trata de un todo o nada, no se trata de dejarla al 100% o negar tu naturaleza o tus gustos. Se trata de darte cuenta de que el cambio está en tus manos, que sos vos quien debe decidir comer mejor, hacer el trabajo de educarte, dar ese paso, de probar cosas diferentes, de desafiar tu paladar y sobre todo saber que ese trabajo vale la pena porque vos vales la pena.
#Vos Podes Si estás con ganas de tener esas recetas saludables (¡dulces incluidas!), de conocer todo sobre cómo funciona el azúcar en tu cuerpo y tener el apoyo durante todo el mes para lograr cambios reales, sería un placer tenerte en el Plan Detox de 30 días.
www.elplandetox.com/empeza
Sea que te sumes al curso o empieces tu camino saludable por tu cuenta, quiero que sepas que VOS PODÉS ser dulcera e igualmente lograr los cambios que querés.
¡Pasa a la acción con los tips de hoy y sentí la diferencia!
Muchos cariños, Victoria y las chicas