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Visitar Murano

Empiezo este post un poco asustada porque es muy probable que me lluevan críticas, pero es que ya de antemano, os voy a decir que yo tenía muchas ganas de ir a Murano… Y cuando llegué, pues como que no, que me esperaba otra cosa…

Ni feo ni bonito, para mí es como un trozo más de Venecia que se ha separado y al que hay que llegar por mar y que lo que tiene son muchísimas tiendas del famoso cristal que lleva su nombre y, para lo pequeño que es, también muchísimas heladerías… Punto…

Pasar una mañana o una tarde agradable por esta pequeña isla puede ser un plan interesante, pero no hace falta que os planeéis todo un día entero a no ser que queráis entrar a todas y cada una de las tiendas que, a su vez, tienen talleres que a veces hacen demostraciones y, digo «a veces” porque parece ser que cada vez menos.

Llegar a la isla es muy fácil si estáis en Venecia, ya que no hace falta que os gastéis un dineral en un taxi acuático, os recuerdo que en Venecia está el Vaporetto, que es el autobús de la ciudad, por decirlo de alguna manera y que, con este, podéis llegar muy fácilmente; solo hay que coger el 4.1 y/o el 4.2 y hacer un trayecto de no más de media hora.

¿Qué podemos ver y hacer en Murano?

* Basílica de Santa María y San Donato.

* Sus calles, su Gran Canal y sus isletas unidas por puentes.

Si vais por la tarde, el bullicio es menor – y las fábricas y tiendas cierran pronto – pero la isla da tranquilidad.

* Comernos un helado realmente, están deliciosos

* Comprar cristal de Murano.

Tenéis dónde elegir, desde pequeñas joyas hasta grandes figuras pasando por vajillas, vasos, etc. Incluso podéis comprar varillas de cristal si sabéis trabajarlo.

* Palazzo da Mula

* Museo del Vidrio.

* Iglesia de San Pedro Mártir.

* Faro de Murano

Como veis, Murano no me dejó huella, pero quizá a vosotros sí.

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