Chau Temas Digestivos: entiende qué te pasa y por dónde empezar
¿Y si no tuvieras que vivir así?
Con acidez cada noche.
Con hinchazón después de comer.
Y teniendo que desabrocharte ese botón.
Con dolor, gases, tránsito lento…
O con esa sensación de pesadez que no sabes explicar del todo, pero sabes que no es normal.
La mayoría de las personas que llegan aquí con temas digestivos ya probó de todo.
Y lo peor: se acostumbraron a vivir con molestias.
O eliminaron tantos alimentos que ahora no saben qué comer sin miedo.
Pero vivir así —adaptando tu vida a cómo reacciona tu panza y siempre con incertidumbre — no debería ser lo normal.
Y no, no es solo el estrés.
Y tampoco es solo la comida.
Es un sistema más complejo, pero que se puede abordar paso a paso con claridad.

El problema de probar “todo”
Cuando no sabes que hacer, y te estás sintiendo mal en serio. Es natural probar de todo para estar bien. Pero podemos terminar cayendo en riesgos…
- Comes muy poco (y terminas sin energía, o incluso bajando de peso de forma no saludable — y te preocupa a vos y a tu médico)
- Ya no sabes que comer sin que te traiga dolores. Terminas eliminando todo tipo de cosa. Y si, es un riesgo nutricional alto, porque no puedes sanar si tu cuerpo no recibe los aportes de macros y micronutrientes que necesita.
- Escucha que “es estrés” y tratas de estar más tranquila y bajar ese cortisol… pero tu cuerpo sigue inflamado, o mejora un tiempito y después puff de vuelta todo en cadena.
- Fuiste al médico pero no tienes un diagnóstico definitivo, o aún con tu diagnóstico no das con la «fórmula mágica» para el tratamiento.
Es lógico que estés (muy) frustrada.
Estás haciendo un esfuerzo enorme por estar bien pero no te sientes mejor o quizás que, hasta siguen empeorando los síntomas.
Y ni siquiera sabes si vas por buen camino o estás agravando el problema.
O peor aún… empiezas a naturalizar sentirte así. Ouch!!!.
Lo más importante es que sepas que hay solución.
Pero tiene que ser tú solución.
Lo que le funciona a otro no necesariamente te va a funcionar a ti.
No se trata de largas listas de prohibidos ni hacerlo igual a tu amiga (o a ese video de tiktok).

¿Qué sí funciona?
Tener un mapa.
Entender que eliminar y por qué — en tu caso.
Conocer tu cuerpo y tus límites, para después elegir con confianza.
Descubrir cómo lo emocional influye —pero sin hacerte sentir culpable por no estar modo om todo el día (y sin depender de que lo emocional esté divino para que tu digestión este divina!).
Claridad en qué hábitos del día a día hacen la diferencia.
Y apoyo para que sostenerlos — hasta que te sale «solo» en piloto automático!
Pequeños cambios pueden hacer un mundo de diferencia, cuando sabemos en qué enfocarnos.
¿Por dónde empiezo entonces?
Van 3 piques que quiero que hagas hoy para encaminarte hacia una salud digestiva más saludable.
1. Identifica dónde están tus síntomas
Muchas veces sentimos que algo no está funcionando bien, pero no logramos entender qué ni dónde.
Por eso, lo primero es ubicar tus síntomas. Tener claro cuáles son y si son «altos» o «bajos» te ayuda a llegar a soluciones específicas para ti (si, en vez de estar perdiendo tiempo y energía en cosas que solo te complican la vida).
TEMAS DIGESTIVOS ALTOS:
- acidez
- reflujo
- náuseas
- regurgitación
- vómitos
- distensión abdominal
- hinchazón
TEMAS DIGESTIVOS BAJOS:
- distensión abdominal
- hinchazón
- dolor abdominal
- retorcijones
- diarrea
- estreñimiento
- sensación de evacuación incompleta
Y sip, te puede pasar que tenés síntomas de ambos.
Sea que sufrís de un síntoma o un montón, no temas! No estás sola.
Y lo más importante: podés mejorar estos síntomas, recuperar tu salud digestiva y tu bienestar real.

2. Si no tienes diagnóstico, agenda una consulta con tu médico o gastroenterólogo
Nada reemplaza una evaluación médica cuando los síntomas son persistentes.
Una consulta puede ayudarte a descartar causas graves y, sobre todo, a tener una base clara para armar tu estrategia alimentaria.
Lo sé, a veces da pereza ir al médico o incluso como mujeres está estudiado que nos decimos a nosotras mismas «que no importa» o «suavizamos» los síntomas. No, no, no. Vete al médico y anímate a trasmitir lo importante que es para ti cuidarte.
Si afecta tu calidad de vida, es fundamental ver a tu médico y llegar a un diagnóstico y tratamiento claro.
3. Observa qué alimentos o hábitos te empeoran (& cuáles NO)
Como vimos, de los riesgos más grandes ante problemas digestivos es eliminar demasiadas cosas, que termina afectándote negativamente para sanar.
Antes de eliminar “todo”, empieza por observar patrones.
¿Qué comidas te caen mal?
¿Cómo influye el estrés o comer de prisa?

¿Dormiste bien esa noche?
Abrí unas «Notas» en tu móvil y anota día a día y anota todo. Tip: Visualiza cuándo lo vas a hacer (sino esto mega útil va a quedar perdido en la idea). Por ejemplo, ¿te conoces y necesitas anotar en el momento? ¿Te viene bien hacerlo siempre antes de dormir? O ¿aprovechar esos ratitos «colgados» en la sala de espera, el bus o en la cola del super? Ahora que ya te viste haciéndolo, adelante!
Tu médico va a estar feliz que ya ya tienes este paso adelantado cuando llegas a consulta.
Empieza hoy!