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CONDUCIR POR USA

Conducir por otro país es algo que no me atrae mucho, seamos sinceros, pero si hay que hacerlo, se hace y punto, ¿no? Bueno, sí y no… Al menos en mi caso…

He conducido, por ejemplo, por Francia y, no me ha importado, pero para el viaje en solitario a ver a mi hijo en USA, donde está estudiando y jugando a fútbol, era otro cantar y se me planteaban muchas dudas sobre la conducción allí…

Y os vais a reír, pero el tema no iba con la conducción en sí, sino porque, aunque el tema de los coches automáticos no me gustaba mucho (y digo no me gustaba porque después de 10 días conduciendo uno, mi idea sobre ellos ha cambiado drásticamente) me daba «yuyu» que en cualquier momento me parara el típico coche de poli de las series, ese que te para y te hace poner en el arcén y en el que el policía (o un buenorro que flipas o un amargado con mala leche) te pide los papeles del coche… Tenía pánico a esta situación y me daba por pensar que me quedaría ahí quieta como un pasmarote, que mi cerebro haría un «si te he visto no me acuerdo” y no me acordaría de pronunciar ni una palabra de inglés y que acabaría fuera del coche, con las manos esposadas a la espalda y llamando a mi marido a España con la única llamada que podía hacer para que me sacaran del calabozo…

Al final, como supondréis, me armé de valor, me fui a la DGT y me saqué el Permiso Internacional de Conducción y me puse a buscar coches de alquiler en el aeropuerto de Newark, NJ, que era el punto a donde llegaba con el avión y del que volvía a España.

Como supondréis, mis miedos eran infundados por mi cabecita que ve mucha serie y mi ansiedad, que si no sabéis cómo suele actuar, ya os lo digo yo: hace que vuestro cerebro cree supuestas escenas que pueden pasar, o no, sirviéndose de los miedos que tiene este.

El coche que me esperaba para acompañarme en mi viaje fue un Jeep Compass, de color blanco (no me gustan los coches familiares ni 4×4 blancos, otro miedo superado) , automático, como cabía esperar y con el que me familiaricé enseguida. Un coche con mucho maletero – lo siento, me fascina que los coches tengan maletero grande, lo habré heredado de mi padre —, cómodo, con climatizador, gran pantalla con muchas modalidades y que se conectaba al teléfono y con este, usabas GPS, etc. Además, llevaba la maquinita de pago de peajes automático, lo que me fue de maravilla…

Otra cosa es lo que se paga de peajes allí, pero esa es otra historia… El coche me enamoró desde el primer momento, a igual que su matrícula, que era de Illinois, la tierra de Lincoln y la verdad es que hasta lo echo de menos. Conducir por EE. UU. no es tan tremendo como me había imaginado… Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas…

Lo bueno de conducir en USA

— Las carreteras tienen de todo, es decir, hay muchísimas señales indicándote las cosas, a veces, quizá demasiadas veces, aunque esto es por un motivo que os comentaré en lo malo de conducir en USA.

— En las autopistas hay muchas áreas de servicio, las cuales son muy completas, ya que hay gasolineras, baños, supermercado y unos cuantos locales conocidos de comida rápida.

— En muchas autopistas, aparte de las áreas de servicio para repostar, comer y demás, también hay algunas específicas para ir al baño y otras específicas por si viajas con peques y necesitan parar, en las que hay parques para que jueguen.

— Te vas a sentir como en una peli, viendo pasar coches enormes, camiones más enormes todavía y los típicos coches de policía, ambulancias y buses del cole.

Mirad este vídeo que grabé en un cruce: ver vídeo.

— Vas a ver muchísimos animales, aunque esto también te puede traer cosas negativas que ahora te contaré.

— Casi todos los peajes ya no son con cabina, son como pequeños radares colgantes y van genial porque no tienes que pararte ni rebuscar cambio o la visa. Eso sí, si alquilas coche, pide que sea con la maquinita incorporada porque si no, te van a llegar muchas multas.

— En algunos estados los paisajes son espectaculares.

— La gasolina está barata.

— Es muy difícil que se te cruce alguien porque está penalizado con multa e incluso a veces calabozo. Los peatones no pueden cruzar por donde les da la gana.

Lo malo de conducir en USA.

— Aunque las carreteras tienen de todo, algunas, incluso siendo autopistas, están en muy mal estado, con agujeros, (parches)…

— Los carriles de salida y entrada son peligrosos, ya que los de salida, suelen estar a escasos metros de la última indicación y como vayas muy rápido, te la vas a pegar, porque suelen estar en curvas o tienen unos carriles de incorporación y /o aceleración muy cortos.

— Te vas a dejar una pasta en las áreas de servicio, avisad@ quedas… Te va a gustar todo lo que venden en ellas.

— A veces los carriles no están marcados por lo que la gente conduce por donde le da la gana.

— Hay que ir con 100 ojos porque, aunque es bonito ver animales, estos también se cruzan en las carreteras y provocan muchos accidentes; incluso en las autopistas.

— Los peajes son mega caros.

— Aunque la gasolina es barata, se gasta mucha porque las distancias suelen ser muy largas.

— La policía es muy, pero que muy estricta.

— Aparcar es difícil, no te pienses que es como en las pelis. Hay zonas muy delimitadas para ello por lo que cuando aparques, mira bien si es zona gratuita, si hay parquímetro o si es solo para los vecinos.

Los parkings son carísimos, desde 7 $ los más baratos hasta los 46 $ (en Boston por ejemplo tuvimos que pagar ese precio) y no es por hora, sino por aparcar y ya.

— Hay señales de muchos colores: rojo, azul, verde, amarillo, naranja… Y al principio te quedas lelo, pero luego ya te vas acostumbrando…

¡Y hasta aquí mis aventuras conduciendo por USA y algunos consejillos por si lo hacéis vosotr@s!

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